Las mujeres representamos el 51% de la población y los mejores expedientes académicos de las universidades son femeninos. A eso se le llama talento, un bien que no podemos desaprovechar y que es nuestra mejor inversión de futuro.
Es cierto que las profesiones científicas suelen ser masculinas, pero pasa en eso como en tantos otros aspectos de la sociedad: la dirección de los proyectos de investigación la ocupan los hombres, pero los equipos que trabajan día a día detrás están formados mayoritariamente por mujeres.
En las últimas décadas la sociedad española ha experimentado notables avances para hacer efectiva la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos. Sin embargo, aún son muy notables los obstáculos que encuentran las mujeres en el mundo científico, porque están infrarepresentadas en la dirección de los proyectos de investigación, pero también en los diferentes ámbitos de gestión y toma de decisiones de estas disciplinas.
Según los datos recientes publicados por la Unesco, las mujeres representan menos del 28% del personal dedicado a la investigación en el mundo y solo un 9% de las patentes del planeta fueron registradas por mujeres.
En esta situación de crisis sanitaria, el Gobierno feminista de España que preside Pedro Sánchez ha planteado cuatro grandes ejes con ayudas a las familias, trabajadores y empleo, empresas y autónomos e investigación. Así, se han destinado recursos por valor de 30 millones de euros para avanzar en los trabajos que nos permitan encontrar una vacuna contra este malvado virus llamado Covid-19 que lo está cambiando todo.
Invertir en investigación y ciencia se ha convertido en una prioridad para la subsistencia mundial. No lo podemos olvidar y por ello hemos de aprovechar esta oportunidad para poner en valor la investigación y los avances científicos.
España, Europa, el mundo, está viviendo una situación inédita con esta crisis sanitaria. Más pronto que tarde venceremos al coronavirus, pero todo lo que está ocurriendo estos días marcará el resto de nuestras vidas. También nuestras prioridades políticas y sociales. La ciencia y la investigación serán fundamentales para garantizar nuestra subsistencia en las próximas décadas.
Nuestros estudiantes se forman con unas grandes capacidades en las universidades españolas y obtienen expedientes académicos muy brillantes, porque para cursar algunas de estas carreras científicas se requieren notas elevadísimas. Son profesionales que imparten estas disciplinas con una cualificación extraordinaria. No volvamos a olvidar su talento. Ha llegado la hora de invertir, invertir e invertir en ciencia e investigación. Ese es el futuro.
Nuestros profesionales y nuestros investigadores deben tener el reconocimiento merecido al trabajo que desarrollan. Es una obligación moral que les debemos como sociedad, y no solo eso, hemos de conseguir que sus condiciones laborales sean las adecuadas y que la precariadad temporal no les obligue a marcharse fuera de nuestro país después de que el Estado haya gastado mucho dinero en su formación. Lo que haga falta, cuando haga falta y donde haga falta.
Paula es una joven que ha finalizado el Grado de Genética y ha hecho el máster correspondiente. Es una carrera universitaria que sólo se estudia en Barcelona en el ámbito público. Es una carrera que exige una nota muy elevada para poderla cursar. Paula ha superado todos esos obstáculos. Tenemos talento, también talento femenino. Tenemos la obligación de incentivar y promocionar la participación en la ciencia, para que las mujeres y las niñas estén condiciones de igualdad. Para que haya muchas Paulas en España. Porque igualdad es sinónimo de progreso.
Tenemos una país emprendedor y repleto de talento. Nunca es tarde si la dicha es buena. No es momento de reproches y de culpas, sino de mirar hacia delante. No podemos cometer errores, hemos de invertir en humanidad, hemos de integrar el talento procedente de la sociedad civil. Como el de Paula.