Ante las críticas vertidas por la oposición, la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, ha defendido que la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco fue un "acto de todos", y no se trató de un funeral como han querido hacer ver otras fuerzas políticas. "Los tiempos no los ha marcado el Gobierno, sino el procedimiento y la familia. Los tiempos han sido judiciales, no los ha marcado el Gobierno ni una perspectiva electoralista. Pero estaría bien tener una visión de las víctimas. La gente ahí fuera está contenta y en Europa y el mundo se nos ha reconocido porque esto era una exigencia urgente incluso de organismos internacionales de Naciones Unidas".
"No fue tanto un funeral, obviamente no fue un funeral y todos lo pudieron ver. Fue un acto de Estado, institucional", insistía Delgado en declaraciones a Onda Cero, añadiendo que el dictador ahora se encuentra en un lugar privado que no da lugar a exaltación.
La ministra ha querido poner en valor que "esto es un acto de Estado, de democracia, de futuro, que nos tiene que unir a todos porque España es un gran país, lo sabemos, y fuera de España ahora lo saben mucho más".
Bajo su criterio, este episodio supone "ponerse en el lugar de la historia democrática en el que tenemos que estar". Ha remarcado el carácter "histórico" del acto celebrado el pasado jueves y ha explicado que se culminó "un proceso que se inició con la Ley de Memoria Histórica".
En cuanto a su papel en el mismo, Delgado ha recordado que su labor era dar fe del proceso como notaria mayor del Reino y ello "requería seriedad". Por ello, ha evitado comentar si hubo algún momento de tensión con la familia Franco, recordando que del otro lado "había una familia" y el Gobierno tenía que respetar "las sensibilidades".
A su vez, ha explicado que el acto tenía dos partes: "Mi función era como notaria mayor del Reino, que es un cargo que va unido al de la ministra de Justicia. Había dos actos: primero la exhumación, después el traslado y después la reinhumación. Mi función era ver, oír y anotar aquellas circunstancias de las que tengo que dar fe", de algo "histórico", que acaba por fin con "una anomalía democrática, un mausoleo con el dictador enterrado ahí, con actos de exaltación y homenaje".
"Lo que ha pasado nos trae una España del siglo XXI"
El mismo día por la noche, la dirigente socialista declaraba en la Ser que "estamos en una España del año 2019, en la que las mujeres tenemos un papel importante en la sociedad. Hechos como los de hoy demuestran que España está ahora mismo a la vanguardia de muchas cosas. Simbólicamente hemos podido representarlas hoy a través de este acto".
"Ha sido un homenaje a la dignidad democrática, a la memoria de las víctimas. Podemos interpretar las cosas en clave partidista, pero hay que tener sentido de Estado. Estamos en un momento diferente. Era el Estado recuperando un espacio ocupado por un dictador y que además provocaba su enaltecimiento", insistía Delgado.
Por último, la ministra ha concluido que "esto se iba a acabar, lo habían dicho organismos internacionales, el Parlamento y había sido avalado por el Tribunal Supremo. Se cierra un círculo de un Estado democrático de derecho, pleno de garantías".