La borrasca Filomena ha traído nevadas nunca vistas en muchos lugares del centro peninsular. Un acontecimiento inolvidable para los madrileños y madrileñas, y para muchas otras regiones españolas, aunque no todo es tan bonito como parece. El fin de semana miles de personas salieron a la calle como si la pandemia del coronavirus hubiera pasado ya. Se hicieron fotos, empezaron guerras con bolas de nieve o sacaron los esquís como si de Vaqueira se tratase. Pero para otros, han sido días de quitar nieve en sus casas o una odisea por quedar atrapados en carreteras, trenes, autobuses e incluso aeropuertos. Ahora, la predicción meteorológica facilitada por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) señala que tras ahora nos llega una ola de frío que azotará toda la semana. Las nevadas se marchan, pero para dar paso a una ola de frío polar hasta alcanzar los -15 grados, a excepción de Cantabria que sigue en alerta por nieve. En otras zonas de la costa este e Islas Baleares se anuncian próximas lluvias y fuerte oleaje. La situación aún es peligrosa y las nevadas se han convertido en hielo que dificultará la movilidad. Este lunes, muchos trabajadores no han podido acudir a sus centros de trabajo, los escolares permanecen en casa en varias provincias, y el Gobierno recomienda no salir de caso, salvo que sea absolutamente imprescindible. Aún queda mucho trabajo por hacer para recuperar la normalidad.