Mientras Pekín dejaba caer su moneda a mínimos desde hace 11 años, Estados Unidos anunciaba que China pasaba a formar parte de su lista de “países manipuladores” de su divisa con el fin de obtener una clara “ventaja competitiva” sobre sus rivales. Los analistas apuntan a que nos encontramos en el inicio de una guerra comercial que podría acarrear consecuencias “nefastas” a la economía global, y que podría ser incluso peor que la crisis que asoló a medio mundo desde 2008.
La disputa se recrudeció cuando Estados Unidos impuso aranceles a los productos chinos por valor de más de 300.000 millones. La tensión que iba in crescendo con las declaraciones del presidente norteamericano, Donald Trump, quien había advertido en los últimos meses que el país asiático estaba devaluando artificialmente el yuan.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha anunciado esta semana a través de un comunicado que se va a solicitar al Fondo Monetario Internacional (FMI) que “proceda a eliminar la ventaja competitiva injusta creada por las últimas acciones de China”.
Las autoridades chinas, por su parte, han anunciado ya “contramedidas” ante la crisis global que puede ocasionar esta guerra de divisas, de la que podrían salir muy afectadas las monedas latinoamericanas, cuya evolución se encuentra vinculada a la del dólar.
En el otro lado de la balanza se encuentran el yen japonés, el euro y el oro, activos que se encarecieron tras el anuncio del Departamento del Tesoro estadounidense, mientras que las Bolsas asiáticas cerraron el martes con fuertes pérdidas.
Una disputa que se remonta a 1994
La Casa Blanca señaló hace ya 25 años a China como país manipulador de divisas, algo que había estado evitando EE.UU. durante la crisis financiera, y es que el yuan vuelve a estar a niveles de 2008, lo que favorece la exportación china en detrimento de sus competidores. Como consecuencia, Wall Street ha vivido su peor jornada del año, cerrando el Dow Jones y el S&P 500 con caídas cercanas al 3%, el mínimo desde hace dos meses.
Cabe recordar que Trump también ha acusado al Banco Central Europeo (BCE) de utilizar la misma estrategia que China, esta vez sin acusación formal. Y es que un yuan más débil hace que los productos estadounidenses sean más caros en el mercado chino, algo que, por ejemplo, ha afectado a grandes compañías como Apple, que se dejó más de un 5%.
“China dejó caer el precio de su divisa a casi un mínimo histórico. Se le llama "manipulación de divisas". ¿Estás escuchando, Reserva Federal?”, insinuaba este lunes el presidente Donald Trump en su cuenta de Twitter, donde desde la campaña electoral lanza acusaciones al país asiático por “robar a EE.UU.”, a sus empresas y a sus empleados, lanzando una seria advertencia: “Nunca más”.