La borrasca Filomena ha traído nevadas nunca vista en España y, como es lógico, ha desbordado a todos ya que nadie estaba preparado para la situación tan excepcional que hemos vivido. “Quitar nieve”, así se podría resumir la única tarea de este fin de semana que se ha extendido por toda la península. Tras las nevadas se da paso a una semana de frío polar, por lo menos hasta el próximo jueves, que dificultará la desaparición de la nieve, formará más placas de hielo, reducirá la actividad laboral de muchos que no pueden llegar a sus trabajos por estas inclemencias, carreteras y algunos medios de transporte –como la EMT- todavía inactivos, además de existir todavía un grave peligro no solo por batacazos, sino por árboles caídos y posibles derrumbes de otras infraestructuras, a lo que el Gobierno central insiste con un “no salgas de casa”. Además, los centros escolares de Madrid aplazan su apertura hasta el próximo lunes 18 de enero, ya que “es preciso, por tanto, inspeccionar los centros durante unos días para garantizar la máxima seguridad".
Lo que para muchos países como Polonia, Suecia o Rusia es una tontería a la que ya están más que acostumbrados, para España, y concretamente en Madrid, las fuertes nevadas y su consiguiente helada y frío polar ha conseguido paralizar la actividad. La “vuelta al cole” sigue retrasándose después de un intenso fin de semana intentando reparar lo que el temporal “Filomena” había provocado. Tras las peticiones realizadas por el alcalde de Madrid, Martínez Almeida de “quedarse en casa” por convertirse la capital en zona catastrófica, ahora es esta borrasca quien releva al coronavirus para obligar el cierre de muchos establecimientos y sobre todo colegios, anunciado el pasado sábado por la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz-Ayuso.
Las catástrofes han repercutido en el ámbito educativo, notificándose más de 167 incidencias hasta el momento. Porches y techos destrozados o a punto de desplome, calefacciones con insuficiente electricidad, árboles caídos e incluso imposible el acceso a múltiples centros, entre otros. Por ello, tras un largo análisis del panorama a través de los datos proporcionados por la Consejería de Educación y Juventud y unido al pronóstico meteorológico de los próximos días por riesgo de heladas de hasta -15 grados, más las peticiones llevadas a cabo por más de 50 Ayuntamientos, y el necesario desempeño de las medidas sanitarias con respecto a distancias y ventilación de las aulas –hecho incompatible con el extremo frío-, el Gobierno regional decreta la suspensión de clases presenciales hasta el próximo lunes. "Es necesario arreglar desperfectos y garantizar una vuelta segura a las aulas tras el temporal de nieve y frío", publicaba en Twitter la dirigente popular.
Una vez más, los padres tendrán que coordinarse rápidamente y buscar opciones viables en sus trabajos para obedecer los protocolos exigidos y con tan poca antelación. El enfado es entendible y el estrés por la búsqueda de soluciones aún más. En el mejor de los casos, el teletrabajo será el modo imperante. Sin embargo, desde la presidencia se está investigando un nuevo derecho relacionado con la conciliación laboral para cumplir no solo con su trabajo, sino con la enseñanza de sus hijos. Las clases serán por videoconferencias a partir de mañana miércoles hasta el próximo 18 de enero, período que a priori permitirá garantizar la seguridad del alumnado y arreglar los desperfectos ocasionados. Con la esperanza de que sea suficiente para “volver cuanto antes a la normalidad”, como dicen las autoridades madrileñas, y para efectuar una correcta enseñanza durante los próximos días, la capital recuerda que cuentan con recursos como la plataforma EducaMadrid, a pesar del colapso que está experimentando. "Ha sido mejorada de manera sustancial con la introducción de importantes mejoras y de todos los recursos didácticos puestos a disposición de la comunidad educativa", defienden este medio tecnológico de dichas acusaciones tras destinar 2,1 millones de euros para su mejora.
La nueva normativa concierne a un total de 1.227.165 alumnos de los 3.344 centros educativos de la autonomía, y serán estos últimos los encargados de informar a las familias del nuevo procedimiento. Sin embargo, para muchos estudiantes no supondrá al plan de actuación del curso 2020-2021 debido a la situación de la pandemia. Las clases presenciales solo eran de obligado cumplimiento para educación infantil, primaria y educación especial, adaptando espacios y el número de alumnos, mientras que en alumnos de 3º, 4º de la ESO, Bachillerato, FP y Educación para Adultos, la educación es semipresencial.