Los ministros de Pesca de la Unión Europea han acordado con la Comisión Europea el reparto de cuotas pesqueras para el próximo año. El texto incluye una reducción del 8% en la cuota de capturas de merluza en el caladero nacional y un incremento del 12% para el jurel. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha mostrado la conformidad de su equipo con el acuerdo sobre el Atlántico, pero también ha expresado sus reticencias respecto al Mediterráneo. El acuerdo prevé una disminución del 6% en los días de faena para la flota mediterránea, una cifra que España considera inasumible.
Los Veintisiete países miembros de la Unión Europea ya han cerrado un acuerdo con la Comisión Europea para el reparto de los derechos de pesca de 2022. El texto divide las cuotas pesqueras para el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Como sucede todos los años, las negociaciones se han prolongado durante numerosas horas debido a una propuesta inicial de la Comisión inadmisible para los países con más intereses en el mar, desencadenando un duro debate.
El acuerdo sobre las posibilidades de pesca tiene especial importancia para España, el país de la Unión con la flota pesquera más numerosa, según fuentes del ministerio de Agricultura. El equipo dirigido por Luis Planas llegó a Bruselas con la intención de que la propuesta de la UE para mantener la sostenibilidad biológica no supusiera un grave perjuicio económico para el sector pesquero.
El texto final incluye un recorte del 8% en las capturas de merluza, el pescado más consumido en España, en el Cantábrico y entre Finisterre y el golfo de Cádiz. Este es el tercer año que la cuota para este pescado se reduce, aunque el porcentaje acordado finalmente es menor que la propuesta inicial de la Comisión Europea: una reducción del 18,5%. Según han explicado fuentes negociadoras, la cifra inicial era inasumible para España y no se basaba en ningún informe científico. Añaden que, de haber salido adelante la propuesta de la Comisión, la pesca de merluza perdería toda viabilidad económica.
Desde Bruselas pedían también una reducción del 18% en la pesca del jurel, una propuesta que ha sido rebatida por el Gobierno de España, que ha presentado un argumento científico que sitúa el punto de equilibrio entre la sostenibilidad y la actividad faenera en un incremento del 12%, la cifra adoptada finalmente. El lenguado, otra especie de interés para la flota española en el Atlántico, sufrirá una disminución del 5%, mientras que la cuota para el abadejo se mantiene igual que el año pasado.
A la salida del último Consejo de Pesca del año, el ministro Planas ha asegurado que "ha habido un buen resultado" en los acuerdos alcanzados para el Atlántico.
Este también es el tercer año consecutivo que se aprueban reducciones de la actividad, alcanzando una suma del 17,5% en total
Por el contrario, el resultado de las negociaciones sobre el Mediterráneo no satisfacen al Gobierno español. La Comisión proponía una rebaja del 7,5% en los días de faena para la flota mediterránea, una decisión con la que no estaban conformes ni España ni Francia. Aunque el acuerdo final la reduce levemente hasta llegar al 6%, el Ejecutivo sigue considerándola inasumible y defiende que no existen pruebas que avalen este recorte. Este también es el tercer año consecutivo que se aprueban reducciones de la actividad, alcanzando una suma del 17,5% en total.
Planas ha declarado que "España no lo ha aceptado", aunque la votación por mayoría cualificada impide que un solo país pueda bloquear una propuesta. Para compensar una menor rebaja de días, España ha propuesto medidas selectivas como vedas absolutas en determinadas zonas o redes de arrastre menos tupidas que permitan a los peces más pequeños escapar, unas soluciones con menor impacto económico para la flota española. Sin embargo, las propuestas han entrado en conflicto con la postura de Francia, cuya actividad se vería menos afectada por la reducción de días por las características de sus barcos.