María Dolores de Cospedal ha dejado de formar parte del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular, puesto en el que la situó el actual presidente del partido, Pablo Casado, como premio por su apoyo y el de sus compromisarios en el reciente Congreso del Partido en el que el ahora líder venció a Soraya Sáenz de Santamaría.

La ex secretaria general del PP no ha podido resistir más la presión que le llegaba desde todos los rincones de su partido para que dejara su puesto tras conocerse sus conversaciones con el ex comisario Villarejo hoy en prisión.

No deja, sin embargo, Cospedal el acta de diputada del Congreso de los Diputados. Para la dirección del PP esta es la renuncia que estaban esperando, pero la ex líder popular seguirá ocupando su escaño, ya que según cuentan en su entorno no quiere marcharse por su vinculación en este asunto tan turbio. En el fondo de la cuestión, seguramente, esté la condición de aforada con la que ahora cuenta la popular y que no querrá perder en unos momentos como estos.

Según una nota pública que han enviado a los medios Cospedal deja su puesto relevante en el PP “ante los multiples ataques que he recibido estos días por las conversaciones mantenidas con el ex comisario Villarejo, y para evitar que estos ataques se hagan extensivos a la formación política de la que he sido Secretaria General, y a su actual Presidente, he decidido renunciar a mi condición de miembro del Comité Ejecutivo Nacional, máximo órgano de dirección del partido”

Esta decisión que, por otra parte, se esperaba ya, se confirma tras las aparición de nuevas escuchas en las que ha salido a la luz las gestiones de Cospedal con Villarejo para que espiaran al hermano del ex secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba. Estas informaciones se suman a las conocidas anteriormente sobre los encuentros que mantuvo Cospedal con Villarejo para conseguir información relevante sobre las pesquisas judiciales en la Trama Gürtel, o el encargo de “trabajillos” para espiar a sus compañeros de partido, como Javier Arenas.

El ahora líder popular, Pablo Casado, que durante su elección como presidente del partido se apoyó en el sector controlado por Dolores de Cospedal para derrotar a Soraya Sáenz de Santamaría, ha preferido estos días mantener un significativo silencio para no apoyar a su compañera de partido. Ahora todos se preguntan qué hubiera pasado en el reciente Congreso Nacional del PP si el comisario Villarejo hubiera decidido hacer publicar estas conversaciones grabadas en aquellos días.