“Este miércoles ya está en todas las farmacias de Madrid el test gratuito para que los ciudadanos puedan analizarse y cuidarse”, aseguraba el pasado lunes, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Tres días más tarde tenía que disculparse, mientras que los madrileños hacen colas en los centros de salud y farmacias de la Comunidad.
La Comunidad ya supera los 1.000 casos de incidencia por cada 100.000 habitantes, habiendo notificado 20.195 nuevos contagios en un solo día, lo cual supone un record desde que comenzó la pandemia. La medida estrella de la Presidenta regional ha sido prometer unos test de antígenos que todavía no han llegado. Tanto es así que desde el Colegio de Farmacéuticos han tenido que emitir un comunicado asegurando que “entre el 24 y el 27 de diciembre, la propia Consejería de Sanidad ha comunicado que no servirá más test”.
Es decir, de los “seis millones” de test prometidos para las farmacias han llegado apenas un millón, según datos del Ejecutivo regional, que tras el comunicado del Colegio de Farmacéuticos ha tenido que dar marcha atrás y afirmar que se continuará con el reparto de al menos 100.000 exámenes de autodiagnóstico más. Estas cifras, 1,1 millón de test, quedan todavía muy por debajo de los 6 millones prometidos.
A todas estas promesas incumplidas hay que sumar las declaraciones que la propia Presidenta hizo en una entrevista en Es Radio, donde acusó al personal sanitario diciendo “no todos quieren trabajar y arrimar el hombro”, para afirmar más tarde “No cogen los teléfonos, se cuelgan, de repente no hay médicos…”. Según el portal estadístico de la Comunidad de Madrid, antes del inicio de la pandemia, Madrid contaba con 4.055 médicos de familia, en noviembre de este año había 4.033.
Desde diferentes sectores de la sociedad madrileña se ha criticado duramente la gestión sanitaria del Ejecutivo Regional de la Comunidad de Madrid, que es una de las que menos invierte en gasto sanitario en relación con su PIB. Además, el pasado miércoles, Ayuso, gracias a Vox, consiguió aprobar unos Presupuestos que invierten una cantidad inferior en Sanidad al gasto real del año previo a la pandemia.