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"Lo que la oruga llama 'el fin', el resto del mundo lo llama 'mariposa'."

Las elecciones presidenciales en Túnez

Las elecciones presidenciales en Túnez

Túnez, el país donde se originó el primer y posiblemente más exitoso levantamiento de la Primavera Árabe, se encuentra entre los países africanos que han experimentado la disminución más precipitada de la gobernanza democrática desde su último ciclo electoral, y que rivaliza con los golpes militares contra los gobiernos democráticos en África Occidental. 


Además de las tensiones políticas, el país enfrenta una profunda crisis económica y desafíos migratorios que requieren una respuesta coordinada a nivel nacional e internacional para evitar un mayor deterioro de la estabilidad.

 

En este contexto, el 2 de julio, el presidente Kais Saied convocó elecciones presidenciales para el 6 de octubre, coincidiendo con el final de su mandato. El 19 de julio, en un vídeo emitido desde la presidencia, Saied anunció su candidatura para un segundo mandato, justificando su decisión por "el llamado sagrado de la patria". Estas elecciones serán las primeras desde que Saied, un autócrata-populista que se presentó como el “salvador del país”, disolvió el gobierno y suspendió el parlamento, concentrando en sus manos el poder ejecutivo y eliminando los controles democráticos sobre las instituciones. Desde el autogolpe de 2021, Saied ha desacreditado a la oposición, tachándola de traidora y enemiga del pueblo, justificando su reelección como una “lucha por la autodeterminación nacional”.

 

Antes de finalizar el período de inscripción de candidatos, la Alta Autoridad Electoral Independiente (ISIE) del proceso electoral quedó en entredicho tras la condena de varios opositores a penas de cárcel, impidiéndoles participar en futuras elecciones. Entre los condenados figuran líderes como Abdelatif Mekki, del partido islamista Ennahda, y Abir Moussi, exdirigente del partido del dictador Ben Alí, condenada a dos años de cárcel por haber criticado la falta de independencia del ISIE. En total, una treintena de políticos, junto con periodistas y activistas sociales, se encuentran encarcelados.

 

El 2 de septiembre, tras evaluar las decisiones del tribunal administrativo, el ISIE anunció la lista final de candidatos para la presidencia, en la que se incluye a Presidente, Kais Saied, al exparlamentario Zuhair Maghzaoui y al ingeniero Ayachi Zammel. Este último fue detenido en las últimas horas bajo sospecha de falsificación de patrocinios. La exclusión de otros aspirantes ha avivado el conflicto entre el tribunal administrativo y el ISIE, intensificando el debate.

 

La principal coalición opositora, el Frente de Salvación Nacional (FSN), ha decidido no participar en lo que consideran un "simulacro de democracia". Mientras tanto, más de veinte figuras políticas se encuentran en prisión preventiva, acusadas de conspirar contra la seguridad del Estado. Amnistía Internacional ha denunciado el aumento de la represión contra la disidencia, con acusación sin fundamento. 

 

Kaïs Saied ha perseguido un asalto sistemático y continuo a todas las instituciones democráticas duramente ganadas de Túnez.

 

DEMOGRAFIA ELECTORAL

 

Túnez tiene una población de 12.389.138 hab./2024, de los cuales el 50,61% son mujeres. El Islam es la religión oficial del Estado y de casi toda la población, aunque la Constitución garantiza la libertad religiosa. 

 

La última referencia electoral para las elecciones presidenciales es la de 2019, que estuvieron condicionadas por el desencanto con el sistema político. De una población de 11.748.251 hab./2019, podían ejercer su derecho al voto 7.081.307, algo más del 60% de la población. Las elecciones se celebraron en dos vueltas, el 5 de septiembre y el 13 de octubre de 2019. 

 

En la primera vuelta se presentaron siete candidatos y votaron 3. 465.184 de personas (48,98%). Los dos más votados pasaron a la segunda vuelta, fueron: el entonces candidato independiente Saied con un 18,40% de los votos y el empresario Nabil Karoui, del partido Qalb Tunes, con el 15,58%. En la segunda vuelta votaron 3,892,085 (55%). Saied ganó con un 72,71 % de los votos, tras acusar a su rival de presunta corrupción. Karoui obtuvo 27.29% de los votos. 

 

 

La distribución de la población en Túnez está influenciada por las características geográficas y climáticas. Las principales ciudades se concentran en la mitad norte y en las áreas costeras, mientras que las regiones del sur están prácticamente deshabitadas. 

 

En 2019, el 60 % de la población tunecina era menor de 35 año, frustrada por el desempleo y el lento avance de las reformas posrevolucionarias, expresó su desencanto con el sistema político, con una elevada abstención.

 

A pesar de que partidos islamistas tradicionales como Ennahda conservaron parte de su base, hubo un giro hacia candidatos y partidos antisistema, que optaron por candidatos que prometían una "ruptura" con el pasado, como fue el caso de Kais Saied.

 

CONTEXTO HISTORICO

 

En la antigüedad, Túnez estaba habitado por bereberes (1). Los fenicios fundaron Cartago, que se convirtió una de las principales potencias mercantiles del Mediterráneo y en un rival militar de Roma. Cartago fue derrotada por los romanos en las Guerras Púnicas (146 a. C.) que ocuparon Túnez durante cerca de ochocientos años. Durante este tiempo, introdujeron el cristianismo y dejaron un importante legado arquitectónico.

 

Los musulmanes conquistaron Túnez en el año 697 d.C. Tras el fin de Reconquista (1492) las relaciones con la Monarquía Hispánica se intensificaron al abrir las puertas del norte de África a los moriscos (2). En 1504, el corsario berberisco (3) conocido como Barbarroja (nacido en una isla griega del mar Egeo) estableció su base en Túnez. Una de sus primeras gestas fue capturar dos galeras del Papa Julio II cargadas de riquezas. Barbarroja rendía tributo al Imperio Otomano, declarándose vasallo de su sultán. Túnez se transformó en refugio de los piratas berberiscos, enemigos acérrimos de los cristianos del Mediterráneo. 

 

Los continuos saqueos motivaron que en 1509 el Cardenal Cisneros, regente de Castilla, organizase una expedición militar que sometió Orán, Bugía, Argel, Túnez y, en 1511, Trípoli. En 1535, Carlos I de España partió hacia Túnez con todas sus fuerzas. La Goleta fue tomada el 16 de julio y Túnez cayó pocos días después, restaurando en el trono a Muley Hassan y recuperando la influencia de la Monarquía Hispánica sobre la región. El dominio de Barbarroja terminó cuando Carlos I envió un ejército de 10.000 soldados al norte de África, derrotando a las fuerzas del corsario, quien murió en la batalla. 

 

En 1573, Túnez cayó nuevamente en manos del Imperio Otomano. El 1 de octubre de ese año, Juan de Austria tras la victoria en la Batalla de Lepanto se dirigió a La Goleta con 104 naves y 20.000 hombres y conquistó el país. Un año después, el territorio volvió a ser ocupado por los otomanos, quienes lo dominaron durante más de tres siglos, hasta que, durante su decadencia en el siglo XIX, Francia estableció un protectorado en 1881.

 

En 1956, Túnez se independizó bajo el sistema de una monarquía constitucional, derrocada al año siguiente por Habib Bourguiba, líder del partido Neo-Destour, que proclamó la República y se mantuvo como presidente hasta 1987, cuando fue depuesto por Zine El Abidine Ben Ali, del partido Agrupación Constitucional Democrática. Ben Ali gobernó de manera autoritaria hasta el 14 de enero de 2011, cuando una ola de protestas conocida como la “Primavera Árabe” lo obligó a huir del país. Este movimiento fue el catalizador de una serie de revueltas sociales a gran escala que recorrieron el mundo árabe y que Túnez culminó con las primeras elecciones presidenciales y legislativas libres, tras la redacción de una nueva constitución en 2014. 

 

A raíz de la Primavera Árabe, Túnez fue el único país de la región que logró sostener una transición democrática exitosa. Hubo importantes avances, como el respeto a la libertad de expresión y la celebración de elecciones libres, pero el deterioro de la economía y la persistencia de la corrupción provocaron un profundo malestar social. 

 

Hasta que los controles y equilibrios democráticos sean lo suficientemente fuertes como para resistir la determinación de un actor ejecutivo de consolidar el poder, el progreso es frágil.

 

En este contexto, el presidente Kais Saied (4), que había ganado las elecciones en 2019, dio un autogolpe en 2021 disolviendo el parlamento, asumiendo poderes extraordinarios, sometiendo el poder judicial a su control, reformando a su gusto la Constitución y, desde entonces,  gobernando por decreto y sin control parlamentario, que culminó su desastrosa deriva autoritaria con la elección de un nuevo Parlamento en febrero de 2023, sin legitimidad alguna, ya que el 90% del electorado siguió el boicot auspiciado por la oposición y no acudió a las urnas.

 

CONTEXTO GEOPOLITICO

 

Túnez es el país más pequeño del Magreb. La superficie es de 163 610 km² y tiene una población de 12 millones de hab./2024. Posee 1.034 km de fronteras con Argelia y 461 km de fronteras con Libia.​ Además, tiene una línea costera de 1.148 km de longitud.  Su territorio está organizado en 24 provincias o wilayat. 

 

El país está ubicado entre las estribaciones orientales de la cordillera montañosa del Atlas y el mar Mediterráneo. Cerca del 40 % del país pertenece al desierto del Sahara, mientras que el resto es suelo fértil y adecuado para la agricultura.  

 

La situación estratégica deTúnez en el centro del Mediterráneo y muy cerca de las costas de Europa, han sido motivo de invasiones y asentamientos de distintos pueblos africanos, europeos y asiáticos a lo largo de la Historia, lo que ha dejado sus huellas en la composición étnica del país. El núcleo más importante de población es de origen bereber (cerca del 65%), mientras que el segundo grupo en importancia es la etnia árabe (25%). El porcentaje restante se divide entre tunecinos de origen argelino, judíos y europeos.

 

La capital es Túnez, que es la ciudad más poblada del país. La mayoría de lapoblación practica la religión musulmana. De hecho, el Islam en su rama suní es la religión oficial del estado. Las minorías cristiana y judía gozan de bastante libertad, aunque numéricamente son casi insignificantes, apenas 50.000 personas en todo el país. 

 

El árabe es el idioma oficial, aunque en la calle se utiliza de forma mayoritaria el dialecto tunecino. Las lenguas bereberes, muy minoritarias, se siguen utilizando en algunas zonas del interior y el sur del país. El francés, introducido en Túnez durante el protectorado (1881–1956), es importante como idioma para los negocios, la prensa y la educación.

 

Para España es una zona estratégica por su proximidad geográfica, por su vinculación histórica y por la densidad de intercambios humanos, económicos y culturales.

 

Por su situación geográfica, Túnez da prioridad en sus relaciones exteriores en el Magreb y al Mediterráneo. Es miembro de Liga Árabe, Unión del Magreb Árabe, cuyo secretario general es tunecino.  Miembro fundador del Acuerdo de Agadir (2004, juntamente con Egipto, Jordania y Marruecos), cuyo objetivo esencial es la creación de una zona de libre cambio entre estos países. Miembro no permanente del CSNU en el periodo 2020-2021 y otras organizaciones regionales y globales.

 

Es muy activo en el marco de la UE: Diálogo 5+5 en el Mediterráneo Occidental, Unión por el Mediterráneo (UpM), Política Europea de Vecindad (PEV), Programa ENI (Instrumento Europeo de Vecindad), Acuerdo de Asociación, Plan de Acción UE-Túnez. Convenios sobre migración y movilidad. Proyectos de cooperación técnica y económica, etc.

 

Con Argelia y Libia, tiene buenas relaciones, a pesar de las múltiples tensiones ocasionales. Túnez y Argelia resolvieron un antiguo conflicto fronterizo en 1993 y han cooperado en la construcción del gasoducto transmediterráneo a Italia, llegando a un acuerdo sobre la frontera marítima entre ambos países.  Las relaciones con Libia han sido más difíciles sobre todo desde que Túnez se opuso en 1974 a formar la unión tunecino-libia. En 1.980 rebeldes apoyados por Libia intentaron tomar la ciudad minera de Gafsa en Túnez (5). En 1982, el Tribunal Internacional de Justicia falló a favor de Libia en la disputa sobre la partición de la plataforma continental rica en petróleo, situada a lo largo de la frontera. 

 

En 1985, la expulsión por Libia de numerosos trabajadores tunecinos y las amenazas militares estadounidenses llevaron a Túnez a restringir las relacione y a apoyar las sanciones impuestas por la ONU a Libia tras los bombardeos aéreos de EE.UU., pero apoyó su levantamiento en 2003. Libia volvió a convertirse en uno de sus principales socios comerciales. No obstante, los dos países siguen manteniendo un contencioso marítimo sobre su frontera común. Con su vecino europeo más próximo, Malta, Túnez tiene un contencioso sobre la explotación petrolífera en la plataforma continental entre ambos países.

 

SITUACION ACTUAL

 

La economía de Túnez enfrenta grandes dificultades, tras años de crecimiento lento, una alta inflación y aumento del desempleo, lo que ha provocado la insatisfacción de la población. Estos problemas se han visto agravados por la pandemia de COVID-19, que afectó sectores clave como el turismo y la inversión extranjera. La agencia de calificación Fitch ha mantenido la calificación del país en "CCC-", anticipando un déficit creciente por el aumento de subvenciones y el coste de la deuda. 

 

El déficit fiscal proyectado para 2024-2025 es del 16% del PIB, exacerbado por grandes déficits presupuestarios. Las perspectivas de obtener financiación externa son limitadas, a menos que se logre un acuerdo con el FMI, algo que parece improbable​. 

 

En el ámbito político, el presidente Kais Saied ha suscitado preocupaciones tanto a nivel interno como externo debido al creciente deterioro de la democracia en su país. Esta situación ofrece importantes lecciones para otros socios democráticos. Ganar legitimidad no significa obtener un cheque en blanco, ni tampoco la legitimidad es algo estático. La construcción de instituciones democráticas exige el arduo trabajo de lograr compromisos, compartir el poder, establecer normas y generar buena voluntad entre múltiples actores. 

 

La migración es otro desafío crucial, debido a que Túnez es un punto de tránsito para migrantes que buscan llegar a Europa, especialmente a través de la ruta del Mediterráneo Central., situación que no solo plantea dificultades logísticas y humanitarias, sino que también afecta las relaciones de Túnez con los países europeos que presionan al gobierno tunecino para que controle mejor los flujos migratorios.

 

ECONOMIA Y RECURSOS

 

El PIB per cápita fue de 3.661 € euros, en 2023, encontrándose en la parte final de la tabla, en el puesto 124. Sus habitantes tienen un bajísimo nivel de vida en relación con los 196 países del ranking. 

 

Túnez tiene una economía diversificada que depende en gran medida de las exportaciones, especialmente del petróleo. La actividad turística se ha convertido en el gran motor de la economía tunecina, a pesar de haberse visto afectada en los últimos años por la inestabilidad política y los problemas de seguridad. El turismo es la mayor fuente de ingresos y divisas, al igual que las remesas de los trabajadores migrantes que viven en el extranjero. 

 

El país sigue sufriendo un desequilibrio regional entre el próspero norte y las regiones áridas del centro y el sur, más empobrecidas. Cerca de dos tercios del territorio de Túnez es apto para la agricultura, en la que trabaja el 20% de la población activa. Sin embargo, la producción agrícola no es insuficiente para satisfacer las necesidades de la población.

 

Por otra parte, las explotaciones petrolíferas y de gas, aunque de menor tamaño que las de sus países vecinos, reportan al país importantes beneficios. La industria tunecina supone una sexta parte del PIB y está orientada casi por completo hacia la exportación de equipos mecánicos, textiles, productos derivados del petróleo y productos químicos a Europa. La UE es el principal destino de sus exportaciones e importaciones. Francia es el socio comercial más importante, seguido de Italia, Alemania y China.

 

SEGURIDAD, CRIMINALIDAD ORGANIZADA Y TERRORISMO INTERNACIONAL

 

Las muertes relacionadas con el terrorismo de origen yihadista en África aumentaron un 20% en 2023, con más de 23,000 fallecidos. 

 

El 83% de estas muertes sucedieron en el Sahel y Somalia, regiones que registraron incrementos anuales del 43% y 22%, respectivamente. Sin embargo, la situación en otras partes del continente ha mejorado significativamente.

 

En el norte de África y Mozambique, el número de muertes relacionadas con la violencia yihadista se redujo en un 98% y 71%, respectivamente. Estas disminuciones evidencian el progreso alcanzado en la lucha contra los grupos yihadistas en África. Este es el primer descenso en el número de incidentes violentos relacionados con el terrorismo en África desde 2016, cuando se registraron 2,513 eventos violentos.

 

En cuanto a Túnez, los atentados de 2015 marcaron un punto de inflexión en la evolución del terrorismo yihadista en el país. El 18 de marzo, un atentado frente al Museo del Bardo dejó 24 civiles y un policía muerto. El 26 de junio, otro atentado en la ciudad de Susa, frente al Hotel Riu Imperial Marhaba en Port El Kantaoui, a orillas del Mediterráneo, provocó la muerte de 38 persona y 36 heridos, en su mayoría turistas europeos. En 2016, tras una breve calma, el 8 de julio, una milicia vinculada a Al-Qaeda atacó un puesto fronterizo en Ghardimaou, muriendo seis agentes de la Guardia Nacional. Meses antes, en marzo, decenas de yihadistas libios intentaron infiltrarse en Ben Guerdane, resultando 20 personas muertas. El Estado Islámico (EI) no reivindicó el ataque, pero las autoridades locales le acusaron de intentar establecer un emirato en la zona. El 29 de octubre de 2018, una mujer perpetró un atentado suicida en la avenida Habib Bourguiba, en pleno centro de Túnez, hiriendo a 15 policías y matando a 12 personas. 

 

El Estado Islámico reivindicó los atentados, que afectaron gravemente al sector turístico, una de las principales fuentes de divisas del país. Desde entonces, Túnez ha participado en diversos programas bilaterales y regionales para mejorar y formar a sus fuerzas de seguridad. 

 

La UE colabora con el país a través de agencias como EUROPOL, CEPOL y FRONTEX, además de acuerdos bilaterales con países como Francia, Alemania y España para reforzar la capacidad técnica y operativa de las fuerzas de seguridad tunecinas.

 

Aunque Túnez no ha sufrido atentados recientes, la amenaza terrorista persiste debido al elevado número de combatientes tunecinos (unos 5.000) a zonas de conflicto (Siria, Irak, Libia y Yemen) (6). Muchos cruzaron la porosa frontera con Libia, que se utiliza frecuentemente para el contrabando y la criminalidad organizada trasnacional. Además, Las prisiones del país operan a un 150% de su capacidad, y el 7% de la población carcelaria en 2017 tenía cargos relacionados con el terrorismo, lo que sugiere un entorno propicio para la radicalización. 

 

A esto habrá que añadir la inestabilidad de Libia, cuyas fronteras están controladas por diversas facciones. Libia ha sido el punto de entrada para muchos de los autores de los atentados en Túnez, lo que subraya la gravedad del problema. Además, Al-Qaeda en el Magreb Islámico continúa buscando expandir su control sobre el Sahel, y el movimiento de unificación de facciones en Mali, como el JNIM, podría tener un impacto relevante en la región.

 

CAMBIO CLIMATICO, CRISIS MIGRATORIA Y ACUERDOS CONTROVERSIALES 

 

Según el último informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, 2013), las continuas emisiones de gases de efecto invernadero provocarán un calentamiento adicional, y con seguridad se registrarán niveles extremos de temperaturas cálidas de manera más frecuente en la mayoría de las zonas del planeta en los próximos 50 años. 

 

En este contexto, el peligro de calor extremo en Túnez se considera alto. En el mapa arriba indicado de la organización Think Hazard (7) indica su previsión sobre las zonas previsiblemente afectadas. El aumento del nivel del mar ya se hace sentir en las zonas costeras, donde residen más del 60% de los habitantes del país y se produce el 80% de la actividad económica. El aumento del nivel del mar está dañando las formaciones acuíferas del litoral y otras reservas de agua subterránea, lo que afecta la agricultura y tiene graves consecuencias para la economía y el desarrollo nacional.

 

La región costera constituye la columna vertebral de la economía tunecina. En ella se desarrolla una importante actividad agrícola e industrial y allí se encuentran los puertos que dan acceso a los mercados externos. Se la considera también una importante reserva de agua para todo el país, con acuíferos costeros que representan más del 50% de los recursos de aguas subterráneas poco profundas. El Gobierno de Túnez ha establecido el aumento del nivel del mar y el desarrollo costero como una de las máximas prioridades para las medidas de adaptación.

 

Según informó el Observatorio Nacional de Agricultura (ONAGRI) (8), entre septiembre y noviembre del año pasado, el déficit de lluvias en Túnez alcanzó el 94%, lo que dilató la ya prolongada sequía y los cortes de agua que afectan al país. Las reservas de los embalses continúan disminuyendo en un país que, según la OMS, ya se encontraba por debajo del umbral de pobreza hídrica. Túnez sufre un fuerte estrés hídrico debido a los contrastes climáticos entre sus regiones y los efectos del cambio climático, los cuales se han intensificado hasta niveles de alarmantes.

 

Amnistía Internacional (AI) ha alertado sobre la «extrema» vulnerabilidad del país ante el cambio climático y la inseguridad alimentaria, señalando que los limitados recursos hídricos y la previsión de sequías más frecuentes y temperaturas más altas son factores de riesgo. La agencia meteorológica de la ONU también ha anunciado sobre un «calor extremo» en varias partes del norte de África, especialmente en Túnez, Argelia, Marruecos y Libia. Asimismo, ha subrayado que los fenómenos extremos y el cambio climático están afectando gravemente la salud, la seguridad humana y el desarrollo socioeconómico en el continente africano.

 

CRISIS MIGRATORIA Y ACUERDOS CONTROVERSIALES

 

Saïed ha tratado de crear un chivo expiatorio culpando a los migrantes africanos, usando una violencia generalizada contra ellos que son abandonados en zonas aisladas del desierto, en la frontera Libia.

 

Túnez es un punto clave en la ruta migratoria hacia Europa. Aunque el siempre polémico Saied ha sido condenado enérgicamente por sus opiniones racistas sobre los africanos negros (9), el día 11 junio 2023, la presidenta de la CE, Úrsula von der Leyen, acompañada de los primeros ministros de Países Bajos e Italia, Mark Rutte y Giorgia Meloni, ofreció a Túnez un paquete integral de asistencia financiera para garantizar la estabilidad económica del país norteafricano y acordaron un renovado partenariado en materia de migración contra el tráfico de personas. Acuerdos que han sido cuestionados por su falta de salvaguardias de derechos humanos y por fomentar prácticas abusivas​. 

 

 

La ruta del Mediterráneo Central (la ruta desde Argelia, Egipto, Libia y Túnez a Italia y Malta) ha sido durante mucho tiempo la ruta migratoria más mortal del mundo. Según la OIM (10) casi 2.500 personas murieron o desaparecieron cuando intentaron cruzar el tramo en 2023. Muchos de los migrantes provienen de países de África subsahariana, según ACNUR, en 2023, más de 157.651 personas llegaron a Italia por mar (12% procedían de Guinea, 11% de Túnez, 10% de Costa de Marfil, 8% Bangladesh, 7% Egipto, 6% Siria, 5% Burkina Faso, 5%Pakistán, 4% Malí, 4% Sudan y 27% Otros).

 

El aumento del número de personas que cruzan la Ruta del Mediterráneo Central está vinculado al rápido deterioro de la situación económica en el norte de África, en particular Túnez y Egipto.  La guerra y el cambio climático son cada vez más un motor de la movilidad humana, ya que algunas áreas se vuelven invivibles y los medios de vida tradicionales ya no son sostenibles.

 

 

Según Frontex, la agencia de la UE, indica que Túnez ha superado a Libia como el principal punto de partida para la migración hacia Europa.  De las más de 150.000 personas que cruzaron el Mediterráneo Central en barcos precarios en 2023, el 87% salió de Túnez. El resto partió de Libia, que anteriormente era la ruta principal. 

 

La distancia entre Túnez y la isla italiana Lampedusa, ahora se llama “Corredor Tunecino”. Limitar las rutas de migración seguras y regulares y aumentar la gestión de las fronteras no impide la movilidad humana, ya que muchas personas están dispuestas a morir en lugar de permanecer atrapadas donde están, lo que favorece a contrabandistas y personas involucradas en la trata de personas, que explotan su desesperación.

 


 

NOTAS

1.- Bereberes (conocidos como amazigh), grupo étnico indígena originario del norte de África (Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y partes del desierto del Sahara). Con una rica historia y patrimonio cultural que abarca desde tiempos preislámicos hasta la actualidad. La lengua bereber tiene varios dialectos y forma parte de la familia de lenguas afroasiáticas y ha ganado reconocimiento en Marruecos y Argelia, donde ha sido declarado idioma oficial junto al árabe. Es conocida por sus tradiciones orales, música, danza y artesanías (tejido de alfombras, joyería y cerámica). Su estructura social gira en torno a clanes y tribus, y han tenido una larga historia de vida seminómada y agrícola. Han interactuado con diversas civilizaciones a lo largo de la historia (fenicios, romanos, bizantinos, árabes y potencias europeas). Jugaron un papel clave en la expansión del Islam en el norte de África, aunque han mantenido una identidad cultural distinta.

 

2.-  Moriscos. Musulmanes convertidos al cristianismo en Hispania, posteriormente expulsados. Permanecieron en la península ibérica tras la Reconquista cristiana de España (siglos XV y XVI). Después de la caída del Reino de Granada en 1492, los musulmanes fueron forzados a convertirse al cristianismo o abandonar el país. Aunque nominalmente se convirtieron al cristianismo, muchos mantuvieron prácticas islámicas en secreto. Fueron objeto de persecución religiosa y social, culminando en su expulsión definitiva de España entre 1609 y 1614 por el rey Felipe III. Los moriscos vivían principalmente en el Reino de Granada y en otras zonas del sur de España. La expulsión de los moriscos fue parte de la política de consolidación religiosa y nacional en la España de los Reyes Católicos y sus sucesores, que buscaban homogeneizar el país bajo la fe católica.

 

3.-  Berberiscos- Corsarios y piratas del norte de África, en su mayoría vinculados al Imperio Otomano, que asolaban las rutas marítimas del Mediterráneo. En su mayoría de origen bereber que operaban en el Mediterráneo entre los siglos XVI y XVIII. Estaban activos principalmente en la región del Magreb (actuales Marruecos, Argelia, Túnez y Libia). Atacaban barcos cristianos y costas europeas, capturando prisioneros para pedir rescates o venderlos como esclavos. Sus bases estaban en Argel, Túnez y Trípoli, y el término "Costa Berberisca" se usaba para referirse a esta zona del norte de África. Fueron suprimidos por las potencias europeas en el siglo XIX, con la colonización de Argelia por Francia y el control europeo de las rutas marítimas.

 

4.-   Saied, el oscuro profesor de Derecho, sin partido y de ideas anti políticas, sacó provecho de las dificultades económicas y de las divisiones del país para alcanzar el poder en 2019, perpetrar luego un golpe constitucional.

 

5.-  Tras el ataque a la ciudad minera de Gafsam (Túnez) por un comando tunecino entrenado y armado en Libia y las explosivas declaraciones del coronel Gadafi, la tensión entre Libia y Túnez se agravó con él envió de importantes contingentes militares a ambos lados de la frontera. Se vuelve a especular sobre un nuevo complot libio destinado a conquistar Túnez.

 

6.- Naciones Unidas

 

7.-  Think Hazard.org

 

8.- http://www.onagri.nat.tn/

 

9.-  Saied ha utilizado el mito supremacista de la “gran sustitución” demográfica de la raza blanca por inmigrantes de color para denunciar una conspiración internacional destinada a diluir la identidad islámica y árabe de Túnez. Sus declaraciones racistas han suscitado una oleada de discriminaciones, despidos, desalojos, detenciones arbitrarias e incidentes violentos contra ciudadanos subsaharianos de paso o instalados en el país, que han merecido la condena de la Unión Africana y de numerosas instituciones y organismos de derechos humanos y el aplauso de Éric Zemmour, el apóstol francés de la teoría conspirativa y candidato presidencial de la ultraderecha racista y anti musulmana.

 

10.- Organización Internacional para las Migraciones (OIM),

 

 


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