Emmanuel Macron viajará la semana que viene a Rusia y a Ucrania para reunirse con sus líderes y tratar la situación de crisis en la frontera. Durante esta semana, el mandatario francés ha mantenido varias conversaciones telefónicas con ambos presidentes en las que se han sentado las bases para una futura negociación. Pese a no haber incluido las exigencias rusas en sus propuestas por escrito para la desescalada, los socios y aliados europeos siguen confiando en la vía diplomática como vehículo para destensar la situación.
Continúa escalando la tensión entre Ucrania y Rusia mientras que los aliados europeos de la OTAN tratan de mediar en el conflicto. Tras haber mantenido varias conversaciones telefónicas con los presidentes ruso y ucraniano, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado que la semana que viene viajará a Rusia y a Ucrania para reunirse con ellos cara a cara. Según informa El Elíseo, estos encuentros se celebrarán "en coordinación con los socios europeos".
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, explica que durante sus conversaciones han acordado nuevos pasos para mantener la estabilidad en el país y fortalecer la cooperación económica. Por su parte, el mandatario ruso, Vladimir Putin, ha hablado tres veces con Macron durante la última semana, unas conversaciones que desde el Kremlin han calificado como un "diálogo sustantivo con el objetivo de desarrollar garantías legales a largo plazo para garantizar la seguridad de Rusia".
Macron decidió adquirir el papel de mediador al proponer avanzar en las negociaciones siguiendo el formato Normandía (Francia, Ucrania, Rusia y Alemania). El canciller alemán, Olaf Scholz, también viajará a Rusia tras reunirse con el presidente estadounidense, Joe Biden, la semana que viene.
Estas conversaciones y encuentros se producen después de que EE.UU. y la OTAN enviaran sus propuestas para la desescalada a Moscú, entre las que no figuran las "garantías de seguridad" que Rusia exige ante la expansión de la OTAN hacia el este de Europa. El Kremlin insiste en que desde Kiev están violando los Acuerdos de Minsk, que se adoptaron con el objetivo de resolver el conflicto armado entre las tropas ucranianas y los separatistas prorrusos en la región del Donbás.
Los encuentros se producen después de que EE.UU. y la OTAN enviaran sus propuestas para la desescalada a Moscú, entre las que no figuran las exigencias rusas
Mientras tanto, Rusia ha encontrado un nuevo aliado en China. Este viernes, aprovechando la asistencia del mandatario ruso a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, Putin y el presidente Xi Jianping han publicado un comunicado conjunto en el que "se oponen a una mayor expansión de la OTAN" hacia el este de Europa y piden a la Alianza "que abandone los enfoques ideológicos de la Guerra Fría, respete la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países".
En un panorama de gran crisis entre Rusia y gran parte de la comunidad occidental, Putin ha celebrado su acercamiento a China asegurando que "nuestra relación bilateral ahora mismo no tiene precedentes". China apoya las peticiones de seguridad rusas que la OTAN rechaza y ha manifestado que la coalición solo tiene el objetivo de "fomentar el antagonismo y la confrontación".