El descenso de contagios de la quinta ola se está empezando a reflejar en el número de hospitalizaciones. Por primera vez desde junio la cifra de ingresos baja de una semana para otra: este lunes había 167 pacientes menos que hace siete días.
La tendencia es cada vez más palpable, pero cumple con el ritmo que marcaban las anteriores olas: en primer lugar bajan los contagios, luego las hospitalizaciones para más tarde descender los ingresos en UCI y, finalmente, los fallecimientos. Y, aunque ya estamos cada vez más cerca del fin de la quinta ola, que dobló la curva de incidencia acumulada el 28 de julio, las dos últimas estadísticas todavía están en ascenso. Mientras, la incidencia acumulada sigue cayendo, registrándose este lunes 549 casos por 100.000 habitantes en 14 días, 42 menos que una semana antes.
A pesar de que todavía no se tienen datos consolidados sobre esta ola, los que se pueden comenzar a estudiar mientras todavía estamos inmersos en ella nos dejan claro el importante papel de la vacunación. El porcentaje de letalidad ha sido menor que en el resto de olas, añadiéndose a esta tendencia a la baja en el número de hospitalizaciones e ingresos a las UCI. Además, esta quinta ola ha crecido a una velocidad nunca antes vista en el resto de las olas, llegando a una incidencia acumulada (701 casos por 100.000 habitantes en 14 días) que solo fue superada en la tercera ola, y tal vez en la primera (aunque en esta no se puede saber porque no se hacían las pruebas suficientes). Y, aunque la velocidad de contagios haya sido vertiginosa, el número de hospitalizados nunca se ha acercado a los niveles que se registraron antes de la vacunación, siendo 10.578 el número de hospitalizaciones que representó el pico en esta ola el 2 de agosto apenas comparable con la cumbre de la tercera ola, con 32.023 personas hospitalizadas.
Otro efecto de la vacuna es la variación en el perfil de los pacientes. Los menores de 60 años son la mayoría de afectados en esta ola, siendo aproximadamente un 60% del total. En esta ola, a diferencia de lo que sucedía en las anteriores, según los datos provisionales del Instituto de Salud Carlos III las cifras apuntan a que la franja de edad con más ingresos son los treintañeros, en lugar de los mayores de 80. Además, los ingresos hospitalarios divididos en franjas de edad en las anteriores olas eran una escalera perfecta, a mayor edad mayor número de ingresados. En esta ola ya no hay una escalera ascendente perfecta, ahora los datos responden de forma menos previsible, en función de los contagios en cada grupo, su vulnerabilidad y las inmunidad que haya obtenido este gracias a la vacunación.