El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, dijo en campaña electoral que su principal objetivo tras la repetición electoral sería romper el bloqueo y advirtió que el PSOE enviaría una propuesta a otros grupos en 48 horas tras la apertura de las urnas. Con el resultado en la mano, el líder socialista puso en marcha una negociación exprés con Unidas Podemos para construir un Gobierno de coalición. Levantó todos los vetos a Pablo Iglesias y retomó las conversaciones inacabadas de julio. El acuerdo fue rápido y discreto. Acordaron la estructura básica del Ejecutivo que contará con tres vicepresidencias y pactaron un documento con las líneas generales de su proyecto. Desde este miércoles, la vicesecretaria general del PSOE y portavoz del GPS, Adriana Lastra, comenzará la toma de contacto con el resto de grupos parlamentarios. El objetivo de esta ronda es recabar apoyos para la sesión de investidura del candidato socialista.
La fumata blanca llegó antes de lo que muchos esperaban, pero Pedro Sánchez lo había avisado, en 48 horas las formaciones políticas tendrían encima de su mesa una propuesta para desbloquear la formación del Gobierno tras una repetición electoral que en la izquierda nadie quería. Obviamente, dicha propuesta tuvo mucho que ver con el resultado obtenido por todos los partidos. Y los resultados de las urnas dejaron las cosas claras. Los españoles, con su voto, dieron la victoria por tercera vez en un año al PSOE, pero le dejaron lejos de una mayoría que les permitiera gobernar en solitario. Su alternativa ahora pasaba por volver a intentar la abstención del PP, que desde el minuto 1 ha vuelto a negar, o levantar los vetos a Unidas Podemos y apostar por el primer Ejecutivo de coalición de la democracia española tras la dictadura. Y en las filas socialistas tuvieron claro el camino.
Tras un maratoniano año electoral, el PSOE ha pasado de estar en la oposición (con una dolorosa abstención para que gobernase la derecha) a ser la primera fuerza política con 120 diputados, con una moción de censura por medio ganada, y un periodo de gobierno con 84 escaños. Por su parte, Unidas Podemos de la mano de Pablo Iglesias entrará en el Gobierno con 35 escaños tras sufrir una sangría de votos que le llevó de tener 71 escaños en el 2016 a la mitad.
Pero el momento, con una ultraderecha en máximos nunca vistos, precisaba un acuerdo de la izquierda para cerrar un periodo demasiado largo de inestabilidad política e incertidumbre. El mismo lunes a primera hora, Sánchez encargó a Iván Redondo, jefe de Gabinete del Presidente que pusiera en marcha los contactos con Unidas Podemos. Lo hizo a través de una llamada a Pablo Gentili para comunicarle que esta vez no habría vetos y que todas las opciones estaban sobre la mesa. Atrás quedaron los reproches, ataques y acusaciones cruzadas. En el seno de Unidas Podemos seguía el pesimismo la noche electoral ya que el líder socialista dejó sin respuesta dos mensajes de Pablo Iglesias que declaraba en su comparecencia pública que el acuerdo histórico que no se dio en julio ahora era una necesidad histórica para parar a la extrema derecha.
Sin embargo, en pocas horas la situación se tornó en euforia para los ‘morados’ cuando supieron que, esta vez sí, el acuerdo sería posible, con los vetos del presidente borrados de un plumazo.
Mientras las Ejecutivas del PSOE y de Unidas Podemos valoraban los resultados electorales, en la mañana del lunes, Irene Montero y Adriana Lastra ya trabajaban en las líneas programáticas que se presentaron este martes. No empezaban de cero ya que las negociaciones que se tuvieron en julio y los acuerdos de los presupuestos que no vieron la luz antes de las elecciones suponían un punto de partida muy avanzado. Se intercambiaron documentos y fueron perfilando todo. Ya el lunes por la tarde, se produjo una reunión entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en Moncloa donde cerraron los últimos flecos y hablaron de la estructura del gobierno.
A pesar de que este martes ambos dirigentes dijeron que el nuevo Ejecutivo no se negociará hasta después de la investidura, ya se sabe que éste contará con tres vicepresidencias y que serán ocupadas por Nadia Calviño, como anunció Sánchez en campaña; Carmen Calvo y Pablo Iglesias. Además, se da por hecho que Unidas Podemos tendrá tres carteras ministeriales más. Probablemente alguna de ellas será las que se acordaron en julio. Y los nombres que suenan para ocuparlas son Alberto Garzón, Victoria Rosell, Yolanda Díaz, Julio Rodríguez o Irene Montero.
Tras el encuentro de los máximos mandatarios de las dos formaciones, siguieron con el trabajo Montero y Lastra. Finalmente, Iván Redondo dio los últimos retoques al documento que presentaron sobre las dos de la tarde de este martes y que acabó, como se vio en directo, con un simbólico abrazo entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez que sella el primer Gobierno formado por dos partidos políticos tras la transición democrática de 1975.
Ahora, el 3 de diciembre se producirá la constitución de las nuevas Cortes Generales y se abrirá un periodo de unos cuatro o cinco días para que se conformen los distintos grupos parlamentarios. Tras ese periodo se empezará la ronda de contactos con el Rey que tiene que encargar la formación de gobierno a un candidato, que será Pedro Sánchez. Posiblemente a mediados de diciembre habrá sesión de investidura y antes de navidades podría haber un nuevo gobierno con todas las capacidades.