Este fin de semana una delegación de la Administración de Joe Biden se reunió en Caracas con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para hablar sobre seguridad energética, entre otros temas. Ante las recientes sanciones aprobadas por Occidente contra Rusia por la invasión de Ucrania, Estados Unidos parece estar buscando formas de suplir la demanda de energía que hasta el momento cubría Rusia, lo que podría pasar por volver a recurrir a la industria energética venezolana, que lleva bloqueada por la Casa Blanca desde 2019.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha confirmado la reunión con una delegación del Gobierno estadounidense que tuvo lugar este pasado fin de semana en Caracas, la capital del país latinoamericano. Al encuentro acudieron además la mujer del mandatario, Cilia Flores, y el presidente de la Asamblea Nacional chavista, Jorge Rodríguez, quien se espera que durante los próximos días de información sobre los temas que debatieron.
"Hemos acordado trabajar en una agenda desde el respeto y la esperanza del mundo, para así poder avanzar en una agenda que permita el bienestar y la paz de los pueblos de la reunión" ha dicho Maduro en el balance posterior a la reunión.
Desde hace meses Estados Unidos juega con la posibilidad de aliviar las sanciones a cambio de mejoras en las condiciones democráticas en Venezuela
Por el momento ambas partes solo han reconocido haber hablado sobre seguridad energética, un tema candente en un escenario internacional marcado por la escalada de tensiones en Europa por la invasión rusa de Ucrania. Tras años de malos manejos de la industria en Venezuela y desde que Estados Unidos comenzó a aplicar duras sanciones en 2019, su producción petrolera se ha reducido notablemente, alcanzando su mínimo histórico el año pasado. No obstante, el presidente ha asegurado que el país está listo "para producir y crecer uno, dos y tres millones diarios de barriles de petróleo, si hiciera falta, y estabilizar el mercado petrolero y gasífero" del mundo una vez recuperada la estatal PDVSA a un nivel básico.
Desde hace meses Estados Unidos juega con la posibilidad de aliviar las sanciones a cambio de mejoras en las condiciones democráticas del país, aunque por el momento el chavismo ha llevado a cabo leves avances en este sentido. El bloqueo de la industria energética venezolana creó una mayor dependencia energética de Rusia en Estados Unidos. En la situación actual, Washington podría volver a comprar petróleo a Venezuela para suplir esta demanda energética, sumándose a la estrategia planteada por la Comisión Europea de diversificar las fuentes de energía.
Finalmente, tras el encuentro también parece que el líder venezolano ha relajado su postura respecto a la invasión rusa. Maduro había sido uno de los máximos defensores de las acciones agresivas del presidente ruso, Vladimir Putin, llegando a ofrecer su total cooperación "en la defensa de esa región". Sin embargo, recientemente ha expresado que desde el Gobierno "estamos gravemente preocupados por la posibilidad de una guerra en Europa y una extensión a otras regiones del mundo".