A pesar de convertirse en el segundo país del mundo con más muertos por coronavirus y el cuarto con más contagiados, el Gobierno del Reino Unido todavía no cree que sea correcto recomendar a la población utilizar mascarillas.
Esta semana, en una rueda de prensa con un el primer ministro Boris Johnson ausente, el secretario de Exteriores del Reino, Dominic Raab, actualizó las cifras que deja la pandemia en el país. Según el informe allí ya se contabilizan 29.427 muertes, cifra que supera a la de Italia y se ubica detrás de Estados Unidos.
Este este contexto, Raab aseguró que el Gobierno de Boris Johnson aún no decide si es correcto recomendar a la población que utilice mascarillas. "Una de las cosas que no queremos hacer es dar a la gente un consejo impreciso o crear una falsa confianza en las mascarillas", ha sostenido.
La lenta respuesta del Reino Unido ante el avance del coronavirus está teniendo consecuencias terribles. Fue uno de los últimos países europeos donde se decretó el confinamiento obligatorio, el 23 de marzo. La indiferencia que mostró su primer ministro Boris Johnson ante la pandemia china es clave para comprender por qué la situación actual se está saliendo de control.
Hasta hace algunas semanas solo se contabilizaban los fallecimientos producidos en hospitales, pero el país incorporó en su balance los decesos registrados en centros y residencias de ancianos y otros centros sanitarios, lo que provocó un aumento drástico en las cifras.
En las últimas 24 horas el Reino Unido sumó 693 fallecidos. La cifra de contagios se sitúa ya en 194.990, entre los cuales están el mismo Boris Johnson y el príncipe Carlos de Inglaterra, entre otros. Por número de casos, el país se sitúa como el cuarto detrás de Estados Unidos, que contabiliza 1,81 millones de contagios; España con más de 218.000; e Italia con más de 213.000.
Ante las consultas de las negociaciones con la UE tras el Brexit, el funcionario ha asegurado que el Gobierno británico mantiene el calendario previsto para "evitar cualquier eventual incertidumbre más allá de final de año". Al mismo tiempo trascendió que el Reino Unido y Estados Unidos comenzaron a abordar un "ambicioso" y complejo acuerdo comercial con el que Londres aspira a eliminar los aranceles trasatlánticos tras el brexit, y agregará presión a la negociación que mantiene en paralelo con la Unión Europea (UE).