"Me considero culpable", así se ha declarado Pedro Luis Gallego al inicio del juicio al ser preguntado por el tribunal sobre los 15 delitos de los que se le acusa. La vista ha quedado vista para sentencia.

El violador se ha mostrado arrepentido: "soy víctima de mí mismo. Me arrepiento de haber nacido". Además, ha querido pedir perdón a las víctimas por el daño causado. "Desde los 19 años tengo un problema psicológico porque mi vida no ha sido normal y nunca lo he podido resolver".

"Tengo una obsesión que no puedo controlar y no comprende. Mi vida ha sido un fracaso y nunca he tenido armas para contrarrestar este impulso que no he podido controlar. Solicito que se me den programas de tratamiento, aunque quizá sea tarde porque moriré en prisión", ha subrayado tras explicar que tuvo que acudir a una psicóloga privada al negarle la prisión acudir a programas específicos para delincuentes sexuales.

El fiscal ha solicitado 25 años de cumplimiento efectivo de cárcel, sin beneficiarse de permisos carcelarios y que, para cuando sea excarcelado, permanezca 10 años alejado de sus víctimas y de Madrid.

El "violador del ascensor" asaltaba a sus víctimas por la noche a punta de pistola en la calle Arzobispo Morillo, cerca del Hospital de La Paz. Las introducía en un coche y a dos de ellas se las llevó a su casa en Segovia, donde fueron repetidamente agredidas. Luego las dejaba en el mismo lugar.

Ya había sido previamente encarcelado, acusado del asesinato de la menor Leticia Lebrato y otro 18 delitos por agresión sexual cuando fue condenado a 273 años de cárcel. Sin embargo, con la derogación de la doctrina Parot, con carácter retroactivo, quedó en libertad en 2013.