Necesitamos que la responsabilidad y la decencia política tomen tierra y dejen de bloquear al presidente y al partido ganador de las elecciones por quinta vez en el último año. En los 40 largos, años que llevamos desde la ejemplar Transición del 78, el partido socialista ha gobernado durante 24 años, (casi 4 UCD y 13 PP) y siempre la oposición “perdedora de las elecciones”, fuera del signo que fuera, ha cumplido con su responsabilidad de abstenerse y permitir que gobernara el partido ganador. Sólo desde 2015, tras la irrupción de Podemos y Ciudadanos en las elecciones del 15 de diciembre, los partidos perdedores, especialmente el PP, no se conforman y propician repeticiones electorales. Esto, a mi juicio, supone literalmente una tomadura de pelo para la ciudadanía.

En este caso, primero fue Podemos, que forzó una repetición de elecciones en junio de 2016 -al negarse a que hubiera un gobierno de izquierdas socialista presidido por Sánchez, que fue el único que dio un paso adelante y recibió el mandato del Rey, al inhibirse Rajoy por cobardía parlamentaria- Elecciones que el PP de Rajoy ganó y a los pocos meses continuó gobernando. En aquella ocasión, el Psoe cumplió con su obligación de permitir que gobernara el partido que más votos había sacado, ofreciendo su abstención responsable. Por cierto, los populares apelaban contundentemente a la responsabilidad de Estado del Psoe para que se abstuviera, algo que ahora el PP no se aplica a sí mismo. Más bien todo lo contrario.

Y es que históricamente la derecha tiene mal perder y así llevamos ya casi dos años bloqueados, 2018 y 2019, cuando el propio PP, comandado por Casado cayó el 28 de abril del 2019 estrepitosamente perdiendo de una tacada la friolera de 68 escaños. Esto, lejos de servir para que Casado presentara al día siguiente su dimisión, fue enmascarado por la caverna mediática cómplice como una victoria. Y es que vivimos una etapa crucial, donde los medios a sueldo del capital y la derecha, se atreven a presentar lo blanco como negro, lo negro como blanco, el día como noche y la noche como el día. Bienvenidos al imperio de las fake news, eufemismo que significa: mentiras flagrantes. Es un tiempo de cambio. Cambio climático. Cambio político. Cambio generacional. Cambio de valores y cambio de política económica donde los votos son mancillado a conveniencia, con el beneplácito de la opinión mediática conservadora.

Para los "demócratas de nuevo cuño", los votos ya no no son un préstamo sagrado de los ciudadanos para conseguir mayor bienestar social, sino cheques en blanco con los que mercadean descaradamente poder político partidista, e incluso personal. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Bloquear el país y frenar la marcha de su economía y gobernabilidad frente a los grandes desafíos urgentes que tiene España que afrontar, les importa un bledo. Falta calidad democrática en los nuevos líderes. Lo que constituye, sin ambages, una estafa a todos los españoles. La consigna estratégica del Partido Popular queda clara , cuanto peor mejor, cuanto más se hunda España mejor, así luego nos presentamos nosotros como salvadores universales. El bombero pirómano. En esta estrategia de acoso y derribo del Estado, ha estado acompañado de Ciudadanos, como señaló uno de los pocos políticos de talla, del bloque autodenominado liberal, Manuel Vallas.

Esta concepción de la política burda y sin complejos, -que tiene sus precursores en Estados Unidos, Brasil, Hungría, Italia, etc - aquí, de momento, ya se ha cobrado su primera víctima, Albert Rivera. La segunda, por el camino que lleva, será Pablo Casado, que previsiblemente terminará abucheado por los suyos y pasará a la historia por haber metido en las instituciones a la extrema derecha más involucionista y franquista desde la época de la Transición (1978). Casado preocupa severamente a los líderes más sensatos del PP, que ven en él la voz de su portavoz, valga la redundancia, la marquesa que estudió en Oxford y deslumbra a paletos que presumen falsamente en su CV de haber estudiado en Harvard.

Las trampas y vericuetos que le han planteado a Pedro Sánchez desde 2015 son intrincados y me atrevo a decir que miserables. Y aún así, él y los socialistas siguen ganando elecciones. La XIV Legislatura también la presidirá Sánchez, no hay alternativa, y empezará, a buen seguro, si no en diciembre, en enero del 2020. No hay otra posibilidad. No sólo por el liderazgo y la resistencia de líder socialista sino sobre todo, por la cantera y la experiencia de un partido que tiene 140 años de existencia y que ha gobernado España en épocas mucho más difíciles que las actuales. Ha gobernado en los años ochenta y primeros noventa, cuando ETA mataba para conseguir la independencia de Euskadi. Casi mil muertos y mutilados por bombas puso encima de la mesa la banda terrorista. Y fue el Psoe quien consiguió acabar con el terrorismo a base de política y negociación durísima.

De ETA también se atreve a opinar la aristócrata portavoz de Casado y el PP

Y de nuevo, con su doble vara de medir, en aquella época, Aznar volvió a hacer lo mismo: criticar furibundamente al gobierno de Felipe González porque hablara con ETA, pero reconocer descaradamente cuando él fue presidente, a partir de 1996, que ETA era un “movimiento de liberación vasco con el que había que negociar”. Y bien que habló y negoció sin escrúpulos con la banda terrorista, aunque eso sí, sin resultado alguno. Incluso también se alió y apoyó durante sus dos mandatos de Gobierno en los soberanistas catalanes de CiU, presididos por el corrupto Jordi Pujol. Justo lo que su heredero Casado y él mismo, vuelven a negar y criticar con absoluta vehemencia para impedir que Sánchez dialoge con todos sin excepción, y por ello le acusan permanentemente de traidor y vendepatrias. ¿Por hacer lo mismo que hizo el PP, con los catalanistas, con ETA y con Bildu?.

En cualquier caso, como insistimos aquí, con informaciones y causa justificada, la XIV Legislatura echará a andar si o sí, si no en diciembre, al menos en enero del 2020 y la presidirá, si o si, Pedro Sánchez. El nuevo candidato, designado por el Rey, se ha puesto manos a la obra y está hablando estos días con todos y cada uno de los 18 grupos políticos que tienen representación en el Parlamento. Hasta que se pueda cambiar el art.99 de la Ley Electoral, la aritmética parlamentaria ha querido que -tras esperar poco y nada de PP y CS, de Vox mejor ni hablamos- recaiga sobre Esquerra Republicana de Cataluña, y su abstención, el que haya gobierno. Ojo, no su apoyo, sino su abstención, lo que se ha hecho toda la vida, vamos. Gabriel Rufián, su portavoz parece haber madurado y adquirido cariz de hombre de Estado. Así al menos lo demostró en la sesión de investidura fallida de julio y septiembre de este año.

Como dice el ministro Jose Luis Ábalos, uno de los pilares fundamentales del actual Psoe, hay que hablar con todos porque “hay que formar una mayoría y hay que gobernar”, y además, de esta necesidad hay que saber hacer “una gran oportunidad para enfrentar el conflicto catalán y buscar un encaje adecuado dentro del ordenamiento jurídico”. Por tanto, el partido socialista hablará con todos, sí, incluso con partidos como PNV y ERC, que con sus más de cien años de historia, ya tienen y han tenido funciones de Gobierno en España, tanto con el PP como con el Psoe. Así que nadie se rasgue las vestiduras ahora. Se acabaron las trampos vestidas de exquisiteces. Hay que gobernar ya. Lo demás constituye una estafa para los españoles que tan pacientes han votado ya cinco veces, y siempre señalando al mismo ganador.