Previsiblemente, esta semana el Tribunal Supremo emitirá su dictamen, no vinculante, sobre la petición de indultos para los políticos que participaron en el 'procès' de independencia catalán. Y la derecha junto a la ultraderecha han llevado a la sesión de control al Gobierno la cuestión para seguir atacando al Gobierno de Pedro Sánchez, una táctica que siguen en cualquier situación y sobre cualquier tema sea o no una cuestión de Estado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha respondido a Pablo Casado que la decisión que tomará el Ejecutivo estará basada en el "beneficio de la convivencia entre españoles". Además, le ha recordado al líder de la oposición que a quien le plantearon una declaración de independencia fue al gobierno del Partido Popular poniendo el foco en que la cuestión está en "cómo se defiende la legalidad democrática y la unidad de España", algo que el PP de Rajoy no parece que hizo muy bien. .
La sesión del control al Gobierno de esta semana ha estado protagonizada por un tema que la oposición quiere utilizar como nueva arma arrojadiza contra el Gobierno: la concesión o no del indulto (total o parcial) a los políticos que cumplen condena por los hechos del 'procés' de independencia de Cataluña. No es algo novedoso ya que cualquier cuestión le sirve a la derecha y la ultraderecha para acusar el Gobierno de ser el culpable de todos los males de España y, si se ponen, de la humanidad entera.
El líder del Partido Popular, Pablo Casado, atacaba la semana pasada al Ejecutivo culpándole de la situación provocada en Ceuta por las autoridades marroquís. Y esta, poco le ha faltado para culpar a Pedro Sánchez de que los independentistas catalanes se atrevieran a declarar unilateralmente la independencia. El dirigente conservador ya ha llegado a la conclusión de que este Ejecutivo tiene la decisión tomada y que recurrirá ante el Supremo amenazando a Sánchez de "llegar demasiado lejos" y acusándole de "pagar" a los "secesionistas" por los votos que le dan en el Congreso de los Diputados. Poco le importará a Casado lo que diga el Tribunal Supremo en su dictamen (como si lo supiera de antemano) o lo que decida finalmente el Gobierno y cómo lo argumente y explique. La oposición de acoso y derribo del PP está en esa estrategia de tratar de incendiarlo todo, algo común cuando los conservadores salen del Gobierno.
El presidente Pedro Sánchez ha respondido con contundencia, pero con sosiego, a un intento más del Partido Popular por tensionar la vida política en España. El dirigente socialista ha asegurado que "el Gobierno tomará una decisión en favor de todos los españoles" y ha recordado que la cuestión importante en este tema está en "cómo se defiende la legalidad democrática y la unidad de España". En este sentido, ha dicho a Casado que a quien le hicieron un 1 de octubre y le plantearon la declaración independentista fue al Ejecutivo que lideraba Mariano Rajoy.
Para Sánchez la decisión debe tomarse "a favor de la convivencia entre todos los españoles (...) porque hay un tiempo para el castigo y otro para la concordia", deslizando la idea de que es más partidario de conceder la medida de gracia que de mantener a los políticos entre rejas si con ese gesto se normaliza la relación política en Cataluña y por extensión en España. Esto no quiere decir que se vaya a hacer una especie de "tabla rasa" con los 13 condenados que cumplen pena de prisión y se estudiará caso por caso. Así lo defendió también el ministro de Justicia este martes en el Senado.
El presidente Sánchez ha pedido a Pablo Casado y al PP que apoye al Ejecutivo en este trámite y ha recordado que en 2017 el PSOE respaldó sin ambages la aplicación del artículo 155 de la Constitución tras el referéndum ilegal. Quieren los socialistas que el PP se "comprometa con el Estado" en una cuestión que va más allá del Gobierno. Mucho pide el dirigente socialista ya que el PP ni está ni se le espera en ningún tema que precise unidad sea cual sea la cuestión en discusión. Así lo ha demostrado durante la pandemia y durante la reciente crisis con Marruecos.
Casado , sin embargo, no parece dispuesto a 'arrimar el hombro' y una vez más aprovechará la situación para golpear duramente al Gobierno. Eso a pesar de que, como le ha recordado Sánchez, su partido cuando estaba en el poder no supo "defender la integridad territorial y la unidad de España". Y lo que hizo con su gestión fue "debilitar los cimientos del Estado ante ese embate a la convivencia". El propio Casado criticó no hace muchos meses que la gestión de Mariano Rajoy fue nefasta en este asunto y reconoció que su formación y su Gobierno no tomaron las medidas adecuadas. Ahora, defiende que "no permitiremos que los golpistas lo vuelvan a hacer" cuando fue precisamente su partido el que permitió que se organizara y si efectuara un referéndum ilegal y que el parlamento catalán aprobase unas leyes inconstitucionales.
El secretario general del PSOE ha defendido que "la Constitución recoge en su espíritu tanto el castigo como la concordia" y ha asegurado que su Ejecutivo "tomará la decisión en conciencia". Además, querido desvincular esta decisión de los equilibrios parlamentarios actuales "tomaríamos la misma decisión si tuviésemos 300 escaños".