Este miércoles se cumple una semana del asalto al Capitolio de Washington incitado por el propio presidente, Donald Trump, que dejó un balance de cinco muertos. El martes se votaba en la Cámara de Representantes la petición de aplicar la enmienda 25 o, una votación que salió adelante pero se convirtió en un gesto simbólico ya que el vicepresidente saliente, Mike Pence, había rechazado horas antes la petición lanzada por Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara. “No cedí a la presión para ejercer un poder más allá de mi autoridad constitucional y no cederé ahora a los esfuerzos de la Cámara de Representantes de jugar juegos políticos en un momento tan grave en la vida de nuestra nación”, explicaba Pence. No obstante, continúa la labor por echar a Trump del poder a una semana de la entrada de Joe Biden a la Casa Blanca. Hoy mismo, se votará el segundo impeachment contra el presidente Trump.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, ha rechazado la petición lanzada por los demócratas para aplicar la enmienda 25o de su Constitución que habría llevado a la destitución inmediata de Donald Trump. Se cumple hoy una semana del asalto al Capitolio promovido por el propio Trump que dejó un balance de cinco muertos y una imagen de ruptura de la primera democracia del mundo. Esta petición fue hecha oficialmente por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que estableció un plazo de 24 horas para recibir una respuesta de Mike Pence, respuesta negativa que contestó en forma de carta. Pelosi ya tenía un plan B ante esta negativa y establecía hoy marte, la votación del que se convertirá en el segundo impeachment contra el aún presidente de EEUU, una semana antes de que el ganador demócrata, Joe Biden, ocupe la Casa Blanca.
El asalto al Capitolio, que como dijo el propio presidente electo, Joe Biden, fue "un momento de oscuridad para nuestra gloriosa democracia", se saldó con cinco muertos y la estupefacón de no solo de los norteamericanos que vieron como se asaltaba el sagrado templo de la Democracia, sino de todo el mundo que nunca imaginaron escenas de ese calibre en los Estados Unidos.
El rechazo a Trump, que se negó a reconocer que Biden había ganado limpiamente las elecciones, se extendió incluso a muchos miembros del propio partido republicano, con numerosas condenas y dimisiones de varios trabajadores de la Casa Blanca. No obstante, Mike Pence, aunque rechazó el ataque a la Cámara, continúó protegiendo al presidente. En su carta enviada a Pelosi alega: “No cedí a la presión para ejercer un poder más allá de mi autoridad constitucional y no cederé ahora a los esfuerzos de la Cámara de Representantes de jugar juegos políticos en un momento tan grave en la vida de nuestra nación”.
Pence hace referencia a las peticiones de Trump para que falseara los votos, que deterioraron notablemente sus relaciones hasta llegar a un ataque directo del presidente a su segundo. Trump, en uno de sus últimos intentos desesperados por ganar las elecciones ya perdidas, pidió a Pence que objetara el recuento de votos en el Congreso que se estaba realizando cuando comenzó el asalto. Expertos constitucionalistas y del propio Departamento de Justicia concluyeron que sería inviable e ilegal. Lo que ocasionó el furibundo ataque de su todavía presidente: “Mike Pence no ha tenido el valor de hacer lo que debería haber hecho para proteger a nuestro país y a la Constitución”. bramaba un ya derrotado Trump a la desesperada.
El vicepresidente opina que la resolución aprobada el martes por la Cámara de los Representantes para que aplicara la 25 o contra Trump por haber “incitado a la insurrección” solo serviría para una fractura mayor en el país a una semana de que Biden tome el poder. Esta enmienda de Estados Unidos otorga a la potestad a ambas cámaras legislativas (Congreso y Senado) de retirar los poderes y obligaciones al presidente y trasladarlos inmediatamente a su segundo cuando el primero “es incapaz de cumplir los poderes y obligaciones de su cargo”. A pesar de la mayoría obtenida en la petición para convocarlo, la Cámara de Representantes no puede obligar al vicepresidente a aplicarla, por lo que su negativa pone fin a estas pretensiones. De no haber sido así, Pence podría haberse convertido en el presidente de EE. UU. más efímero de la historia.
La negativa no viene por sorpresa ya que fuentes de la Administración de Trump revelaron que el vicepresidente se reunió con él para trabajar en cooperación “lo que queda de mandato”. Por su parte, Nancy Pelosi mantiene que el pronto expresidente “pidió este ataque sedicioso” y mantiene la votación del impeachment que se celebrará hoy y se prevé que podría salir adelante en el Congreso.
Numerosos políticos del partido republicano ya se han posicionado a favor, destacando la número tres de la formación, Liz Cheney, que ha sido profundamente crítica con el mandatario declarando que “nada de lo que pasó hubiera sucedido sin el presidente”. Otros 19 republicanos podrían votar a favor en un proceso bastante largo que se intenta acelerar. La Cámara de Representantes tendría que votar a favor en mayoría para trasladar la votación al Senado, donde al menos dos tercios de su composición tendrían que votar a favor. Si termina saliendo adelante, Trump perdería sus beneficios como expresidente, pero es complicado que termine sucediendo.