Un incendio en una mina en Rusia ha dejado al menos 52 muertos, 6 de ellos eran rescatistas que trabajaban para atender a las víctimas. Finalmente uno de los médicos socorristas que se había dado por desaparecido durante las labores de rescate fue rescatado y trasladado al hospital en estado de "mediana gravedad". El suceso ocurrió en la mina de carbón "Listviázhnaya", en la región de Kemerovo, en Siberia Occidental. 

 

El departamento regional del Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia informó de que en el momento de la explosión había 286 trabajadores en la mina, 236 de ellos fueron evacuados inmediatamente. Por la noche las autoridades anunciaron que no había supervivientes entre los 46 mineros que quedaron atrapados bajo tierra. Los trabajos en la zona continuarán durante las próximas 72 horas para paliar las consecuencias del incidente y reducir las posibilidades de nuevos incendios. 

 

Este uno de los accidentes mineros de mayor gravedad desde la época soviética, aunque la región de Kemerovo no es ajena a este tipo de catástrofes. El territorio, ubicado a unos 3.500 kilómetros al este de Moscú, ha sufrido varios accidentes mineros mortales durante los últimos años. 

 

Según medios locales, el incendio se desató por un escape de gas. El director de la mina, su ayudante y el responsable de la zona donde tuvo lugar el accidente fueron detenidos acusados de no respetar las normas de seguridad y dos responsables de los servicios de inspección fueron puestos bajo investigación por "negligencia". Los fallecidos murieron por asfixia en un pozo de ventilación que se llenó de gas. 

 

"La situación, lamentablemente no se vuelve más fácil. Y hay peligro para las vidas de los socorristas. Se están tomando las decisiones necesarias sobre el terreno. Esperemos que podamos salvar el máximo de personas", expresó el presidente Vladímir Putin al conocer la noticia. 

 

El ministro de Energía, Nikolái Shulginov, informó más tarde de la suspensión de las tareas de rescate durante unas horas por el riesgo de una nueva explosión por la concentración de metano y dióxido de carbono. También señaló que se creará una comisión para investigar lo ocurrido. “Las circunstancias del evento serán investigadas a fondo” confirmó el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin. “Todos los afectados por esta tragedia recibirán la asistencia médica, psicológica y de otro tipo necesaria” ha añadido. Inmediatamente después de conocerse la tragedia, un grupo de funcionarios, psicólogos, socorristas y personal sanitario se desplazó a la zona. 

 

Ya en 2004 otra explosión en esta misma mina dejó 13 víctimas mortales. Desde entonces ha sido reconstruida y modernizada y, según ha informado el Servicio Federal de Supervisión Medioambiental, Tecnológica y Nuclear a la agencia de noticias Interfax, el pasado 19 de noviembre había superado una inspección de seguridad, pero no el lugar del accidente.