Con los indultos ya aprobados y publicados en el BOE, y con los condenados por el procés catalán ya fuera de prisión, el Gobierno de Pedro Sánchez avanza hacia una nueva etapa que quiere que esté protagonizado por el diálogo, la búsqueda de soluciones y también por el respeto a la ley, al marco constitucional y a la sociedad española y catalana que no se siente nacionalista ni independentista. No lo tiene fácil el Ejecutivo, tal y como se ha visto en la sesión de Control al Gobierno de este miércoles en la que la oposición de la derecha y la ultraderecha sigue instalada en la confrontación, el ruido y la hiper actuación lo que les lleva a protagonizar discursos duros, muy duros, en las formas, pero que no aportan ninguna solución alternativa. No salen del insulto, del ninguneo al presidente del Gobierno e incluso de la judicialización de la política española. El presidente socialista y el Gobierno en pleno busca ahora la puesta en marcha de la mesa de diálogo con el Gobierno de Cataluña y espera movimientos hacia el entendimiento, sobre todo, de los republicanos de ERC. La apuesta es valiente, pero no está exenta de riesgos.
Los nueve dirigentes catalanes que cumplían penas de prisión por vulnerar gravemente la ley y la Constitución en el otoño del 2017 ya están fuera de prisión tras la aprobación de los indultos por parte del Gobierno. Pedro Sánchez, su equipo de Gobierno y el PSOE quieren avanzar hacia una nueva etapa que esté protagonizada por el diálogo, la búsqueda de soluciones y el respeto a la ley, al marco constitucional y al Estatuto de Cataluña. Ese es el difícil camino por el que transitará la política española en los próximos meses y años.
El siguiente paso será el encuentro, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y del presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés. La reunión de ambos líderes será el próximo martes 29 de junio en el Palacio de La Moncloa.
Los indultos aprobados ayer, dice el presidente, no son la solución definitiva de nada, sino el comienzo de una nueva etapa, de un reencuentro. El presidente Sánchez ha afirmado en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados que han tomado una decisión "valiente y reparadora". Está completamente seguro que esta controvertida aprobación de las medidas de gracia parciales que saca que la cárcel a líderes de los partidos independentistas "es una medida reparadora que va a reducir la discordia política y territorial y eso es fundamental para recuperar la convivencia en Cataluña".
Enfrente, se sitúa una oposición de los partidos de la derecha y la ultraderecha que lejos de rebajar tensiones quiere proseguir con su campaña de acuso y derribo al Ejecutivo, pidiendo la dimisión del presidente, y convencidos de seguir judicializando la vida política española. Tanto Pablo Casado como Santiago Abascal e Inés Arrimadas han anunciado recursos ante el Supremo para revertir los indultos. Algunos piden incluso el procesamiento del presidente y de todos sus ministros. Sin embargo no ofrecen alternativas a la cuestión catalana y pretenden seguir con la política del "no hacer nada" que inauguró Mariano Rajoy y que durante los últimos quince años lo único que ha hecho es empeorar la situación.
El presidente Sánchez les ha reprochado su actitud en la oposición, basada en el insulto, en la generación de ruido y en la polarización de la ciudadanía. Llegan incluso a negar la legitimidad del propio presidente. Por eso les ha recordado que la medida que aprobó el Gobierno es defendida por agentes sociales y otras instituciones, entre las que se encuentran los empresarios catalanes e incluso la iglesia.
Casado ha manifestado que "si le queda algo de dignidad, debería dimitir hoy y someter esta decisión al juicio de los españoles, porque usted ha engañado a todos con su palabra electoral, ha incumplido su juramento constitucional y está engañando a esta cámara".
Por su parte, Sánchez le ha contestado que con su actitud está insultando a todos aquellos a los que están a favor de los indultos. "Tan constitucionalista que dice ser, no puede ser que diga que los empresarios y los sindicatos no representan a nadie", le ha dicho el dirigente socialista.
No obstante, el presidente ha preferido no entrar en las provocaciones, ni en las descalificaciones del líder popular, pues como ha recalcado “cuando usted se siente aislado, es cuando realmente sale el verdadero Pablo Casado”.
Tras la intervención de Casado, ha preguntado el parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, por el siguiente paso tras los indultos. Y Sánchez ha señalado que la autodeterminación reclamada por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, además de no ser constitucional, seguiría “fraccionando y fracturando a la sociedad catalana”, algo que, en estos momentos, va en contra del objetivo del Gobierno que pasa por “unir a la sociedad catalana”. Una unión, una comunidad de afecto, de respeto y de convivencia basada en la “legalidad democrática” que permitirá hacer más fuerte a “la sociedad española y al conjunto de la sociedad catalana, y por tanto, a la democracia española”.