En línea con la promesa europea de ser climáticamente neutral en 2050, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto demográfico ha activado el periodo de información pública de la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP). Un plan que marca el recorrido que España debe seguir para conseguir que las emisiones de Gases Efecto Invernadero sean neutras en treinta años, señalando las oportunidades que la descarbonización ofrece en término de empleo, activación y transformación de la economía. Un marco que da certidumbre y que contribuirá a la recuperación de la crisis sanitaria derivada de la pandemia.
El ELP tiene como objetivo cumplir con el Acuerdo de París sobre Cambio Climático al tiempo que maximiza las oportunidades económicas de la transición energética. “Nuestro país se sitúa en una zona de especial vulnerabilidad ante los impactos del cambio climático. Anticiparnos y planificar las herramientas para mitigar su impacto”, explica la vicepresidenta cuarta del Gobierno de España y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
Desde el ministerio aseguran que “en un contexto de reactivación frente al COVID-19, la transición energética marca también un camino seguro para la recuperación y modernización de nuestra economía, generando actividad y empleos de calidad alineados con los objetivos y necesidades del país a medio y largo plazo”.
El análisis de la Estrategia parte del plan de descarbonización detallado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030. Ambos documentos han sido elaborados respetando los compromisos como Estado miembro de la Unión Europea y de acuerdo con el Pacto Verde Europeo. La transición energética, ya puesta en marcha, tendrá como referencia el PNIEC 2021-203, que recoge los pasos a seguir en la próxima década. Este plan busca una generación eléctrica renovable de un 74 por ciento en 2030. A partir de este año, la senda deberá ser concretada en los sucesivos PNIEC que desarrolle España.
En el corto y medio plazo que planifica el Plan Nacional 2021-2030, la transición energética movilizará más de 240.000 millones de inversiones en una década, que generarán entre 250.000 y 350.000 empleos. Además, el ELP estima que España pasará de importar un 73 por ciento de la energía consumida en 2018 al 13 por ciento en 2050, lo que implicará un ahorro acumulado en importaciones de combustibles fósiles de uno 344.000 millones de euros.
“España puede ocupar una posición de liderazgo en los segmentos económicos vinculados a la transición ecológica. Contamos con un importante volumen de recursos renovables –horas de sol, viento, amplios espacios naturales–, que se complementan con un tejido empresarial, tecnológico, de innovación que ha sido protagonista en el despliegue internacional de las energías renovables de las dos últimas décadas”, ha asegurado Teresa Ribera.
Según la modelización de la ELP, el despliegue de energías renovables permitirá al sector industrial nacional reforzar su posición actual de liderazgo en desarrollo tecnológico. El sector eléctrico será uno de los vectores principales para la descarbonización del sistema, abriendo grandes oportunidades de inversión.
En el sector del transporte, serán necesarios cambios modales, para los que será decisiva la participación de las entidades locales. Y en el ámbito de la edificación será necesario desarrollar actuaciones que mejores la sostenibilidad de los edificios existentes.
El carácter transversal de la ELP hace que esté en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por Naciones Unidas. El plazo para presentar contribuciones estará abierto hasta el próximo 30 de septiembre.