Hace semanas que el Gobierno de Pedro Sánchez decidió crear una Comisión Permanente para la Desinformación para dar respuesta a una de las líneas generales marcadas por la Comisión Europea en relación a la influencia de agentes externos en campañas electorales. Si, hablamos nuevamente de las ya famosas ‘fake news’ que en determinadas ocasiones se han convertido en un auténtico problema.

Esta decisión sirvió a la oposición de la derecha para abrir un nuevo frente de batalla contra el gobierno al que acusan de querer crear una especie de “ministerio de la verdad”, algo muy alejado de la realidad. Y el más radical, como siempre ha sido la ultraderecha de Vox. El partido de Santiago Abascal llevó así al Congreso de los Diputados una moción en favor de la libertad de expresión y contra el plan del Gobierno. Si, paradojas de la vida, el partido que impide la entrada de determinados periodistas a sus actos de partido es el que se quiere arrogar el papel de defensor de la libertad de Prensa. El debate parlamentario supuso que todos los portavoces de los grupos parlamentarios, incluso el del PP aunque de forma tibia, arremetieran contra los ultraderechistas a quienes dedicaron calificativos como “racistas, machistas, pijos e incluso señoritos”.

El más contundente fue el diputado socialista Patxi López, que denunció como Vox y el PP acusan de ‘liberticida’ al Gobierno de España por las medidas que adopta durante la pandemia, por la aprobación de la Ley de Educación, por tratar de acabar con la desinformación y la ‘mentira organizada’ por la que “algunos pretenden desgastar y debilitar el propio sistema democrático de nuestro país”. Y aprovechó su intervención para decir a la bancada de la derecha que “Los socialistas y la izquierda no tenemos ningún problema con la libertad, lo que tenemos es una auténtica obsesión, tanto que cuando nos la quitan, cuando nos falta, cuando nos la arrebatan, cuando nos la niegan, estamos dispuestos a sufrir cárcel, exilio, destierro, incluso a arriesgar la vida y a perderla para conquistarla”. Su respuesta estuvo acompañada de los aplausos unánimes de la bancada del PSOE y de otros partidos de la izquierda parlamentaria.

El ex lehendakari dijo que “la libertad de expresión no está en riesgo en nuestro país” y como prueba de ello puso varios ejemplos ya que, esta propia libertad permite a Vox defender en el parlamento la eliminación de las autonomías “y no pasa nada pueden hacerlo”. Y “defienden una dictadura de hace 40 años y han podido hacerlo (…) no me vengan con que hay un problema”.

El dirigente socialista defendió el concepto de la libertad de los socialistas “pensamos que cada persona es soberana de su propia libertad y lo defendió Fernández de los Ríos cuando ante la pregunta de Lenin de libertad para que contestó que ‘libertad para ser libres’”, afirmó Patxi López.

El diputado del Grupo socialista afirmó desde la tribuna del Congreso que “la derecha quiere decirnos cómo tenemos que vivir y cómo tenemos que morir y por eso están en contra de la ley de la eutanasia”. Y continuó diciendo que “nosotros defendemos el gobierno de las leyes, que no nos digan cómo debemos vivir sino que nos permitan que cada uno decida”.

López arremetió duramente contra la estrategia de la ultraderecha y “su contrapropaganda” que para el socialista “solo tiene un objetivo que no es otro que crear un enemigo del pueblo”. A continuación, explicó que “yo solo he tenido un único enemigo en mi vida política y personal: ETA y por mucho que se empeñen en pasearla por este hemiciclo a ETA la derrotamos hace diez años. Desgraciadamente ahora parece que tengo otro enemigo, porque lo dijo la portavoz de Vox, Macarena Olona, que señaló a la mitad de esta cámara y dijo ‘aquí están los enemigos’, pues aceptamos el reto, tenemos un nuevo enemigo, el nuevo fascismo que algunos quieren propagar por este país”.