El Gobierno entero se esfuerza estos días por enmarcar y explicar a la ciudadanía el posible indulto a los doce dirigentes independentistas condenados por sedición y malversación por los acontecimientos del otoño de 2017 en Cataluña que pusieron en grave peligro la convivencia entre catalanes. La decisión final está a un paso de producirse y será en un Consejo de Ministros próximo, antes del verano. El presidente Pedro Sánchez, de gira por Argentina, se refirió al asunto y pidió a los españoles confianza en las decisiones del Ejecutivo que apuesta por abrir un proceso de "reparación" de la convivencia. "La sociedad española tiene que transitar de un mal pasado a un futuro mejor", apuntó el presidente por lo que pidió a los ciudadanos "magnanimidad" ante la concesión de la medida de gracia.
Esta semana, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, decía en el Congreso de los Diputados que el Ejecutivo está tratando de resolver "de manera constitucional y digna" el desastre sobre la cuestión en Cataluña que heredó del Partido Popular. La portavoz socialista en las Cortes, Adriana Lastra, pidió "confianza a los que dudan del proceso de diálogo en Cataluña". Y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su gira por Latinoamérica, incidió en estas dos ideas al pedir desde Argentina "magnanimidad y compresión" con los dirigentes independentistas y "confianza" en la apuesta que cree que debe hacerse por recuperar la convivencia.
En pocas semanas el Consejo de Ministros tendrá sobre la mesa el expediente completo de los indultos, con la posición en contra de la Fiscalía y el Tribunal Supremo, y deberá tomas una decisión. Todo hace indicar que se apoyará en la "utilidad pública" para conceder la medida de gracia a Junqueras y compañía. Pero no será un perdón total ya que solo puede ser parcial tras los informes desfavorables de la Justicia. Se prevé que el indulto pueda sacar a los condenados de la cárcel pero que se mantengan o incluso se amplíen la inhabilitación para ejercer como cargo público.
Sánchez ha apostado desde el principio de su mandato por establecer una política de recuperar el diálogo y el acuerdo. En este sentido, la mesa de diálogo será el siguiente paso en esta "desescalada" de la cuestión catalana y posiblemente se comience este marco de debate con los principales líderes independentistas ya fuera de la prisión. "La sociedad española tiene que transitar de un mal pasado a un futuro mejor", dijo Sánchez dejando claro que su posición está muy alejada de la que sostuvo el anterior Ejecutivo del PP, de mano dura frente al independentismo, que no evitó ni la celebración de un referéndum ilegal y la Declaración Unilateral de Independencia.
Para el dirigente socialista la decisión sobre indultar a los presos "implica magnanimidad" y se hace, según sus palabras, para "sembrar convivencia" que quedó muy dañada tras los graves sucesos del año 2017.
La carta de principios de semana de Oriol Junqueras, ha dicho Sánchez, "es bienvenida" ya que el Gobierno "acepta cualquier paso hacia la distensión".
Preguntado por la posibilidad de que después del indulto el propio Oriol Junqueras participe en la mesa de diálogo entre España y Cataluña, el presidente no quiso pronunciarse abiertamente "porque no me gusta vetar a nadie desde el punto de vista de la declaración pública". Pero recordó que siempre se está hablando de una reunión "entre gobiernos".
El líder del PSC, Salvador Illa, también ha hablado hoy de "magnanimidad" en una entrevista en Radio Nacional de España. Ha defendido "abrir un tiempo nuevo, ser magnánimos, y justamente el Estado de Derecho da los instrumentos para mirar hacia delante".
Sobre la posibilidad de celebrar un referéndum pactado, el ex ministro Illa ha dicho que su partido está en contra de una votación para decidir la autodeterminación, pero no se opondría por votar un acuerdo "si es un referéndum para votar un acuerdo, estamos de acuerdo. Si es un referéndum de autodeterminación, es decir, sometemos a consideración de la ciudadanía una ruptura, nosotros no estamos de acuerdo".