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Ya son cuatro las personas fallecidas por la brutal explosión de gas en un edificio de la calle Toledo de Madrid

Ya son cuatro las personas fallecidas por la brutal explosión de gas en un edificio de la calle Toledo de Madrid

Esta madrugada se ha elevado el número de víctimas mortales como consecuencia de la tremenda explosión de gas que se produjo este jueves en el centro de Madrid, concretamente en la calle Toledo, al lado de la Parroquia de Virgen de la Paloma. Ahora los bomberos prosiguen con la evaluación de los daños y los técnicos municipales deben decidir el futuro del edificio dañado. En principio, se pretende "desmontar" toda la parte superior del edificio que está en riesgo de derrumbre, pero no se descarta que haya que tirar todo el inmueble. Poco antes de las tres de la tarde de ayer, el edifico voló literalmente, tras la fuerte explosió causada, en principio, por un accidente cuando un técnico estaba revisando la caldera de una de las viviendas.


El Arzobispado de Madrid ha anunciado esta mañana la muerte del sacerdote Rubén Pérez Ayala producida a las 1:42 horas de la madrugada, al no sobrevivir por las graves heridas tras ser operado de urgencias. La cuarta víctima mortal tenía 36 años y se estrenaba con su nuevo cargo en esta Parroquia de Virgen de la Paloma situada en el número 98 de la calle Toledo.

Este inesperado desastre también se ha cobrado la vida de dos hombres –uno de 85 y otro de 53- que transitaban la calle, junto con el técnico habitual de la parroquia D.S.M. Este último acudió al edificio para revisar la caldera que llevaba varios días sin funcionar, minutos antes de que se produjera la explosión. Tenía mujer y cuatro hijos. Otras 10 personas han sufrido heridas leves.

En pleno centro de Madrid, esta calle tan emblemática y transitada conecta la Plaza Mayor hasta la Puerta de Toledo, finalizando en la Glorieta de Pirámides. Además, la parroquia es la custodia del lienzo de la que se considera patrona oficiosa de Madrid -al igual que para los bomberos-, uno de los símbolos de la capital y lugar de devoción para miles de fieles. Han pasado 20 horas y todavía los vecinos no consiguen vencer el susto. “Fue como un terremoto, pensé que era una bomba”, son las repetidas declaraciones de muchos testigos que vivieron el miedo por la explosión desde muy cerca. Gracias a la rápida coordinación de las nueve dotaciones de bomberos y 11 dotaciones de Samur apagaron las llamas y trasladaron a los heridos a los hospitales de La Paz, el Ramón y Cajal y el Clínico. Posteriormente, tuvieron que esperar tres horas para cortar el gas de la calle y poder entrar para valorar la situación. Debido al actual estado de la parroquia, comenzará su demolición a lo largo de esta mañana.

El edificio estaba compuesto por siete plantas- con una planta covid y otras de Cáritas-, de las cuales la mayoría han sido derribadas. Un olor a gas que empezó a inundar todo el edificio, hizo sobresaltar a sus residentes, y sobre todo al párroco. Una vez asistió el técnico, con la esperanza de solucionar el problema de la caldera, se produjo la explosión a las 14.56 del pasado miércoles. La explosión del almacén puede verse en diversos vídeos grabados por aficionados, en los que se aprecia tanto la gran nube gris que dificulta la visión, como lo que parecen restos del edificio a lo largo de toda la calle. "Es un milagro que no haya más muertos. Estamos llenos de todo tipo de adversidades, pero el conjunto de la sociedad madrileña va a superar las más duras pruebas, por adversas que sean", señalaba el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida. También quiso agradecer a esos vecinos que "se lanzaron a la calle para quitar escombros y ayudar a los heridos". Similares palabras expresó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, tras acudir al lugar del suceso.

En la residencia de ancianos Los Nogales y el colegio La Salle La Paloma, edificios situados a los extremos de la parroquia, no se han notificado heridos. Llamémoslo destino o casualidad, pero las fuertes nevadas del temporal “Filomena” han favorecido factores como el cierre de los colegios y que ningún niño se encontrara en el patio, pudiendo haber resultado una catástrofe mayor. El medio centenar de ancianos residentes han sido alojados en otros centros de la cadena, y también aquellos que eran positivos en covid-19, respetándose las medidas sanitarias. Asimismo, el Samur Social ha desplazado a familias de un bloque contiguo que ha sido perjudicado por la detonación a un hotel de la ciudad.

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