La Guardia Civil ha detenido a 29 personas que habrían defraudado 2 700 000 euros mediante estafas a las compañías telefónicas con falsas contrataciones y portabilidades. La operación se ha realizado en Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón y Cataluña. Se les imputan, entre otros, delitos de estafa, falsedad documental, revelación de secretos y blanqueo de capitales.
La operación, llamada Telefones, se ha desarrollado en España con la colaboración de Interpol y Europol. Esta colaboración ha sido determinante, pues el lucro principal de la organización criminal procedía de la venta en Marruecos de teléfonos móviles de alta gama, obtenidos de manera fraudulenta en España y otros países europeos, principalmente Francia y Alemania.
La operación ha sido llevada a cabo por agentes pertenecientes al Equipo Territorial de Policía Judicial de la Guardia Civil de Almansa, que han contado con la colaboración de agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial y Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Guardia Civil de Albacete, de las Áreas de Investigación de la Guardia Civil de Fraga y Vall de Uxó, de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Lleida, así como Policía Local de Valencia.
Utilizaban datos reales para las contrataciones fraudulentas
Para ello, una de las ramas de la organización se dedicaba a comprar de forma ilícita datos reales de clientes de compañías operadoras de telefonía móvil que dan servicio en España. Con esos datos, en establecimientos comerciales de "confianza" para la organización, se activaban líneas de teléfono prepago de compañías virtuales para después solicitar la portabilidad de estas líneas a las principales compañías operadoras en España.
Los datos del supuesto "cliente" resultaban ser reales y conocidos por las compañías operadoras, que les ofertaban la posibilidad de contratar la compra a plazos de teléfonos móviles de alta gama. Hechas las contrataciones, los teléfonos eran enviados por las compañías a través de empresas de mensajería donde la organización también contaba con repartidores captados que entregaban irregularmente los terminales a la última rama de la organización, encargada de receptar los smartphone, gestionar su salida hacia Marruecos y lograr allí su venta al público obteniendo el beneficio final de la actividad criminal.
Una de las dificultades que se ha encontrado la Guardia Civil en esta operación ha sido la alta movilidad geográfica de los integrantes de la red, con el fin de obstaculizar cualquier tipo de investigación de la que pudieran ser objeto. Se desplazaban constantemente por España y el extranjero.
Las actividades delictivas reportaban importantes beneficios a los principales miembros de la organización, que mantenían un alto nivel de vida en España llegando incluso a adquirir propiedades inmobiliarias y vehículos de alta gama en Marruecos y Rumanía.
Además, para no levantar sospechas, trataban de mantener las cuentas bancarias con un saldo normalizado realizando continuas extracciones de efectivo. Durante los registros practicados se intervinieron numerosos efectos de valor procedente de las actividades ilícitas del grupo, destacando 10 vehículos, 305 teléfonos móviles, 425 tarjetas SIM y dinero en efectivo en varias divisas. Además, se han intervenido dos ordenadores portátiles provistos de programas para manipular documentos de identidad y números de cuentas bancarias y abundante documentación de interés relativa a la actividad delictiva desarrollada por la organización.