Al acabar una reunión exploratoria sobre el tema con sus diez miembros, para conocer directamente de qué se trataba, les planteé, para entender mejor cual era el problema en el que me pedían colaborar, que cada uno de ellos me enviara por email, de forma individual, y sin comunicación previa entre ellos, la formulación de lo que entendían era el problema en cuya resolución me pedían que colaborase.

 

Cuando tuve en mi poder las diez formulaciones, que cada uno de ellos había hecho del problema que tenían, y para el que solicitaban mi colaboración, comprobé que había ocho de ellas que podían considerarse diferentes. Obviamente mencionaban temas comunes, pero su formulación del problema a resolver era distinta.

 

Ese hecho, más normal de lo que se pueda pensar, me recordó el cuento indio de los seis ciegos, a los que se les reclama que describan a un elefante, animal del que no tenían ninguna referencia. Como se observa en la figura, el animal es descrito de distinta forma según la parte de este que cada uno toca.

 

 

Todos tienen razón, pero solo detectan y describen una parte del animal, no el todo.

 

Era exactamente lo que sucedía con la formulación del problema que decían tener en la Asociación.

 

Una situación similar se da en bastantes proyectos de Transformación Digital y otros Procesos de Cambio o Formulación de Objetivos, donde los directivos de las organizaciones suelen tener distintas perspectivas que pueden entrar en conflicto, lo que dificulta la formulación adecuada del objetivo a alcanzar, comprometiéndose con ello el éxito buscado.

 

Se estima que menos de un 10% de la fuerza laboral del país, trabajadores y directivos, han recibido formación en Resolución de Problemas/Retos.

 

Por ello, en bastantes casos, cuando un individuo o un equipo se enfrenta a un problema o un reto (P/R), existe una tentación muy fuerte de ir rápidamente a una solución, sin conocer realmente el P/R que se quiere resolver, su verdadero origen, su naturaleza, que permita encontrar, de una forma estructurada, una respuesta al mismo.

 

Frente a esta realidad, el Foro Económico Mundial estima que la Resolución de Problemas Complejos es una competencia profesional cada vez más demandada, dados los retos a los que tanto las organizaciones públicas y privadas como los individuos se han de enfrentar en un mundo, donde los P/R empresariales y personales se están volviendo cada vez más complejos.

 

Pero abordar los P/R implica en primer lugar formular la cuestión correcta a enfrentar. Como Peter Drucker dijo, “Pocas cosas tan inútiles, si no peligrosas, como la respuesta correcta a la pregunta equivocada”.

 

La Formulación del P/R es tan importante que Einstein afirmó: “Si tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la solución, gastaría los primeros 55 min. en formular la pregunta apropiada”.

 

Entonces, ¿Cómo saber que estoy formulando correctamente el P/R a resolver?

 

Volveremos sobre ello en próximos artículos.