El presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, aseguró que la vuelta a las negociaciones de paz con Rusia “serán un desafío”, tras la tragedia ocurrida en Bucha, en donde se encontraron cientos de cadáveres, algunos con signos de tortura, tras la retirada de tropas rusas de la ciudad.
Según reportan agencias ucranianas, Zelenski ha apuntado que percibe “la posibilidad de esas negociaciones como un desafío”, en primer lugar, personal y humano. Las declaraciones del presidente ucraniano fueron emitidas en el maratón televisivo que las cadenas del país retransmiten a diario y son las primeras palabras acerca de la desgracia de Bucha, en la que muchos civiles fueron encontrados torturados y maniatados tras la salida de las fuerzas rusas de la ciudad.
Las negociaciones con el Kremlin serán ahora incluso más complicadas que antes, pues todos conciben como “imperdonable” los actos rusos cometidos en la ciudad ucraniana. Zelenski acusa a las tropas rusas de crímenes de guerra y pide una investigación internacional de los hechos, mientras Moscú lo niega y asegura que es “una puesta en escena” de los ucranianos, afirma el ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
El político ruso afirma que toda las informaciones relativas a Bucha “deben ser cuestionadas” y las califica como “provocación” de las autoridades ucranianas
El mandatario del país también se pronunció sobre la reeleción de Viktor Orbán como primer ministro de Hungría, considerado el más próximo a la órbita del presidente ruso, Vladimir Putin y señala que deberá elegir “entre Rusia y el resto del mundo”. "Puede que diga que elige Hungría, pero Hungría es parte del resto del mundo", añadió Zelenski.
El presidente de Ucrania indica que tuvo el deseo de reunirse con Orbán al que dice haber contactado y ofrecido reunirse con él. Sin embargo, le achaca “tener miedo”, consciente de la influencia que la Federación Rusa tiene en el país húngaro. “Le guste o no, esta influencia existe”, zanjó Zelenski.