Primero deja traslucir su ignorancia sobre la Ley española en cuanto a derechos de las madres inmigrantes. Que ya están suficientemente protegidas por la actual ley. Segundo, su alma desalmada, valga la redundancia, de rancio abolengo fascistilla más propio del anterior Régimen que del siglo que vivimos, queda perfectamente reflejada en su verborrea incontinente e indocumentada.
Su obsesión por poblar España para sostener el sistema público de pensiones ya le jugó una mala pasada el pasado 7 de febrero. Sus palabras entonces sonaron a añoranza de un nuevo baby boom franquista, y le llevaron a anunciar una revisión a la baja de la Ley del Aborto que nos llevaría a 1985. La asociación que hizo es bien simple y hasta simplista: no tenemos hijos en España porque las mujeres abortan. Hacer añicos las libertades conseguidas por las mujeres en varias décadas, es lo de menos para el insigne alfil popular. Después advierte a las mujeres que deberían de “saber lo que llevan dentro”, prestándose él mismo a explicárselo. Algo que tuvo que atajar su compañera de partido Celia Villalobos: “Ya sabemos bien lo que llevamos dentro, no necesitamos que ningún hombre tenga que explicárnoslo”, dijo la veterana política escandalizada por semejante irresponsabilidad. No contento con ello, su última propuesta de la Ley de Protección a la Maternidad, se refirió a proteger a aquellas mujeres inmigrantes embarazadas que quisieran dar a sus hijos en adopción. Una cosa a cambio de la otra. Lo que inmediatamente inflamó redes sociales y puso en armas a todo el movimiento feminista.
Tras dos días de silencio extremo y justificaciones a medias de los suyos, se queja de que le han fabricado una fake news. No señor Casado, a usted nadie necesita fabricarle una fake news, ya que usted mismo es una lanzadera incontenible de bulos y mentiras flagrantes que ni se digna desmentir. Tuvieron que salir sus portavoces, de gabinete y grupo político, a aplacar las iras feministas y de la cordura nacional metiendo un poco más la pata al afirmar que “mejor era eso que seguir permitiendo que se tiraran bebés en los contenedores”, ergo, usted si dijo lo que ahora dice que no dijo.
Dos días ha tardado, el propio Casado, el mismo, el auténtico, el cachorro aznariano, en reescribir y aprenderse un guión con el que salir a desmentir lo que sí dijo y sus colegas recalcaron. “Eso es una aberración. Ningún dirigente político de ningún país diría una cosa así” -exclama el flamante halcón popular con su habitual desparpajo para defender una cosa y la contraria. Pero el escándalo estaba ya servido. [Dar protección y papeles legales a la madre que de a su niño en adopción]. Efectivamente, a nadie se le ocurriría semejante desvarío para que vea usted la magnitud de su astracanada, señor Casado. Claro que ningún dirigente del mundo exhibiría semejante perversión, salvo quizá los ultra locos, Trump, Bolsonaro, e incluso su socio de gobierno, el ultra derechista Santiago Abascal, con quien usted compite a ver quien es más filibustero, filofascista y retrógrado.
Porque el fondo de esta carrera delirante hacia el fascio no es otro que unos millones de votos que por la extrema derecha le están birlando a pasos agigantados, y también por el lado ultraliberal, cuyo líder, Albert Rivera, se ha acercado a las filas de Abascal tan peligrosamente como usted.
Está usted desencajado. Tranquilícese. Primero miente como un bellaco cuando acusa al presidente Sánchez de ilegítimo y traidor a España por vender la independencia a Cataluña. No le importa que los hechos le desmonten la fake news porque usted cuenta con los decibelios de una opinión pública que hará la vista gorda, una y otra vez, y dará por buenas sus palabras, como si hablara para ignorantes de brocha gorda. Que esos también votan. Después le llama ilegítimo, okupa, felón, vendepatrias al presidente del Gobierno y le exige en la Plaza de Colón, rodeado de mas banderas que gente, inflamado de poder con sus socios, Rivera y Abascal, que “convoque inmediatamente elecciones”. Una vez que las convoca, le vuelve a insultar por haberlas convocado, acusándole de aprovecharse del dinero de las arcas públicas y del Consejo de Ministros. Hágaselo mirar, por favor, señor Casado.
Con su habitual incontinencia verbal vuelve a insultar y acusar al jefe del Ejecutivo de que siga gobernando y realizando los Consejos de Ministros todos los viernes -como es su obligación y manda la Ley-. Cuando la Ley, los abogados del Estado y del Congreso, le dicen que usted no lleva razón. Sigue erre que erre. No conforme con ello, pretende que la Junta Electoral prohiba las ruedas de prensa de los viernes. Los mismos Consejos y Ruedas de prensa que tanto Rajoy como Aznar estuvieron realizando, igual que Sánchez, hasta el último día. Repito, hágaselo mirar señor Casado y de paso tambien a quien le pisa los talones, Rivera, que ha iniciado una deriva hacia la mentira y los vetos muy peligrosa.
Cuando la poca prensa seria de este país le pone delante de sus narices los audios y videos de los Consejos de Ministros y ruedas de prensa de su mentor, Mariano Rajoy y de Sainz de Santamaría, aprobando decenas de Decretos en la mesa permanente hasta el último día. Es decir haciendo exactamente lo mismo que usted denuncia. Usted no solo no calla, sino que sigue con el filibusterismo. Para bien o para mal, usted tan joven, 39 añitos, y su socio Albert Rivera, 38, son los líderes de los dos mayores partidos de la oposición, y les han vuelto a dar en la boca cuando intentaron impedir que la Mesa de la Diputación Permanente no tramitara esos Decretos Ley, sociales, que el Gobierno socialistas está aprobando hasta el último día de su mandato. Les queda aún unos pocos años para alcanzar el cuajo imprescindible no solo para gobernar, sino para liderar con solvencia la oposición de España, que no es la patria de las banderas en los balcones, señores, sino de la dignidad de los trabajadores y la igualdad de oportunidad para todos.
Cuando merezca ser un un verdadero líder político con capacidad para gobernar España, se aprenderá las leyes y se centrará en las propuestas políticas de su partido, que las tiene, y de su programa, que lo tiene. Dejará de mirarse en el espejo y ver vídeos imitando cómo los americanos hacen sus discursos y escenifican ante la televisión, y pondrá algo más de codos y trabajo cognoscitivo. Su partido se lo agradecerá porque por más que, hasta se le esté poniendo la voz de Aznar, es la primera vez que tiene a un chiquilicuatre como usted al frente y la gente sensata del PP ya no sabe ni para donde mirar. Todo usted es eso, un master de Harvard de fin de semana en Aravaca. Estudie, trabaje, aprenda, respete, y cuando sepa lo que dice, hable.