En una videoconferencia organizada por los antiguos alumnos del ESADE -Escuela Supuerior de Administración y Dirección de Empresas-, Luis de Guindos ha valorado con un mensaje de cierto optimismo la actual recesión provocada como consecuencia de la expansión de la pandemia. Para el actual vicepresidente del BCE "ya hemos alcanzado lo peor". Tras los malos datos de los últimos meses, con la gran recesión provocada por el confinamiento a nivel europeo, se espera que el tercer y cuarto trimestre del año sean de expansión para la eurozona.
Sin embargo, pese a las previsiones relativamente optimistas de cara al futuro cercano, el exministro popular ha querido ser claro respecto a los datos del segundo trimestre del año. Teniendo en cuenta que la caída del primer trimestre fue del 4%, la del segundo, que incorporará los datos de los meses de marzo y abril "podría ser el doble o el triple". Por ello, de Guindos ha vinculado la posible recuperación a la evolución de la pandemia, ya que una segunda ola de infecciones podría tener consecuencias graves en la actividad económica de los siguientes dos trimestres, en los cuales se espera un rebrote de la economía.
“En estos momentos el sector público tiene que gastar, porque el privado no estaba preparado para enfrentarse a esta situación. El Estado se ve obligado a ocupar su hueco de forma temporal. No hay alternativa a no gastar, aunque esto suponga dejar una huella en la deuda pública de hasta 15 puntos sobre el PIB, como es el caso de España, y pese a que el déficit tendrá que incrementarse. Muchas veces hay que moverse en el límite del mal menor”, ha expresado el vicepresidente del BCE, que ha sugerido la intervención del estado como un motor económico.
En este sentido, ha seguido la hoja de ruta marcada por la presidenta de la institución, Christine Lagard, que dijo que "la institución es independiente de los estados y solo vigila la estabilidad de los precios". Pese a ello, el ex Ministro ha asegurado que la entidad seguirá haciendo "todo lo necesario" para conseguir que su política monetaria se traslade a toda la eurozona.