La edad media a la que niños y adolescentes acceden a su primer teléfono móvil es cada vez más baja y en la actualidad se sitúa por debajo de los 11 años, según un estudio de Unicef, mientras que, en el caso de España, el 69 por ciento de los niños de entre 10 y 15 años ya tiene un 'smartphone' de acuerdo a datos de Statista.
El tiempo que los más jóvenes pasan frente a una pantalla ha crecido exponencialmente en los últimos años por lo que es necesario que los teléfonos se usen de la forma más responsable posible. El portal Portaltic ha recopilado una serie de consejos para asegurar el buen uso del primer smartphone.
Es importante que los padres aprendan acerca de los riesgos de internet, que, a pesar de las incontables facilidades que ofrece, es clave informarse con anterioridad. Estar pendiente del peligro del ‘ciberbullying’ y el acoso que se ha disparado tras la pandemia.
Hablar las cosas y llegar a un consenso es otra de las medidas más recomendadas para las familias, poniendo la madurez de los hijos por delante de las edades recomendadas para ofrecer el primer 'smartphone'. Hay que tener un acuerdo padres-hijo para su uso, así como establecer límites horarios para que la tecnología no influya en el descanso.
Que los adultos hagan un uso sano de sus dispositivos es un aspecto a tener en cuenta para predicar con el ejemplo a los menores
Asegurar la privacidad de las cuentas de las plataformas en las que los menores tienen actividad, para saber si las publicaciones son visibles para todo el público o simplemente para familiares y amigos. Los expertos recomiendan limitar el acceso y optar por un perfil privado. Los sistemas de control parental se pueden emplear para evitar que los menores accedan a contenidos inadecuados para su edad.
Por último, se debe enseñar a los niños que el smartphone no es un juguete, sino una herramienta, y que el precio de este conlleva un cuidado. La función principal es que los padres se puedan comunicar con sus hijos y esto es lo que deben transmitir.