Este miércoles, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha concedido una entrevista radiofónica en la Cadena SER, junto con Pedro Blanco. La dirigente socialista ha querido resaltar que se tiene la vuelta presencial a las aulas como prioridad absoluta, aunque no se descartan otros métodos de enseñanza si la evolución de la pandemia lo requiere.
La presencialidad, afirma la ministra, se concederá sobre todo a aquellos alumnos que por edad no puedan trabajar solos desde casa. Es el caso de infantil, primaria, y algunos cursos de secundaria, hasta los 14 años; estos alumnos deben “estar acompañados en su proceso educativo”.
Cuidado con el absentismo
Celaá insiste precisamente en esta presencialidad, recordando que, si no es por motivos justificados, la ausencia de un niño del centro escolar supone absentismo. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que los estudiantes y docentes inmersos en grupos de riesgo sí podrán faltar a clase, puesto que están justificados por su situación de especial vulnerabilidad frente al Covid-19.
Asimismo, la titular de Educación recuerda que mañana habrá una comisión interterritorial en la que se ajustarán los puntos ya acordados en mayo respecto a la vuelta a los colegios. Entre otras medidas, se propondrá el uso generalizado de mascarillas en alumnos de más de 6 años, así como tomas de temperatura y chequeos médicos realizados tanto a alumnos, como a personal no docente y docente, para hacer una detección precoz de posibles brotes.
La ministra llama a la responsabilidad social, y pide a los padres que observen de cerca si sus hijos presentan síntomas. En caso afirmativo, los estudiantes no deberán ir al colegio, bajo una declaración responsable de los padres.
En cuanto a otra pregunta de Blanco sobre qué debe hacer la familia, y en particular los padres, en caso de tener un estudiante contagiado en casa, la ministra responde que “no está decidido”. El principal problema sería la baja laboral forzada del adulto para poder acompañar al menor, que no debe estar solo, aunque se baraja la posibilidad de ofrecer “una baja por un niño cuarentenado, o un permiso retribuido”.
Por último, Celaá ha considerado que “en España hay una alarma excesiva con que no se sabe. Sí se sabe”, y que "no se debe cargar a las familias con más preocupación".