El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ha asegurado que su Departamento de Justicia no ha encontrado ningún indicio de fraude masivo en el recuento electoral que “pudiese afectar al resultado de las elecciones” celebradas el 3 de noviembre, en las que Joe Biden consiguió la victoria frente a Donald Trump. El secretario de Justicia ha explicado que procuradores y agentes del FBI han atendido denuncias y seguido pistas sobre las pasadas elecciones, pero que no han encontrado anomalías de especial relevancia. Pese a ello, Trump no se rinde y, horas después de las declaraciones de Barr, ha dejado caer que si los recursos presentados contra el resultado de los comicios de este año fracasan, los ciudadanos volverán a verle “en cuatro años”.
En una entrevista con la agencia Associated Press (AP), el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ha afirmado este martes que el Departamento de Justicia que él lidera no ha encontrado ninguna evidencia significativa de fraude electoral en las pasadas elecciones presidenciales del 3 de noviembre, que dieron la victoria a Joe Biden.
Desde el momento en el que Biden iba adelantado a Trump en las distintas ciudades, el republicano no ha parado de emitir quejas y denuncias sobre un posible fraude e irregularidades en el recuento de los votos. Sin embargo, Barr ha declarado que “hasta la fecha”, su equipo no ha visto “un fraude a una escala suficiente para poder haber cambiado el resultado de la elección”, contradiciendo de esta manera lo expresado por el expresidente estadounidense.
Estas declaraciones emitidas por el fiscal confirman lo que expertos electorales venían comentando este último mes. Asimismo, lo comentado por Barr podría ser un argumento importante para que los seguidores de Trump que apoyan las denuncias del expresidente se diesen cuenta de que la votación no ha sido manipulada, ya que Barr ha sido uno de los grandes defensores del republicano durante su mandato y no tendría sentido que ahora fuese en su contra.
De hecho, tras la victoria del candidato demócrata, Barr autorizó a distintos fiscales y agentes del FBI para que siguiesen pistas y atendiesen a las distintas denuncias recibidas, aun no habiendo evidencias claras de fraude, algo que va en contra de la política de investigaciones electorales del Departamento de Justicia.
Tras estas investigaciones, el fiscal estadounidense ha reiterado que no se han encontrado pruebas en las que se manifieste un fraude generalizado en los comicios, además de rechazar las acusaciones de manipulación a través de las máquinas de votación, asegurando que su oficina no ha visto “nada” que las justifique.
Por su parte, los dos abogados de Trump que se encargan de encontrar algún tipo de fraude en las elecciones, Rudy Giuliani y Jenna Ellis, han emitido un comunicado en el que expresan lo siguiente: “con todo respeto al fiscal general, su opinión parece expresada sin conocimiento o investigación de las pruebas e irregularidades significativas de fraude sistemático”.
Asimismo, la declaración establece que el equipo legal del líder republicano había “reunido una amplia evidencia de votación ilegal en al menos seis estados, que no han sido examinados” y que tienen “muchos testigos que juran haber visto delitos cometidos en relación con el fraude electoral”. Aun así, esto vuelve a ser expresado por Trump y su plantilla sin pruebas refutables.
¿Vuelta de Trump en 2024?
Horas más tarde de las declaraciones emitidas por el fiscal estadounidense, Trump ha asegurado durante una recepción en la Casa Blanca que las elecciones han sido “manipuladas” y que él es el verdadero ganador. “Ciertamente este ha sido un año inusual. Ganamos las elecciones, pero a ellos no les gusta”, ha comentado el mandatario.
Sin embargo, lo que más ha llamado la atención ha sido como el expresidente ha dejado caer que volverá dentro de cuatro años a presentarse como candidato. “Estos cuatro años han sido increíbles, estamos intentando conseguir otros cuatro, de lo contrario os veo en cuatro años”, ha comentado el expresidente.
Trump aún no ha reconocido su derrota frente al demócrata
Biden, un formalismo que es tradicional en Estados Unidos. Pese a ello,
su Administración sí que ha comenzado a trabajar con el equipo del presidente electo para preparar la transición.