Tras el análisis del comité de dirección del PP en la comunidad de la ronda de contactos, el PSOE queda excluido de las ecuaciones parlamentarias. Pero en esta operación algebraica el resultado solo daría mayoría absoluta si se despeja la incógnita de Vox. Un partido que pide entrar en el Gobierno regional con las mismas condiciones con las que lo hizo Ciudadanos la pasada legislatura: una vicepresidencia, cuatro consejerías, la presidencia de las Cortes y la portavocía.

 

El Partido Popular, por su parte argumenta, que al contrario de lo que sucedió en 2019, en estas elecciones el PP ha sido el partido más votado, por lo que debería ostentar las instituciones más importantes como la Mesa de las Cortes, que debe ser votada en siete días. 

 

 

Sobre la repetición de elecciones Mañueco se mantiene en la misma posición: encontrar un “acuerdo basado en un programa que impida segundas elecciones”, pero incide en no volver a los comicios “salvo que todos estén convencidos de ello”. 

 

El presidente autonómico se enfrenta a la situación de convertirse en el primer líder de un Ejecutivo que gobierna formalmente en coalición con el partido de extrema derecha. Mañueco que hace apenas tres días subrayaba que el Ejecutivo que tiene intención de conformar no sería “racista, xenóbofo o machista”, se ha negado a denominar como extrema derecha al partido de Santiago Abascal.