El coronavirus está encerrando a las famllias españolas en sus casas desde hace ya casi un mes y todavía quedan semanas por delante. Según un análisis del psicólogo catalán Jaume Fun los adolescentes, dado su apego a las tecnologías, no lo pasan tan mal.
El confinamiento que está viviendo el mundo entero a causa del coronavirus, ha provocado que la población esté más enganchada y consuma con mayor duración las pantallas tecnológicas. Este es uno de los factores, por no decir el principal, por el que la cuarentena no está siendo tan dura para la población, pero especialmente está ayudando mucho a los adolescentes. Esta crisis sanitaria llega a pasar 50 años atrás y el resultado del encierro hubiera sido totalmente diferente al actual. Todavía la ciudadanía no tiene el sentimiento de echar de menos a la gente porque mediante los teléfonos móviles se puede seguir manteniendo el contacto por vía escrita, por llamada o a través de la video llamada. Actualmente gracias a estos aparatos electrónicos podemos estar relacionándonos las 24 horas del día con varias personas a la vez. A parte de las tecnologías, este grupo de edad, también mantienen muchas horas ocupadas haciendo tareas escolares mandadas por los profesores mediante el portal web de la escuela o universidad. Otra vía de distracción son los videojuegos y las plataformas audiovisuales en las que emiten series y películas.
Según indica el psicólogo catalán Jaume Fun “para los adolescentes tiene una importancia brutal saber que, aunque están en su habitación, su mundo sigue. La dimensión virtual adquiere para ellos un realismo enorme”. El director de la Fundación Pantallas Amigas, Jorge Flores, añade que “la cuarentena va a ser menos traumática para ellos que para otros grupos de población, porque ya tenían gran parte de su vida social y ocio en las pantallas. No van a sufrir tanto como los pequeños, que necesitan más esparcimiento físico, o los mayores, que tienen otros hábitos. Sus opciones de entretenimiento, a través por ejemplo de los videojuegos, son ingentes, y las relaciones las siguen teniendo”.
Según los datos registrados por Instituto Nacional de Estadísticas, el 64% de los niños de 12 años disponen de un móvil, en cambio a los de 14 años el porcentaje sube hasta el 93%. En pleno siglo XXI, el móvil se ha convertido en un instrumento muy importante de socialización. Según la psicóloga barcelonesa especializada en niños y jóvenes, Maite Martín, afirma que“aquellos que, por razones económicas o porque sus padres no han querido que tuvieran móvil, carecen de acceso a las nuevas tecnologías se están quedando apartados, lo están notando y lo notarán cuando vuelvan a la vida normal. En estos casos debería dárseles una vía de acceso, por ejemplo, a través de un móvil familiar”.
Otro elemento muy importante que ayuda durante el confinamiento es el nivel de renta familiar. Por ejemplo, el problema de conexión a internet, debido a que no todas las familias pueden acceder de la misma manera y con la misma calidad a este tipo de servicios. Esto desencadena un problema muy grave en cuanto a la educación, ya que muchas clases, deberes/trabajos o incluso los exámenes están siendo realizados por vía online.
Pero dejando al lado esas desigualdades, los psicólogos aconsejan que este grupo de edad deben de tener
una estancia para ellos solos, debido a que según
la psicóloga Maite Martín,
“el adolescente que tiene su habitación y puede estar un poco en su mundo lo tiene mucho más fácil que quien tiene que compartir continuamente. Si duerme con un hermano, estaría bien que pactara unos momentos para tenerla para sí mismo”. Los únicos adolescentes que no están llevando bien la cuarentena son los que padecen
problemas emocionales, que se suman al grupo de
personas vulnerables durante el confinamiento, al que pertenecen las víctimas de violencia de género, los que sufren maltratos físicos por sus padres o madres y los ancianos y ancianas con problemas de salud.