España ya es reconocida como el líder indiscutible en el record de vacunación en términos absolutos y relativos. Este primero de septiembre, se cumple el objetivo del 70% de vacunados, marcado al principio de año por el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. No pocas comunidades autónomas fueron escépticas sobre estos objetivos que se acaban de cumplir. Si bien, en un inicio la llamada impunidad de rebaño estaba fijada en este porcentaje, actualmente, debido a las variantes aparecidas, ha aumentado "posiblemente hasta un 85 0 90%" según informan fuentes de Sanidad. Con ello 33 millones de españoles ya tienen las dos pautas y quedaría sobre todo una población de edades inferiores a los 12 años.
En solo ocho meses, el Gobierno de Pedro Sánchez ha conseguido vacunar a 33 millones de ciudadanos, tal como lo anunció el propio presidente a principios del 2020. Ello que supone el 70% de la población total. En principio, este porcentaje sería suficiente para alcanzar la inmunidad de rebaño pero la llegada de nuevas variantes ha cambiado la situación. A pesar de todo, estamos ante un éxito que se ensalza en todo el mundo como el 'milagro español'. El otro punto del que puede sacar pecho, el Presdente Sánchez y su Ejecutivo, es de la sensación de alegría y buena disposición con la que la ciudadanía ha adoptado la vacunación. Se da la circunstancia de que España es una de los país que menos "negacionistas antivacunas", tiene.
El miércoles de esta misma semana, se recogerá la información de la jornada anterior. Según los datos del ministerio, España acabó el martes, uno de septiembre, de alcanzar la cifra establecida, teniendo como previsión -basadas en el ritmo de vacunación de los últimos días y las primeras dosis administradas- que el martes se completarían 300.000 pautas.
Un total de 33,24 millones de personas vacunadas y un considerable esfuerzo por parte del sistema sanitario público nos hace destacar en la escena internacional. Ocupando el lugar 27 en la lista de los países más poblados, España es el único país con una población de este tamaño que ha logrado vacunar a un ritmo tan elevado, todo esto según datos del repositorio de la Universidad de Oxford Our World in Data. Solo Canadá, con el 67% de su población vacunada, se acerca a nuestras cifras.
“España partía con alguna ventaja respecto a países de nuestro entorno, como una mayor confianza en el sistema sanitario y mejor aceptación a las vacunas”, explicó Jospe Lobera, sociólogo, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los expertos encargados en diseñar la estrategia de vacunación. Este apego, según Lobera, se remonta a tiempos del franquismo, cuando la polio todavía afectaba a los niños de España mientras al norte de los Pirineos era una enfermedad que había remitido. “Ese retraso respecto a otros países y la importancia de la sanidad pública es un recuerdo generacional que pervive en nuestros mayores”, añadió Lobera.
Aunque esto no siempre garantiza unos buenos resultados, ya que, como bien indicaba Josep Lobera: “Es algo que hay que cuidar porque estamos ante procesos muy dinámicos en los que se interrelacionan varios factores y tienen algo de efecto bola de nieve. Si tienes dudas pero tu entorno se vacuna, al final tú también lo haces. Y al revés. Es verdad que tenemos buenas coberturas infantiles, pero las reticencias iniciales a la del coronavirus eran elevadas. Había que evitar que esto fuera motivo de confrontación política, porque eso incrementa las reticencias. También destaca la solidaridad, porque vacunándote te proteges, pero también proteges a los más vulnerables. Eso decanta a algunas personas que dan el paso por sus mayores o la sociedad”.
Esto, en cambio, no ha sucedido en todos los países. Miguel Hernán, catedrático de epidemiología en la Universidad de Harvard, tras analizar la situación de España con respecto a la vacunación considera que esta se ha visto favorecida por dos factores: “Un sistema sanitario de calidad y la ausencia de movimientos antivacunas relevantes. Si miras las curvas de Israel, Reino Unido y España, son muy parecidas en su primera fase. Es verdad que empiezan a subir en meses distintos, pero eso fue por la disponibilidad de vacunas de cada país. Esa potencia inicial te la da un buen sistema de salud, similar en los tres países en este aspecto, capaz de montar una campaña de vacunación efectiva”. Y, a pesar de tener un comienzo similar en los tres países, a medida que pasaban las semanas el escenario comenzó a cambiar. "En Israel, ya a finales de febrero o principios de marzo, la curva se empieza a aplanar por el rechazo a las vacunas, en su mayor parte por causas religiosas. En el Reino Unido, las reticencias tienen otras razones, pero existen, y ocurrió lo mismo unas semanas más tarde. En España, afortunadamente, no”, explica Hernán.
Y, al igual que en las distintas partes del mundo el ritmo de vacunación ha sido distinto, lo mismo ha sucedido en los territorios de España. Nueve comunidades autónomas ya han alcanzado este porcentaje, algunas superándolo con creces, mientras otras todavía van con retraso.
Mientras que en Asturias, Galicia y Extremadura encontramos un escenario en el que 7 de cada 10 ciudadanos están vacunados, descubrimos otras provincias, como Madrid, Catalunya o Baleares, que tienen problemas para alcanzar este porcentaje.
La llamativa diferencia entre las comunidades se debe a diversos factores, entre ellos la edad media de los ciudadanos. Esto se debe a la estrategia de vacunación que se tomó al principio de la campaña, priorizando a los más vulnerables y entregándole a las comunidades con población más envejecida mayor cantidad de dosis. Esto, sumándose a la importante disposición de los ciudadanos y el esfuerzo del sistema sanitario, logró que alcanzasen con mayor facilidad el ansiado 70%.
Aunque este no es el motivo que retrasa a todas las provincias, ya que, en el caso de Baleares, uno de los principales problemas ha sido vacunar a los trabajadores del sector servicios. Estos, un porcentaje muy importante de la población Balear, por horarios incompatibles iban aplazando las citas o directamente no acudían a los centros sanitarios. Para solucionar esto el Govern aprobó hace unas semanas la vacunación sin cita previa, para que estos trabajadores puedan vacunarse cuando quieran y no tengan que esperar a que termine la temporada de verano.
Por el contrario, en el caso de Madrid y Catalunya el problema de la población sí que se aplica, ya que son dos de las comunidades con la población más joven. Estos, según se inició la campaña, son los últimos en vacunares. Pero esta no es la única causa de la demora, ya que durante todo el proceso de vacunación Madrid ha tenido problemas con el ritmo de los pinchazos, intentando solucionar el retraso utilizando diferentes herramientas. En primer lugar abrieron las agendas, más tarde habilitaron la vacunación sin cita además de incorporar espacios privados de vacunación y promocionar las inoculaciones en plena madrugada. Según los datos, en el caso de continuar con este ritmo de vacunación, la Comunidad de Madrid llegaría al objetivo del 70% de la población en dos semanas, Catalunya en 12 días y Baleares en un mes.