Las Jornadas del Sistema Nacional de Salud (SNS) sobre Vigilancia en Salud Pública, celebradas este jueves en Zaragoza, han concluido con el acuerdo entre el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas de un sistema de vigilancia transitorio contra la COVID-19. Este sistema transitorio limitará el control individual de casos a los graves y el seguimiento de brotes a los que se den en entornos vulnerables, en riesgo de exclusión social y en otros ámbitos que se consideren de interés hasta la implementación de un nuevo sistema de vigilancia, llamado centinela, que se usa en enfermedades como la gripe.
Según informa Europa Press, el sistema de vigilancia transitorio contra el covid-19 se extenderá como máximo hasta marzo de 2023. Esta fase de transición será decisiva para la posterior puesta en marcha del sistema de vigilancia centinela de infecciones respiratorias agudas leves (IRAs), que se usa en enfermedades como la gripe.
En el texto aprobado se aboga también por seguir trabajando para detectar los posibles aumentos de incidencia que se den y la detección de nuevas variantes del coronavirus, así como controlar los casos de covid-19 en “entornos vulnerables, en riesgo de exclusión social y en otros ámbitos que se consideren de interés”.
En este encuentro, también han acordado un nuevo modelo de vigilancia de salud pública, cuyo punto principal es la constitución de la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública. Esta red incluirá la vigilancia de enfermedades transmisibles, enfermedades no transmisibles, violencia y lesiones, determinantes sociales de la salud e inequidades en salud. Asimismo, integrará la información procedente de otros sistemas de vigilancia como farmacovigilancia, salud animal, seguridad alimentaria, sanidad ambiental y otros.