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"Lo que la oruga llama 'el fin', el resto del mundo lo llama 'mariposa'."

“Hay niñas con dificultades de encaje social y de autoaceptación para quienes formar parte de la comunidad trans les da un lugar en el mundo”

“Hay niñas con dificultades de encaje social y de autoaceptación para quienes formar parte de la comunidad trans les da un lugar en el mundo”

Cada día aumentan más los casos de adolescentes, sobre todo chicas, que con 12 o 13 años, sin haber mostrado en su infancia síntomas de malestar con su sexo, se identifican como trans de un día para otro. Es lo que se conoce como disforia de género de inicio rápido. Un cambio que, desde esta nueva asociación, es tan repentino “que piden a sus familias todo el “paquete” para la transición: transición social, bloqueadores de pubertad, mastectomías, hormonación cruzada…Son adolescentes que están sufriendo muchísimo, que necesitan apoyo psicológico y médico para buscar el origen de su malestar y abordarlo, para resolver sus problemas de ansiedad y síntomas depresivos, ayudarles a sentirse bien consigo mismos y con su entorno”, explica Ane Maiora desde Amanda.

Lo advierte desde AMANDA, la agrupación de madres que alerta sobre la Disforia de Género de Inicio Rápido, su portavoz Ane Maiora


Lo advierte desde AMANDA, la agrupación de madres que alerta sobre la Disforia de Género de Inicio Rápido, su portavoz Ane Maiora

El fenómeno está calando especialmente en España desde la presentación del anteproyecto de la Ley Trans. “Esta forma de disforia de género, insólita hasta hace pocos años, es más frecuente en niñas (7 de cada 10 casos) y en un alto grado suelen tener de fondo problemas subyacentes sin tratar como el autismo, TDAH, TOC, trastornos alimenticios, etc”, añade. De hecho, las cifras de personas afectadas por este tipo de disforia crecen a un ritmo frenético. “Por ejemplo, en Madrid, la Unidad de Identidad de Género ha visto un incremento de solicitudes de atención del 500% entre 2017 y 2019, la mayoría de ellas de chicas muy jóvenes. En otros países, como Gran Bretaña, este incremento ha sido del 4000% entre 2009 y 2018. Este aumento se produce a nivel mundial”.

 

Y es que como apunta Maiora este “contagio social” es un viejo conocido en Reino Unido y en los Estados Unidos, donde en la última década, tanto el transgénerismo como la transición, han crecido en visibilidad en las redes sociales y en los medios de comunicación, el aumento de casos ha sido tal, que reputadas voces internacionales, tras estudiar lo que las familias les decían, han declarado su preocupación ante esa parte de la adolescencia “porque pueden llegar a creer que la transición es la única solución a sus situaciones individuales”,  y alertan de cómo el bombardeo en Internet “que es positivo a la transición puede intensificar estas creencias y está llegando a que presionen a la clase médica para recibir tratamiento médico inmediato”.

 

 

De hecho dicho estudio habla de webs como Reddit o Tumblr donde se promueve la idea de que “los síntomas inespecíficos deben considerarse disforia de género, se transmite la urgencia de la transición e instruye sobre cómo engañar a los padres, médicos y terapeutas para obtener hormonas rápidamente. Una de las familias que formó parte de este informe contaba cómo la amenaza de suicidio de su hijo les influyó de forma decisiva. “¿Qué dices a eso? Es difícil tener mano firme y decir no a la transición médica cuando la otra opción es un hijo muerto. Aprendió cosas que decir que nos presionarían y conseguirían lo que quería y ahora nos ha dicho que lo aprendió de los sitios trans".

 

Ante este panorama, la asociación española Amanda, nace con dos focos claros. “En primer lugar queremos abrir un debate profundo y sereno antes de legislar en un tema tan sensible y que tiene consecuencias irreversibles y proporcionar las garantías necesarias para que únicamente se sometan a tratamiento aquellas personas que realmente lo necesitan para superar su disforia de género”. Su segundo objetivo es el de informar “a las madres y los padres acerca de lo que es la disforia de género de inicio rápido y prestarles el apoyo que necesiten para afrontar esta situación. Conseguir la interlocución con los grupos políticos nacionales y autonómicos, con los medios de comunicación, con los profesionales de la sanidad, la enseñanza y los servicios sociales para que tomen en consideración”, cuenta Ane Maiora.

 

  • ¿Hacía falta dar el paso de unirse?

 

El paso de unirnos ha sido la consecuencia natural de necesitar un espacio en el que reflexionar conjuntamente con otras madres y padres acerca de la disforia de género de inicio rápido, prestar apoyo acerca del abordaje de situaciones cotidianas que hacen sufrir a nuestras hijas e hijos e interpelar a todos los grupos políticos, medios de comunicación y profesionales de la enseñanza y la sanidad para que actúen con mucha prudencia en este tema.

 

Es necesario que la sociedad española conozca los daños irreversibles que una ley como la que se pretende aprobar, y las que ya existen a nivel autonómico, puede traer para los niños, niñas y adolescentes que sufren disforia de género de inicio rápido. Esto ya se ha visto en otros países que aprobaron leyes similares en el pasado y que actualmente están dando marcha atrás, como Suecia, donde se acaba de aprobar una ley que termina con la práctica de la prescripción de bloqueadores hormonales y el tratamiento de hormonas cruzadas para menores de 18 años. Es necesario abrir un debate profundo y sereno antes de legislar en un tema tan sensible y que tiene consecuencias irreversibles y proporcionar las garantías necesarias para que únicamente se sometan a tratamiento aquellas personas que realmente lo necesitan para superar su disforia de género. Los tratamientos que se están aplicando son experimentales y se están aplicando a niñas y niños en plena pubertad, en una etapa de gran vulnerabilidad psicológica, característica de esta época de la vida en la que han dejado atrás la niñez y se encuentran en pleno proceso de cambios físicos, psicológicos y sociales, aprendiendo, entre otras cuestiones, a identificar su sexualidad.

 

  • ¿Desde la puesta en marcha qué tipos de mensajes habéis recibido?

 

Llevamos muy poco tiempo organizadas, pero la acogida ha sido muy positiva,  lo que nos demuestra que es necesario el debate social, escuchar las voces de los padres y de las madres y a los expertos de la medicina, la psiquiatría y la psicología. Nuestro perfil de twitter ya cuenta con más de 1000 seguidores y seguidoras, entre quienes no sólo hay cuentas feministas, sino también de otras madres y familiares preocupados por lo que está sucediendo, profesionales de la psicología, psiquiatría y la medicina, algunas comunicadoras y jóvenes detransicionadoras que nos cuentan sus experiencias y las consecuencias de haber dado pasos definitivos sin haber recibido el apoyo necesario para valorar el origen de su malestar y su disforia. 

 

También han contactado con nosotras plataformas feministas de larga trayectoria en la denuncia de lo que va a suponer la Ley Trans para las mujeres y la infancia para ofrecernos su apoyo. Esta acogida nos demuestra que hay una seria inquietud por las graves consecuencias que puede tener su aprobación en los términos que propone el anteproyecto, en especial en lo relativo a la infancia, la imposibilidad de ofrecer tratamiento por el miedo a que cualquier apoyo profesional se considere terapia de conversión, y la amenaza de considerar cualquier disidencia como discurso de odio. En pocas semanas nos han escrito varias madres y familiares muy angustiados, de diferentes zonas geográficas, contando experiencias similares: niñas adolescentes con Disforia de Género de Inicio Rápido. 

 

  • ¿Decís que os sorprende lo parecidas que son todas estas historias?

 

Así es. En todos los casos las adolescentes, principalmente chicas, tienen dificultades sociales o psicológicas previas, como depresión, ansiedad, trastornos de conducta alimenticia, autolesiones, TDAH, TOC, etc., y, sorprendentemente, muchas de ellas con altas capacidades, que dedican mucho tiempo a las redes sociales, que no encajan en los estereotipos de género, disconformes con los cambios que la pubertad y la menstruación traen a sus cuerpos, muchas con una orientación sexual no heterosexual, que, de repente, consideran que la transición es la solución a su malestar, sin entrar a analizar el origen de éste. 

 

Del mismo modo, muchas de estas niñas no son neurotípicas, es decir, se trata de niñas con rasgos del espectro autista, lo que dificulta su relación con los iguales y que “encuentren su lugar en el mundo”, algo tan importante en la adolescencia. La presión de medios de comunicación y de redes sociales las hace creer que sus dificultades de encaje social y de autoaceptación se deben al hecho de estar en un “cuerpo equivocado”. Formar parte de la comunidad trans, les da un lugar en el mundo, un proyecto vital, aunque sea en el virtual. Y, consecuentemente, se autodiagnostican una disforia de género que, en realidad, acaba de aparecer. Por eso se habla de disforia de género de inicio rápido. No es un rechazo a su cuerpo desde la infancia, no. Ni siquiera saben definir qué es trans, confundiendo transexualidad con una serie de definiciones vagas en las que subyace la confusión entre sexo y género. 

 

Cada vez son más, puede hablarse de “Disforia de género de inicio rápido por Contagio Social”. Y las familias están perdidas, asustadas y con miedo a pedir apoyos por el riesgo de ser consideradas tránsfobas o, lo que es aún peor, que puedan intervenir en la toma de decisiones acerca de sus hijas e hijos personas que ni siquiera los conocen, privándoles de un adecuado acompañamiento profesional.

 

 

  • Sin embargo, el discurso social existente en muchas ocasiones, niega esta posibilidad…

 

En el momento que dicen que son trans se considera que el único apoyo posible es la terapia de afirmación y realizar la transición. En los casos descritos anteriormente, la realidad y los estudios demuestran que en un 85% de los casos, una vez superada la pubertad se resuelve la disforia de género, sin necesidad de abordajes que impliquen hormonación o procedimientos quirúrgicos. Desde AMANDA reclamamos que se obre con mucha cautela y se evite hormonar y someter a cirugía a los jóvenes que presentan disforia de género de inicio rápido hasta conocer la tasa de remisión espontánea de esta forma de disforia.

 

Ningún médico admite el autodiagnóstico de un paciente ni prescribirá lo que éste le indique. Admitir el autodiagnóstico como única prueba de la existencia de disforia de género sin permitir un abordaje multidisciplinar para encontrar las causas de su malestar conducirá a hormonaciones y cirugías innecesarias, dañinas e irreversibles, como está ocurriendo en países de nuestro entorno con legislaciones como la que se pretende aprobar en España.

 

  • ¿Cómo se resuelve el que la asociación pueda verse que va de dos bandos: el de las madres y padres en contra de sus hijas o hijos? 

 

Como madres y padres nunca podríamos entender nuestra actuación como una lucha contra nuestras hijas e hijos, puesto que nuestro objetivo fundamental es ayudarles a crecer de la manera más respetuosa posible, sin intervenciones tempranas que alteren su crecimiento, y apoyarles en la resolución de su sufrimiento, sea por el camino que sea necesario en cada caso y siempre de forma gradual desde la intervención menos invasiva hasta la más invasiva, como se haría frente a cualquier otro tipo de malestar. 

 

  • Animáis a hacer algo que realmente es difícil en una etapa como la adolescencia: no responder con contraargumentos escépticos.   

 

Hay que entender que las y los adolescentes están sufriendo mucho y necesitan el amor incondicional de su familia. Esto no significa darle la razón en todo, sino dirigir sus energías, actos y emociones hacia lugares seguros y saludables. De la misma manera que no dejamos que vayan sin cinturón en el coche, por su seguridad, no nos cabe en la cabeza no velar por su seguridad en cualquier otro ámbito, siempre con la premisa de fondo de nuestro gran amor hacia ellos. 

 

De nada va a servir, por la propia etapa vital en que se encuentran, discutir sus planteamientos, enfrentarnos a sus argumentos,... tan sólo servirá para que se alejen más de los padres y sientan que los mensajes que ven en redes de que su familia no les va a entender ni apoyar, que sólo cuentan con el apoyo de la comunidad queer, son reales… En esta etapa y situación es vital reforzar el vínculo con la familia y que el tiempo vaya transcurriendo sin tomar decisiones irreversibles -el tiempo corre a favor del fin de la disforia de género de inicio rápido- a la vez ,que se busca y facilita ayuda profesional. 

 

  • ¿Qué hay del lobbie trans que está impartiendo identidad de género en escuelas e institutos?

 

Es importante que las familias conozcamos cómo aborda la escuela la educación alejada de estereotipos sexistas y de roles de género y la educación afectivo sexual porque la idea de una posible autodeterminación de género está penetrando tanto en el mundo académico como en el escolar y con efectos terribles. Las AMPAS deberían tener y dar a conocer a las familias el contenido antes de que se imparta en los talleres en centros escolares bajo el paraguas de la “educación en igualdad”.

 

Realmente muchos de estos talleres están siendo impartidos por entidades transactivistas sin formación pedagógica, requisito imprescindible para la impartición de materias en cualquier colegio que, en lugar de centrar su mensaje en la coeducación y el cuestionamiento de los roles y estereotipos de género asociados a uno u otro sexo, en realidad, los están reafirmando, en nombre de un mal entendido respeto a la diversidad. Nos encontramos con mensajes en esos talleres del tipo “si le gusta jugar fútbol, tal vez sea un niño atrapado en cuerpo de niña”, en lugar de “niños y niñas pueden jugar a cualquier deporte”. Esto supone un gran retroceso en los derechos de la mujer y la lucha por la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres.

 

  • También os estáis encontrando con centros escolares que, cuando las menores deciden iniciar su transición social, no se cuestionan qué está ocurriendo. 

 

Así es. No contrastan con la familia cuál es el mejor camino para esa niña en concreto, adoptando el uso de nombres y pronombres solicitados por la alumna, sin acordarse con la familia. No existe una única razón para esto: por un lado, existe todavía mucha ignorancia respecto a las consecuencias en los niños de esta afirmación; por otro, a veces hay razones ideológicas y, finalmente, existe mucho miedo a ser acusados de delito de odio, dadas las leyes ya existentes a nivel autonómico y lo que está por venir. Hay un gran desconocimiento hacia lo que es e implica la disforia de género de inicio rápido y una frivolización de las consecuencias de los tratamientos farmacológicos y quirúrgicos que trae consigo si no se aborda de forma adecuada, pues en más del 80% de los casos existen, como hemos dicho anteriormente, causas que nada tienen que ver con la disforia de género tal como se ha conocido hasta fechas recientes. 

 

Es cierto que, paralelamente, existen sectores crecientes del profesorado que están cuestionándose este fenómeno, con el fin de buscar la manera más respetuosa de ayudar al alumnado y de educar en valores de igualdad entre hombres y mujeres que superen los roles y estereotipos de género, pero, como en otros sectores profesionales, el miedo a las consecuencias de la legislación en esta materia, tanto a nivel autonómico como a nivel estatal,  está muy presente, por lo que su estrategia ha sido de unión y asociación, como ha hecho Dofemco. 

 

  • ¿Puede venir bien un cambio de escuela? 

 

Dependerá del caso, de las posibilidades de que familia y centro escolar apoyen conjuntamente y de forma coordinada a la persona afectada, de cómo se encuentre éste en el centro, de la presencia de grupos de iguales que presionen para mantener la identidad trans, de su facilidad para hacer nuevos amigos y no verse aislado/a, de los apoyos psicopedagógicos que pueda recibir, etc… En algunos casos, un cambio de centro escolar puede ser muy positivo. 

 

  • ¿Qué hay del impacto en los hermanos y hermanas o en la vida familiar?

 

Cuando un miembro de la familia sufre, toda la familia lo pasa mal y la dinámica cotidiana se ve muy condicionada por ese sufrimiento: no quieren ir al instituto, se encierran en su habitación, se producen crisis de ansiedad, el sufrimiento de nuestras hijas ocupa gran parte del tiempo y pensamiento de las madres y padres, etc. Los hermanos y hermanas viven todo esto y necesitan entender qué está ocurriendo, en especial quienes tienen menos edad, para no culpabilizarse por los momentos difíciles en la convivencia y entender por qué su hermana o hermano les pide que le llamen de otra manera, se enfada si no utilizan los pronombres que desea, etc. 

 

También estos niños y niñas necesitan apoyo psicológico para entender qué está pasando, para que puedan apoyar a la familia dentro de sus posibilidades,  y que no afecte de forma negativa a su desarrollo. En el entorno escolar es frecuente que, tras la aparición de una chica o chico que se auto identifica como trans, haya quienes le refuercen, con lo cual otras niñas o niños comienzan al ver que identificarse como trans ayuda a tener un lugar en el mundo adolescente y suelen darse más transiciones, creándose grupos de iguales en los que lo trans es el motivo principal de unión. Esto convive con la posibilidad de sufrir bullying por parte de otros adolescentes. 

 

  • ¿Competir con un lobbie que controla redes sociales, películas, series… es posible?

 

Siendo realistas es casi misión imposible, máxime en la adolescencia, etapa en la que los padres perdemos influencia sobre nuestras hijas e hijos frente a la influencia del mundo exterior, no sólo los iguales, sino, cada vez más, las redes sociales y audiovisuales. A nivel individual, la única forma de reducir la influencia del mundo virtual es ayudar a nuestras hijas e hijos a vivir más conscientemente en el mundo real: realizar actividades al aire libre, en familia o con otras personas, disfrutar de momentos de comunicación de calidad con nuestras hijas, hacer juntas actividades que disfruten y ayudarles a encontrar centros de interés que nada tengan que ver con lo trans y les ayuden a mejorar su autoestima. Esto puede ser desde activismo ecologista, actividades artísticas, colaborar como voluntaria en alguna asociación que nada tenga que ver con lo trans, etc…

 

A nivel colectivo, consideramos que una estrategia fundamental para que nuestro mensaje llegue a la opinión pública y a las propias adolescentes es utilizar las redes sociales para difundirlo, evitando que el único mensaje existente en el mundo virtual sea el queer y difundiendo en qué consiste la disforia de género de inicio rápido, las graves secuelas que provoca la transición médica, la relación existente entre el sexismo y el contagio social entre adolescentes.

 

  • ¿Qué hay del autocuidado de las propias madres o padres ante un caso trans?

Como decíamos antes, cuando nuestras hijas o hijos sufren, esto se convierte en muchas ocasiones en el eje de nuestras vidas.  ¿Cómo le ayudamos? ¿Cuáles son los últimos estudios al respecto?, ¿puedo ser su terapeuta?- ocupando todo nuestro tiempo y energía. A veces sentimos que si no leemos lo suficiente no somos buenas madres, hasta el punto de llegar a la obsesión. Pero esto es un error, no somos sus terapeutas, somos sus madres y sus padres. Y necesitamos cuidarnos para poder cuidar. Necesitamos que nuestras hijas sean atendidas por profesionales en los que poder confiar para que nosotras nos podamos permitir ejercer exclusivamente de madres, cuidando nuestro vínculo con ellas: salir a merendar juntas su dulce favorito, ver una película, dar un paseo, escucharles, poner límites cuando sea necesario. 

 

También necesitamos tiempo para nosotras mismas, descansar, pasear, hacer lecturas que no sean la última investigación sobre disforia, hablar y reír con nuestras amigas… lo trans no puede invadir todos y cada uno de nuestros espacios personales y familiares. Sólo así es posible estar disponibles para nuestras hijas de manera saludable. 

 

  • ¿También necesitáis espacios seguros?

 

Totalmente. Necesitamos lugares en los que poder compartir nuestros miedos y preocupaciones con otras madres y padres que están atravesando la misma situación, porque, a veces, incluso nuestro entorno más cercano no logra comprender lo que nos sucede. Por eso nos hemos agrupado y queremos aprovechar este oportunidad para animar a todas las familias que están viviendo esta situación a visitar la página web que hemos creado en la que encontrarán información que consideramos muy útil y a ponerse en contacto con nosotras, porque no están viviendo un problema exclusivamente  individual, también es un problema social que requiere un abordaje y soluciones colectivas. Ahora más que nunca, lo personal es político. Ya que las instituciones nos han abandonado, tenemos que apoyarnos mutuamente para hacer frente a la disforia de género de inicio rápido.

 

Nuria Coronado Sopeña es periodista, conferenciante y formadora en comunicación no sexista. Además es autora de Mujeres de Frente y Hombres por la Igualdad (Editorial LoQueNoExiste); Comunicar en Igualdad (ICI), documentalista de Amelia, historia de una lucha (Serendipia) y Premio Atenea 2021 @NuriaCSopena

 

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