El expresidente estadounidense Donald Trump sacó de la Casa Blanca multitud de documentos oficiales al culminar su mandato, a pesar de que la Ley de Registros Presidenciales obliga a los expresidentes a hacer entrega de ellos. El Archivo Nacional ha recuperado cajas llenas de obsequios y cartas enviadas por líderes internacionales que el antiguo presidente guardaba en su mansión de Mar-a-Lago, en el Estado de Florida. Algunos de los documentos recuperados están pegados o solo se han encontrado fragmentos porque, según sus ex asesores, Trump solía destruir los textos después de leerlos.
El Archivo Nacional de Estados Unidos ha recuperado cajas llenas de documentos oficiales que el expresidente republicano Donald Trump se llevó de manera irregular de la Casa Blanca. Estas acciones suponen una violación de la Ley de Registros Presidenciales, según recoge el diario estadounidense The Washington Post. Todos los presidentes estadounidenses están obligados a enviar a la institución los correos electrónicos, cartas y demás documentos de trabajo una vez termina su mandato para su conservación.
La incautación tuvo lugar durante el mes de enero en la residencia de Mar-a-Lago, Florida, del magnate. Entre las cajas había obsequios y cartas de líderes mundiales, incluyendo varias enviadas por el dictador de Corea del Norte, Kim-Jong-un, y una nota que su predecesor, Barack Obama, dejó en el Despacho Oval.
Entre los documentos había varias cartas enviadas por el dictador de Corea del Norte, Kim-Jong-un, y una nota de su predecesor, Barack Obama
Además, fuentes del Archivo Nacional han confirmado la costumbre del expresidente de destruir documentos oficiales, a pesar de que está prohibido. Durante sus años en el poder, los medios de comunicación publicaron en varias ocasiones testimonios anónimos en los que se aseguraba que Donald Trump solía romper memorandos después de leerlos que los empleados gubernamentales tenían que pegar después con cinta adhesiva. Fuentes de la institución que custodia los registros presidenciales aseguran que entre los documentos recuperados había cientos que habían sido reconstruidos y otros muchos de los que solo hay pedazos.
Al menos dos jefes de gabinete y el abogado de la Casa Blanca pidieron a Trump que cumpliera con la ley, pero el mandatario hizo caso omiso. Los medios estadounidenses afirman que casi todas las administraciones recientes han infringido en algún momento la Ley de Registros Presidenciales, en su mayoría al emplear cuentas telefónicas o de correo electrónico personales para tratar temas laborales, pero ninguno llega al nivel de Donald Trump.
Según The Washington Post, la ley contempla penas de hasta tres años de cárcel para quienes actúan con malicia a la hora de ocultar o destruir documentos. Sin embargo, los expertos citados por el diario aseguran que es muy poco probable que Trump se enfrente a consecuencias legales por la dificultad para demostrar que cometió la infracción conscientemente.