La propuesta del Ministerio de Educación se basa en que los alumnos tengan la capacidad de aplicar a la vida real lo que aprendan y no sea simple memorización. El nuevo modelo seguirá incluyendo todos los saberes necesarios para el desarrollo de los alumnos, pero no será solo desde un enfoque de estudiar y memorizar.
El Gobierno está trabajando en un nuevo modelo educativo que permita a los alumnos desarrollar una mejor preparación orientada a aplicar lo aprendido a la vida real y no solo enfocado a memorizar conocimientos. Este proyecto está basado en el que aplican otros países europeos con una educación más avanzada como Portugal o Finlandia.
Esta iniciativa se enmarca dentro de la Ley Celaá aprobada a finales de 2020 y defiende que el currículo no se centre en la memorización de conceptos, sino en implementar las competencias. El nuevo modelo educativo recogerá las principales quejas de profesores y alumnos entre las que destacan un enorme contenido para memorizar que en muchos casos no da tiempo a finalizar en el curso y que el resultado es una cantidad de datos que en muchos casos no pueden ser aplicados y solo sirven para ser repetidos.
De esta manera, el objetivo que se persigue es que en la enseñanza preuniversitaria los alumnos puedan adquirir ciertas habilidad para la resolución de problemas determinado. El Ministerio de Educación se reunió este jueves para tratar la propuesta en el que se seguirán tratando los saberes fundamentales para el desarrollo de los alumnos, pero se enfocarán y evaluarán de forma diferente, como hacen otros países europeos como Portugal y Finlandia.
Este cambio permitirá la profundización en los contenidos y que el aprendizaje no se quede en un nivel superficial como ocurre con la memorización. Además, se implementará un modelo que apueste por áreas de conocimiento, combinar materias y la intención de que haya dos profesores por aula. El modelo será más abierto en el que no se impondrá qué tienen que aprender los alumnos día tras día, sino que solo será al terminar primaria y secundaria y se permitirá a los docentes que decidan la manera más correcta de impartir su asignatura, siguiendo con unas orientaciones metodológicas.
Los primeros documentos base elaborados por el Ministerio de Isabel Celaá detallan que Educación fijará el 50% de las enseñanzas mínimas de las comunidades con lengua cooficial y el 60% las que no la tienen y serán las comunidades las que establezcan el resto. Además, por primera vez se permitirá que los centros escolares ajusten el 5% del currículo a la situación determinada de sus alumnos.