Estos días requerían de sentido común, de tranquilidad para poder tomar decisiones acertadas y de menos testosterona por mucho que el cuerpo lo pidiera pero, una vez mas, el Gobierno socialista de Pedro Sánchez ha demostrado que es parte de la solución no del problema.
Un problema que comenzó cuando el PP llevó al Tribunal Constitucional el Estatut de Cataluña no respetando lo que la ciudadanía en su inmensa mayoría había votado. Desde ese momento el número de independentistas no dejó de crecer alimentados por un Gobierno presidido por CIU mas preocupado por tapar sus casos de corrupción que en gobernar y que encontró en la independencia una herramienta eficaz de distracción.
Al volver la vista atrás y repasar los acontecimientos de los últimos años, para mi que he vivido 11 años en Barcelona y me duelen los días pasados como a una catalana mas, me resulta increíble e inexplicable como se ha podido llegar a esto. La única explicación que encuentro es la manipulación que tanto la derecha española como la derecha burguesa catalana han hecho de un tema que se hubiese resuelto con dialogo desde el primer día. Cataluña tiene derecho , como cualquier otra Comunidad Autonoma a reclamar mas autogobierno. Si algo hemos aprendido estos años es que el sistema político actual quizás debería ser repensado y avanzar hacia un Estado Federal. Quizás si esos planteamientos se hubieran desarrollado dentro de la discusión formal no hubiera salido la gente a la calle alentada por quienes eran sabedores desde el primer día que la independencia no sería posible en un Estado de derecho como es España. Que Europa no iba a apoyar semejante aventura y que esa huida hacia adelante sólo traería mas fractura social en Cataluña y con el resto del estado español.
Esta última semana el Gobierno ha hecho lo que había que hacer y a mi juicio, y al de no pocas personas con las que he podido hablar últimamente, de forma acertada como decía al principio de este artículo. Y además lo está haciendo solo porque la lealtad tanto del PP como de CS o Podemos duró lo mismo que un suspiro.
Para empezar el Gobierno ya preveía altercados una vez publicada la sentencia del “proces” por lo que desde hacia semanas las Fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado ya estaban trabajando en conjunto para dar una respuesta proporcionada y coordinada a lo que pasara en las calles. Este es el principal motivo por el que no era necesario aplicar la Ley de Seguridad Nacional . Del pasado 1-O se sacó como aprendizaje la necesidad de coordinación de todos los cuerpos de seguridad tanto de Cataluña como del Estado. Y eso es evidente que ha funcionado.
En segundo lugar la aplicación del 155, al que la derecha parece invocar como un mantra sin tener en cuenta que por ejemplo quien lo autoriza es el Senado y siempre que el Gobierno de Cataluña vulnere la Constitución, cosa que no ha ocurrido hasta ahora. La pregunta a hacerse es ¿en que hubieran cambiado los acontecimientos de aplicarse este articulo? En nada. Lo más que hubiera conseguido es dar mas argumentos y munición a los que hacen del victimismo política.
El Gobierno además ha mantenido encuentros con los representantes de todos los países con representación diplomática en España para informarles en primera persona del momento político que se vive en Cataluña. Y la policía ha desbaratado la llegada de 300 ultras el pasado fin de semana para montar altercados en Barcelona.
Esto demuestra la falsedad de quienes acusan a Pedro Sánchez de inacción intentando “rascar” votos del miedo de las personas a la inestabilidad.
Pero los hechos son los que son y la calma y la tranquilidad vuelven a las calles. Sería de agradecer, porque además es su obligación, que el President Torra condenara la violencia para terminar con cualquier intención descontrolada, y a partir de ahora sólo queda volver a hacer uso de la política. De la buena política. Es la hora de los grandes liderazgos y los hombres y mujeres de Estado. Pero miro a mi alrededor y solo observo eso en el PSOE. Del resto no espero nada tan sólo que la ciudadanía lo tenga en cuenta el 10 N y no se deje llevar por la visceralidad. Nunca fue bueno votar con las tripas. Los 4 años siguientes hay que gestionarlos mas allá de Cataluña.