El Congreso de los Diputados rechaza las enmiendas a la totalidad que han presentado PP, Vox, Junts, BNG, CUP, Coalición Canaria y Foro Asturias que piden la devolución del anteproyecto de Presupuestos al Gobierno. El Ejecutivo ha salvado holgadamente este primer escollo y los PGE seguirán su tramitación parlamentaria, con un histórico de 198 votos a favor, para que estén listos a primeros del año 2021. Durante el debate parlamentario, la ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, que los ha defendido durante dos jornadas consecutivas, ha dado a conocer medidas concretas como la bajada del IVA de las mascarillas y también el apoyo de Bildu, lo que refuerza la mayoría de la investidura, pero abre cierto malestar en las filas socialistas y que deja a Ciudadanos muy poco espacio para que pueda finalmente sumarse a una amplia mayoría parlamentaria, como quiere Pedro Sánchez.
Hace menos de dos años, el primer Gobierno de Pedro Sánchez naufragó antes de lo previsto cuando ERC presentó una enmienda a la totalidad de los PGE y se sumó a la derecha lo que desembocó en la convocatoria electoral de abril de 2019. Ahora, tras las múltiples convocatorias electorales, dos de ellas generales, las dificultades para tejer alianzas que permitieran tener un Gobierno y tras meses de una pandemia mundial que ha cambiado absolutamente todo, el Ejecutivo ha salvado ese primer escollo en el que tropezó entonces y ahora podrá sacar adelante su primer proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Y lo ha hecho con el voto histórico de los partidos que apoyaron la legislatura y el de Ciudadanos. En total 198 votos a favor, algo por lo que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que lleva dos días explicando los Presupuestos, se ha sentido profundamente satisfecha.
Como era de esperar, el Congreso de los Diputados rechazó las cuatro enmiendas a la totalidad que presentaron el PP, Vox, Junts, BNG, CUP, Coalición Canaria y Foro Asturias. El anuncio hace unas semanas de que Ciudadanos y ERC no presentarían la enmienda suponía un alivio para el Ejecutivo que veía cómo empiezan a salirle los números para aprobar sus primeras cuentas públicas.
En la sesión de este miércoles, la ministra de Hacienda, Mª Jesús Montero, defendió las líneas generales de los Presupuestos y consideró que son “un revulsivo para el Estado del Bienestar”, además de “un vehículo para canalizar los fondos europeos”. Por eso pidió a los grupos políticos que “permitan la tramitación presupuestaria que se requiere en un momento que también es extraordinario”.
La ministra Montero, que contestó uno a uno a todos los grupos durante dos jornadas de casi diez horas, insistió que los PGE son también “un revulsivo para el Estado del Bienestar” y “el vehículo para canalizar los fondos europeos”, más de 27.000 millones con cargo a transferencias, decisivos para la recuperación. Pero sobre todo, “suponen la base de un nuevo contrato social para cerrar brechas de desigualdad, brechas intergeneracionales y brechas territoriales”, dijo la titular de Hacienda.
En este punto, Montero se refirió al impacto de la pandemia, que “no sólo se mide en términos sanitarios o económicos; también en desigualdad”, pues “el principal factor de riesgo, después de la edad, para padecer covid-19 es la pobreza, vivir en zonas deprimidas, en viviendas reducidas o tener un trabajo precario”.
Por ello –dijo- luchar contra las causas de la desigualdad no sólo es una cuestión de justicia social, sino que es una manera de combatir la propagación del virus y amortiguar sus efectos en la salud y en la economía.
En su defensa de estas cuentas, la ministra defendió que es preciso también aprovechar esta oportunidad única para que nuestro tejido productivo gane tamaño y competitividad; para que incrementemos la inversión en I+D+i o que aumentemos el peso de la industria. Para avanzar en medidas que combatan el cambio climático, mejoren y refuercen la capacidad del sistema sanitario, o atajen la despoblación en parte de nuestro país. “Estos presupuestos son la palanca para hacerlo posible”, afirmó.
Varias vías para aprobar los Presupuestos
El Gobierno, conformado por el PSOE y por Unidas Podemos, tiene varias alternativas para llegar a la mayoría absoluta que le permita aprobar las cuentas. Por un lado tiene la mayoría de la investidura, en la que se encuentra los independentistas catalanes de ERC, Bildu y también Más Madrid, PRC, Teruel Existe, etc. Esta es la vía que prefiere y prioriza Unidas Podemos y Pablo Iglesias. El PSOE no desdeña de ella, pero también querría incluir en esa mayoría a Ciudadanos ahora que Inés Arrimadas ha levantado el incomprensible veto que le impuso Albert Rivera. El problema es que Iglesias está empeñado en que los ‘naranjas’ no se sumen al acuerdo. El líder del partido morado empieza a mirar a lo lejos y quiere cortar de raíz cualquier posibilidad de que los socialistas en el futuro pudieran sumar con Ciudadanos.
Eso se ha podido ver en el debate y es, quizás, donde está lo más interesante la actualidad política porque muy posiblemente marcará el futuro de toda la legislatura. Las razones del PP y de Vox para rechazar los presupuestos son solo basadas en el frentismo de la derecha y de la extrema derecha. Las formaciones de izquierdas están convencidas de que estos presupuestos son buenos para salir de la crisis del coronavirus y también para combatir las desigualdades y proteger a los más vulnerables de nuestro país. Y el Gobierno, además quiere sumar a Ciudadanos para defender su postura de aglutinar a cuantos más partidos posibles a unas cuentas que dicen que son excepcionales por la situación de crisis sanitaria que estamos viviendo.
Y también hay que hacer números ya que cabe recordar que el PSOE está lejos de la mayoría absoluta. La suma del Gobierno está en 155 escaños que llega hasta los 161 contando por seguro con el apoyo del PNV, aún a quince de la mayoría absoluta. En este trámite parlamentario quizás esos votos le valdrían al gobierno para salvar las enmiendas a la totalidad que pueden aglutinar 151 votos correspondientes a los siete partidos que han presentado las mismas (PP, Vox, Foto Asturias, UPN, Coalición Canaria, BNG y una parte de Junts). Pero el Ejecutivo seguiría dependiendo de lo que decidan ERC y Ciudadanos. Si votasen junto a los partidos de las enmiendas derrotarían al gobierno.
El Gobierno, por tanto, quiere seguir sumando apoyos y si consigue los votos de Más País, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias y el PRC se situaría ya con 167 votos favorables. Sumando los 13 de ERC estará en los 180 diputados, ya por encima de la mayoría absoluta. Quedan los votos de Ciudadanos y de Bildu. Ayer, los aberztales anunciaron su voto positivo a las cuentas lo que produjo un gran malestar en algunos representantes socialistas como Guillermo Fernández Vara. Y los diez diputados de Ciudadanos podrían construir una sólida mayoría de 190 escaños. Ahora el objetivo del Gobierno, sobre todo de la parte socialista, será mantener ese apoyo tras el debate de las enmiendas parciales, pero todo indica que, finalmente, ciudadanos podría caerse de esa aritmetica.
El Gobierno tendrá que seguir negociando las enmiendas parciales en la comisión de presupuestos donde cada formación querrá poner su granito de arena a unas cuentas que, no olvidemos, están vitaminadas con los 27.000 millones de euros de una parte de los enormes fondos europeos que recibirá España de Bruselas. Los socialistas quieren que, además, estas cuentas sirvan para actuar de palanca de transformación social y económica del país “orientando el modelo productivo hacia la digitalización, la transición ecológica, la I+D+i, la capacitación de competencias del siglo XXI o la igualdad de género”, afirmó la ministra Mª Jesús Montero.