La Cámara de Representantes de Estados Unidos considera a Donald Trump, culpable de haber “incitado a la insurrección” contra el Gobierno tras meses de falsas acusaciones contra los resultados electorales que han dado la victoria al candidato demócrata, Joe Biden. La votación logró una mayoría de 232 votos frente a 197 en contra de la destitución del republicano, cosechando incluso 10 votos republicanos de un sector dirigido por la tercera en la Cámara del partido, Liz Cheney. “El presidente de Estados Unidos convocó a esta turba, les juntó y encendió la llama de este ataque”, mantenía Cheney el miércoles en la misma línea que la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, que ha sacado adelante el impeachment: “Sabemos que el presidente de EE.UU. incitó esta insurrección, esta rebelión armada contra nuestro país común. Debe irse”.
El proceso ahora avanza al Senado y terminará tiempo después de que Joe Biden, el presidente electo, ya ocupe el poder. Por lo que serviría para evitar que Trump ocupe nuevos cargos políticos. Biden se pronunció ayer por primera vez sobre el proceso de destitución manteniendo que “fue un ataque criminal planeado y coordinado, y realizado por quienes fueron incitados a esta violencia por el presidente Trump”. Trump, demasiado tarde, condenaba la violencia, algo que fue incapaz de hacer mientras sucedía el ataque a la democracia del país, en otro comunicado en el que intenta evitar nuevas “protestas violentas” que el FBI prevé que puedan suceder de cara a la investidura de Biden. Trump no se ha pronunciado sobre su impeachment y sigue considerándose una víctima inocente. Ahora, se deben conseguir dos tercios de mayoría en el Senado, algo que es complicado con un ratio de 50 senadores demócratas y otros 50 republicanos.
La noticia alegró a los demócratas del mundo. La Cámara de Representantes de Estados Unidos considera culpable a Donald Trump por haber “incitado a la insurrección” contra el gobierno de los Estados Unidos. Ayer, el presidente saliente de la Casa Blanca perdió su segundo impeachment con 232 votos a favor y 197 en contra. De esta manera quedó como responsable diriecto de incitar una ola de violencia que se saldó con el asalto al Capitolio y 5 víctimas mortales. Trump se ha convertido en el primer presidente de la historia de los EEUU en enfrentarse a dos impeachment, el primero el pasado febrero donde fue exculpado de cargos de “abuso de poder y obstrucción al Congreso”. Ahora, la votación debe continuar en el Senado donde se necesita una mayoría de dos tercios de la cámara.
La votación fue apoyada por la mayoría demócrata del Congreso que solo necesitaba 217 de los 222 votos que ostentan, pero fue apoyada además por 10 políticos republicanos encabezados por la tercera del partido en la Cámara, Liz Cheney, que ha mantenido durante esta semana que “nada de lo que pasó hubiera sucedido sin el presidente”. El resto se posicionaban en la línea del vicepresidente republicano, Mike Pence, que se inclinan a pensar que los demócratas están jugando a “juegos políticos que solo sirven para fracturar más al país", razón por la que decidió el martes no convocar la Enmienda 25 que habría acabado con la destitución inmediata del presidente. No obstante, la votación se ha convertido en la destitución que más votos ha obtenido del mismo partido partido republicano. Se considera un éxito que 10 políticos que rompieron el discurso republicano.
“El presidente de Estados Unidos convocó a esta turba, les juntó y encendió la llama de este ataque. Todo lo que sucedió después es su obra. Nada de esto habría pasado sin el presidente. El presidente podría haber intervenido de manera inmediata y enérgica para parar la violencia. No lo hizo”, condenaba duramente Cheney. Se posicionaba así en la misma línea que la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi que ha sacado adelante el impeachment: “Sabemos que el presidente de EE.UU. incitó esta insurrección, esta rebelión armada contra nuestro país común. Debe irse. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos”.
El proceso terminará después de que Joe Biden haya ocupado la Casa Blanca, por lo que la votación no es para sacar a Trump de la presidencia, sino que serviría para impedir que ocupe otros cargos políticos y que goce de los privilegios que reciben todos los expresidentes de Estados Unidos. Biden comenzará su trabajo como el 46o presidente del país en una semana, el 20 de enero. Por primera vez, ayer se pronunció sobre el impeachment. El presidente electo emitía un comunicado ante la tensión y la ruptura completa que va a heredar en el comienzo de su legislatura: “La semana pasada vimos un asalto sin precedentes a nuestra democracia. No se pareció a nada que hayamos presenciado en los 244 años de historia de nuestra nación. Un violento ataque al propio Capitolio de Estados Unidos. […] Este ataque criminal fue planeado y coordinado. Fue realizado por extremistas políticos y terroristas domésticos, quienes fueron incitados a esta violencia por el presidente Trump”.
Biden, que ya condenó los ataques mientras estaban sucediendo en una rueda de prensa, calificaba los hechos de “insurrección armada” y mantenía que “los responsables deben rendir cuentas”. Aún así, también enfatizaba la importancia de no ignorar los graves problemas a los que se enfrenta el país con una crisis económica y pandémica durísima y la responsabilidad constitucional de lidiar con ellos.
TRUMP CONDENA LA VIOLENCIA PERO SE QUITA CULPAS
Después de una semana, Trump ha emitido un comunicado en el que ha condenado la violencia vivida en el Capitolio, algo que fue incapaz de hacer mientras se producían los ataques tras incitarlos él mismo. “Ningún verdadero partidario mío podría jamás respaldar la violencia política, ningún verdadero partidario mío podría faltar al respeto a la aplicación de la ley ni a nuestra gran bandera estadounidense”, declaraba. De esta forma, se separaba completamente de los asaltantes al Capitolio a pesar de llevar meses haciendo acusaciones falsas sobre los resultados electorales que considera fraudulentos, aunque todos los órganos de Justicia han concluido que es mentira, y de insistir en que había ganado las elecciones.
“Hemos visto en el último año una espiral de violencia política fuera de control, hemos visto demasiados altercados, demasiadas turbas, demasiados actos de intimidación y destrucción. Esto debe acabarse”, mantenía, olvidando que en una rueda de prensa justo antes del asalto incitó a los republicanos a “bajar por la Avenida de Pensilvania” y dar “determinación” a los congresistas del partido para impugnar de manera ilegal unas elecciones.
Con esto, el presidente saliente pretende evitar nuevas “protestas armadas” ante la llegada de Biden a la Casa Blanca, que podrían repetir el escenario de violencia según alerta el FBI. “Ante los informes de más manifestaciones, insto a que no debe haber violencia, ni transgresión de la ley, ni vandalismo de ningún tipo. Eso no es lo que yo represento, y no es lo que Estados Unidos representa”.
La fiscalía de Washington ya estudia por su parte los hechos sucedidos en el mitin de Trump previo al asalto a la Cámara de Representantes mientras se intentaban ratificar los votos del candidato ganador, Biden. Investigan también los tuits emitidos minutos previos a la violencia, concretamente uno en el que instigaba directamente a los altercados: “Si no lucháis como locos os vais a quedar sin país”. De momento, prácticamente todas las redes sociales han baneado por completo a Trump para evitar incitaciones similares y más alegaciones falsas frente al escenario al que se enfrenta el país.