El primer debate celebrado ayer en Estados Unidos entre el candidato demócrata, Joe Biden, y el republicano actual presidente del Gobierno, Donald Trump, ha dejado para el recuerdo uno de los espectáculos más bochornosos de la política del país. Calificado por el analista de la BBC, Anthony Zurcher, como “el equivalente político a una guerra de comida”, lejos de clarificar las posturas de los candidatos y sus fortalezas en esta campaña se convirtió en una guerra de insultos, ataques personales y un caos que el moderador periodista de la FOX, Chris Wallace, fue incapaz de controlar.
El debate celebrado en Cleveland, Ohio, uno de los estados pendulares del país, se prolongó durante 90 minutos en los que los candidatos debían explicar sus posiciones sobre las materias principales que han marcado esta campaña, entre ellas las protestas raciales o la situación de la pandemia del Covid – 19. Trump, que se encuentra varios puntos por debajo de Biden en las encuestas, siguió una estrategia para desestabilizar a su oponente que consistió en constantes interrupciones que impidieron al ex – vicepresidente de Obama exponer prácticamente ningún punto. CBS News realizó un recuento de estas interrupciones que dio un total de 73. La situación se extendió hasta tal punto que el candidato demócrata acabó explotando. “¿Quieres callarte hombre?”, gritó Biden al presidente cuando intentaban discutir sobre la incorporación de un nuevo juez a las Cortes Supremas, debate que se ha reabierto recientemente tras la muerte de uno de sus componentes, Ruth Bader Ginsburg, cuya sustitución por Trump podría suponer una alteración en el equilibrio ideológico de la justicia estadounidense.
Trump tuvo que defender su gestión de la pandemia en Estados Unidos, que se ha convertido en el país con mayor número de fallecidos en todo el mundo, con cerca de 205.000 muertes. Biden criticó su gestión diciendo que mucha más gente moriría si Trump no se volvía mucho más rápido e inteligente, a lo que el presidente respondió con otro ataque: “No hay nada inteligente en ti”. El candidato republicano continuó atacando a su oponente, uno de sus principales argumentos, la edad y los años de servicio en la política de Biden, "En 47 meses, he hecho más de lo que tú has hecho en 47 años". Los ataques fueron un paso más allá cuando Trump aludió directamente a su familia en referencia a una investigación contra el hijo de su oponente, Hunter Biden, por una acusación que afirmaba que había recibido 3’5 millones de dólares de Moscú, investigación que no probó su culpabilidad. Ante las continuas interrupciones mientras Biden intentaba defenderse, el demócrata exclamó: "Es difícil hablar con este payaso, perdón, esta persona".
Uno de los puntos más señalados del debate se dio cuando se abrió una de las cuestiones que más ha marcado esta campaña, las manifestaciones contra la violencia racial que comenzaron tras el asesinato de un hombre negro, George Floyd, a manos de un grupo de policías. Trump, no solo no ha condenado a los nacionalistas blancos, sino que también los alentado, refiriéndose al grupo nacionalista Proud Boys, a los que ha recomendado que “den un paso atrás y estén preparados”. El moderador, Wallace, ha dado la oportunidad varias veces al presidente para condenar el racismo, pero Trump solo ha añadido que la violencia supremacista es un “problema de la izquierda” y que alguien tiene que actuar contra los Antifa, grupo estadounidense de izquierdas.
Ambos candidatos han estado de acuerdo en poner en duda la validez de estas próximas elecciones democráticas, aunque por razones muy distintas. Biden hacía alusión a los posibles altercados que se pueden producir durante la votación por grupos violentos. Mientras, Trump hablaba de la posibilidad de que se cometa un fraude electoral aludiendo al voto por correo, aunque la incidencia de fraude en este sentido es mínima y no tiene un impacto en los resultados. “Esto no terminará bien”, era el sentimiento que expresaba Trump sobre la integridad de la votación.
El debate no dejó ningunas conclusiones y solo terminó con un moderador completamente desesperado y lo que periodistas de la CNN calificaron literalmente como “un show de mierda”. No quedó un ganador claro, aunque el analista Zurcher señaló que Biden pudo quedar un poco por encima al aguantar los constantes ataques e interrupciones de Trump. "El ganador fue el hombre que terminó menos cubierto de deshechos", señalaba. De momento, Biden se mantiene por delante de su oponente en los sondeos, un 50% de apoyo frente al 43% de Trump, en unas elecciones que se celebrarán el próximo 3 de noviembre.