Fue la primera industria afectada por el coronavirus, y proyectan que será la última en recuperarse. La realidad les impone nuevas exigencias, más inversión y menos aforos. La concentración empresarial y el encarecimiento son la tendencia de un mercado que asegura recibirá menos clientes, pero más exigentes. ¿Acaso viajar ya no será tan accesible?
Pasaportes biológicos y destinos COVIDfree son algunas de las ideas que proponen los empresarios turísticos españoles para recuperar la confianza de los viajeros. Para ellos, en el futuro además de vender confort, el turismo deberá ofrecer seguridad sanitaria. Anticipan que la industria ya no será masiva, pero si más exigente. La tendencia marca un encarecimiento de los costos para empresarios y usuarios. Avizoran que muchas empresas deberán concentrarse para afrontar las inversiones
En España, y gran parte del mundo, el turismo fue el primer sector en caer y creen que será el último en recuperarse. Según las proyecciones, la industria se estabilizará recién en el 2022 con un escenario completamente diferente al que estábamos acostumbrados.
Si bien la Unión Europea todavía no definió líneas de asistencia económica específicas para el sector, el comisario Thierry Breton pide que el turismo sea una "prioridad absoluta". Se estima que el turismo debería recibir entre un 20% y un 25% de las ayudas. Bruselas estima que este año, la facturación de sector en Europa caerá un 50 % para los hoteles y restaurantes, un 70 % para los operadores turísticos, y un 90 % entre aerolíneas y empresas de cruceros
La recuperación será un proceso paulatino que avanzará sin prisa. El Gobierno y las empresas turísticas trabajan para sobrepasar este periodo de transición y coordinan un protocolo sanitario único. La reapertura vendrá acompañada de nuevas y más exigentes medidas higiénicas, tecnologías para controlar la salud de viajeros y trabajadores y una reducción en el aforo de turistas.
Según vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, “para reactivar el turismo en y hacia nuestro país, la primera condición es garantizar que nuestros destinos y nuestros establecimientos son ‘seguros’ y Covid-free , por lo que es fundamental ofrecer confianza sanitaria”. Para ello, defiende, el sector precisa de “sistemas de prevención y control” del coronavirus, con la posibilidad de realizar tests rápidos y masivos “que permitan gestionar los flujos de personas, el transporte y el alojamiento con seguridad”.
El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Jorge Marichal, que también preside la patronal en Canarias, ha propuesto que todos los pasajeros que viajen a las islas –probablemente uno de los primeros destinos en abrirse– sean sometidos a pruebas de coronavirus en origen y sean monitorizados a través de una app durante sus vacaciones, poniendo en marcha una especie de “pasaporte biológico”.
La seguridad será el nuevo valor que cotizará en la industria turística, aseguró el especialista en economía turística de la Universidad de Huelva, Alfonso Vargas. “Una de las lecciones de esta experiencia es que además de vender playas, naturaleza, monumentos, gastronomía o fiestas, tenemos que vender seguridad; las certificaciones “Covid-19 free”, “sanitized venue” o similares estarán a la orden del día y serán necesarias para recuperar la confianza”.
Para muchos hoteleros, las medidas que está adoptando mercado asiático serán ejemplificadoras. Gabriel Escarrer explica que su grupo ya tiene operativos cuatro de sus seis hoteles en China “Su gestión sí debe ser una referencia para nosotros pues han conseguido reabrir y comenzar a mover el turismo doméstico tan sólo dos meses después de decretarse el confinamiento, y en ello ha resultado fundamental el rigor aplicado por las autoridades para la realización de pruebas epidemiológicas y controles”.
La cadena ha activado un “Protocolo Global de Reincorporación post- Covid-19” que fija las medidas de seguridad para empleados y clientes: desde pautas para garantizar el distanciamiento social, la desinfección de los espacios y ambientes, el control de temperatura sin contacto y los equipos de protección personal, hasta un cambio integral en la operativa de los bufés y restaurantes.
Para el director del Instituto Tecnológico Hotelero, Álvaro Carrillo, una vez que la actividad inicie “en aviones y aeropuertos posiblemente se van a implantar medidas de distanciamiento físico, reducción de aforo, desinfección y controles de temperatura; en los alojamientos, se va a potenciar el check in virtual y apps que permitan controlar el máximo de procesos –el servicio de habitaciones, los controles de luz, música o temperatura– a través del móvil, evitando al máximo los contactos”.
Todos estos cambios requerirán grandes inversiones de dinero, la evaluación de rentabilidad será determinante. Además, en el futuro no será sorpresa que los márgenes de precios se eleven para los usuarios, ¿acaso viajar ya no será tan accesible?
“Habrá que evaluar con mucho cuidado si es rentable”, reconoce Carrillo. El consejero delegado de Hesperia World, Jordi Ferrer, señala en este sentido que, una vez se permita la actividad turística, no se abrirán todos los hoteles y demás alojamientos de golpe. “Habrá que ser selectivo en función de la demanda, hay que tener un umbral mínimo de ocupación para garantizar la viabilidad del negocio y aplicar los cambios con cuidado, porque si convertimos un hotel en un hospital no querrá alojarse nadie”, aclara.
La reestructuración de la industria se ve también como algo inevitable. Jordi Ferrer anticipa consorcios de hoteleros con aerolíneas para fletar sus propios vuelos chárter mientras que Gabriel Escarré prevé cierta concentración de hoteles independientes en cadenas, por la mayor economía de escala y experiencia de estas. La industria turística huirá, además, de la masificación. En Exceltur resumen así la nueva etapa poscoronavirus: “Menos turistas, pero más respetuosos y más exigentes”.