Marina Marroquí se ha propuesto echarle un pulso a la pornografía y ganarlo. Y lo va a hacer como ella sabe, formando y explicando los efectos nocivos que esta tiene en la adolescencia. “Estoy muy preocupada porque desde hace un año, debido a la pandemia, no se han hecho formaciones de prevención de violencia de género y violencia sexual y, por el contrario, debido al aumento de horas en casa, ha crecido el consumo de medios digitales y de la pornografía”.
Por eso ha organizado, los próximos 4 y 5 de junio, un curso dirigido a madres, padres, profesionales o quienes tengan relación con la juventud “para obtener las herramientas con las que abordar, identificar y actuar ante este problema social que afecta a toda la adolescencia”, explica.
Y es que, lo que la reconocida y premiada profesional a nivel internacional se encuentra en las formaciones que imparte en los institutos, es cuanto menos para hacérselo mirar. “Me estoy dando de bruces con mucha violencia de género y muchísima violencia sexual, sobre todo violencia muy grave que tenían totalmente normalizada antes del taller, y que tras el taller se desmontan llorando. Por eso mi aumento de formaciones para familias, por intentar que, ya que esa información y formación no está llegando de los institutos que pueda llegar desde las familias, y espero que pronto pueda volver a estar con la adolescencia en directo”.
Para Marroquí, que se ha recorrido España de cabo a rabo con talleres de formación para más de 80.000 adolescentes, proporcionar una educación afectivo sexual sana a una generación que consume pornografía a partir de los 8 años es un gran reto. “Son muchas las consecuencias de la construcción del deseo sexual a través de la pornografía, y ya podemos medirla con el aumento de la violencia sexual, la adicción a la pornografía...Es una temática muy difícil de abordar por parte de familias y escuela, pero es urgente que obtengamos herramientas para hacerlo y sobre todo que conozcamos la realidad de nuestros adolescentes”, recalca.
- ¿Tiene remedio todo esto que nos está pasando?
Tiene remedio siempre y cuando actuemos de forma rápida y urgente desde instituciones, centros educativos y familias. La pornografía es actualmente el lugar donde la adolescencia aprende lo que cree es el sexo, con todos los peligros que eso conlleva, sin embargo, el sistema educativo aún no tiene una asignatura obligatoria de Igualdad o educación afectivo sexual que garantice que llega una información y formación universal y de calidad. Aún estamos muy lejos de eso y en los pocos centros que se da educación afectivo sexual estamos poniendo preservativos a plátanos en lugar de adaptarse a las circunstancias de esta nueva generación. En las familias sigue siendo un tabú el sexo. Además de las casas, los colegios e institutos no están a la altura de lo que la juventud necesita.
- ¿Cómo puede seguir habiendo tanto tabú en casa por el sexo?
Sigue siendo muy complicado tener ciertas conversaciones y sobre todo la mayoría de las familias no son conscientes de cómo es la realidad de sus adolescentes, de cómo se socializa, qué pornografía ven, qué acoso sexual ejercen o reciben. Esto se debe sobre todo por la brecha generacional y por lo hermético que es la etapa de la adolescencia. Por eso resulta muy importante la formación para familias, para que conozcan la realidad de la adolescencia que tiene sus primeros accesos a la pornografía a los 8 años y de manera habitual a partir de los 12 años y las graves consecuencias para ellos y ellas a la hora de iniciar relaciones sexuales.
- ¿Con qué te encuentras en los tallares de prevención que impartes en los institutos?
Con mucha violencia de género y sexual. Si algo tienen en común todas y cada una de las charlas que doy es que la inmensa mayoría no la habían contado ni a las familias ni a los centros educativos. Por eso es tan importante formarse para poder dotar de herramientas a la adolescencia para que se pueda enfrentar a esta sociedad totalmente sexualizada en la que la digitalización solo ha traído más facilidades para el acoso y el abuso.
- ¿Lo que ven es lo que reproducen sin ser conscientes o no hay excusa?
La construcción del deseo es una construcción social, lo que nos excita y se vuelve erótico depende mucho de la cultura y la socialización. De ahí por ejemplo que miremos atrás y veamos que los y las “sex simbol” de generaciones anteriores nos parezcan hoy ridículos. El peligro es que estamos ante dos generaciones que han construido ese deseo en base a la violencia tan brutal que trasmite el porno, en el que principalmente se escenifican violaciones, violaciones grupales, incestos, o abusos a menores… Por lo que aprenden que eso es sexo.
- ¿Qué ejemplo más puedes poner?
Por ejemplo, el de la película “The fast and the furious”. Nos preocupamos porque entiendan que no se puede conducir así, que te quitan los puntos, que puedes atropellar a alguien. Se da educación vial en los centros educativos. Sin embargo, cuando nuestros hijos o hijas ven porno, ¿qué agente social le dice que eso no es sexo? Ninguno, por lo que crecen creyendo que eso es sexo.
Aunque esto no quiere decir que todos utilicen una violencia extrema, sí que tienen muchas conductas de violencia sexual, normalizadas como sexo, como por ejemplo coger del cuello a la chica, sexo anal, eyaculaciones faciales etc… normalizando mucha violencia sexual. Esto se ve claramente en los nuevos tipos de violencia sexual como las violaciones grupales. Ese tipo de violencia sexual no existía antes de esta construcción del deseo en base a la pornografía y ahora se ha convertido en un deseo erótico de muchos adolescentes.
- ¿De qué manera afecta ver porno cuando eres una chica a un chico?
Afecta de muchísimas maneras. Es básicamente en lo que nos vamos a centrar en el curso. En mostrar la realidad de la adolescencia, en ver y profundizar en todas las consecuencias que tiene esta situación, entre otras el aumento de violencia sexual, la dificultad para identificarlas, la problemática de erotizar la violencia, el aumento del abuso sexual entre menores, la adicción al porno, la iniciación a la prostitución de las chicas… etc. Y aunque parezcan problemáticas que no van a afectar a nuestros adolescentes y creamos que es algo lejano o exagerado, para ver lo cerca que tienen ellos esta realidad y lo lejos que estamos nosotros, simplemente tienen que preguntar a sus hijos e hijas que es un “sugar daddy” u “only fans” y verán lo que pasa…
- ¿Hay que ver porno con ellos para explicarles que eso no es sexo?
No se trata de ver porno con ellos. Se trata de prepararlos para facilitarles herramientas con las que afrontar esta realidad a la que van a tener acceso, aunque no la busquen directamente, y eso se debe hacer desde la infancia. Hay que educar desde la igualdad para prevenir y actuar ante estás violencias. Por eso también veremos en el curso cómo construir una autoestima sana y cómo fortalecer la confianza y la comunicación para que cuando pase y lo vean no pasen a creer que eso es el sexo y como construir una educación afectivo sexual sana y saludable.
Si te interesa el curso:
Viernes 4 de junio (de 16.00 a 20.00) y sábado 5 de junio (de 10.00 a 14.00)
25€ por persona / Plazas limitadas
Para reservas escribe a marinamarroqui@gmail.com (hasta el 4/6 a las 12.00h)
Se realizará por zoom
Nuria Coronado Sopeña es periodista, conferenciante y formadora en comunicación no sexista. Además es autora de Mujeres de Frente y Hombres por la Igualdad (Editorial LoQueNoExiste); Comunicar en Igualdad (ICI), documentalista de Amelia, historia de una lucha (Serendipia) y Premio Atenea 2021 @NuriaCSopena