Iñigo Urkullu, lendakari del Gobierno vasco, no necesitaba del apoyo de Bildu para sacar adelante los presupuestos regionales, porque su Ejecutivo cuenta con el apoyo del PNV y el PSE, con una cómoda mayoría de 41 de los 75 escaños del Parlamento. Sin embargo, tras este acuerdo, las Cuentas obtendrán un respaldo por encima de los dos tercios de la Cámara vasca.

Urkullu ha aceptado tres de las medidas políticas que planteaba la izquierda abertzale para no pedir la devolución de las Cuentas. El primer lugar, fomentar un Salario Mínimo “proporcional” a la renta media de Euskadi. Después, poner en marcha “un sistema de control de precios del alquiler privado” y, por último, aumentar en un 12% anual el conjunto de las dotaciones presupuestarias dedicadas a I+D+I. Es decir, doblar las previsiones que contemplaba el acuerdo de gobierno PNV-PSE hasta el final de la legislatura.

La partida del proyecto presupuestario que cuenta con la dotación más elevada es la destinada a la “emergencia climática”, en total 120 millones para activar el Fondo de Sostenibilidad Energética para las entidades locales y subvencionar la eficiencia y el autoconsumo. Además, Bildu logra que se incremente en 30 millones el presupuesto de Osakidetza. Otros 20 millones se destinarán a impulsar proyectos vinculados a la inclusión social y a mejorar la situación de las personas sin hogar, así como cuatro millones dirigidos a complementar las Ayudas de Emergencia Social y dos millones más para políticas de fomento de la emancipación juvenil.

Urkullu, satisfecho

El lehendakari, en referencia a las posibilidades de que este pacto abra un marco de entendimiento con EH Bildu en cuestiones más allá del presupuesto, ha afirmado que "el horizonte de colaboración siempre ha existido". Así, ha afirmado que "es muy importante" alcanzar un pacto de cara a las cuentas regionales cuya aprobación, ha reiterado, ya estaba garantizada con la mayoría absoluta que suman en el Parlamento autonómico el PNV y el PSE.