La Comisión Europea ha presentado una serie de medidas orientadas a ayudar a los ciudadanos y empresas europeos a hacer frente al encarecimiento de la energía sin entorpecer la transición ecológica. Se trata de una serie de propuestas a corto y medio plazo que se pueden llevar a cabo en los países miembros respetando la legislación europea vigente. Entre las posibles soluciones a medio plazo, la Unión Europea se plantea la posibilidad de coordinar a los Estados miembros para la compra conjunta de gas, una de las propuestas presentadas por España en el pasado.
El aumento de la demanda mundial de energía, y en particular de gas, está provocando una fuerte subida de los precios de la energía en el mundo que está afectando gravemente a los países europeos. Se prevé que la subida excepcional dure todo el invierno y los precios comiencen a estabilizarse en primavera.
Varios países miembros de la Unión Europea han puesto ya en marcha medidas nacionales para mitigar las subidas de precios, pero hasta el momento el Ejecutivo comunitario no había ofrecido directrices para que el bloque actúe de forma coordinada. Tras la celebración de varias consultas en las que han participado los representantes de los países miembros, la Comisión Europea ha presentado una Comunicación en la que recoge una serie de medidas para afrontar la subida de los precios y prestar ayuda a las empresas y ciudadanos europeos.
Las propuestas se enmarcan en la legislación actual de la UE y están diseñadas para abordar las necesidades a corto plazo de reducir los costes de la energía sin perjudicar al mercado interior de la energía ni el proceso de transición ecológica, así como fortalecer a la Unión frente a futuras perturbaciones. La Comisión asegura que la transición hacia una energía limpia es la mejor forma de garantizar que una situación como esta no se repita en el futuro y alerta del peligro de que esta se vea perjudicada por la excepcional situación.
Las propuestas se enmarcan en la legislación actual de la Unión Europea
Entre las medidas inmediatas, la Comisión recoge el apoyo a los ingresos de los consumidores en situación de pobreza energética, aplazamientos en el pago de las facturas, prestar ayuda a empresas o industrias, establecer salvaguardias para evitar los cortes de suministros de la red o prever reducciones temporales de los impuestos para los hogares vulnerables, entre otras.
El documento recoge también propuestas a medio plazo para que el sistema energético de la Unión sea más robusto. Una mayor inversión en energías renovables, mayor capacidad de almacenamiento de energía en los países miembros, la revisión de la normativa sobre seguridad del suministro para mejorar el uso y funcionamiento del gas o el estudio de la compra conjunta de reservas de gas por parte de los Estados miembros son algunas de las propuestas enunciadas por la Comisión.
Con este conjunto de medidas, la Unión espera ofrecer una respuesta al drástico incremento en los precios de la energía en Europa y contribuir a una transición justa y sostenible, así como una mayor independencia energética.