La semana pasada se conformaba el nuevo Parlamento europeo que será presidido por el socialista David Sassoli, gracias al acuerdo firmado por las familias políticas Europas. Otro acuerdo de los europeístas cerrará cualquier resquicio a la ultraderecha para impedir que presidan alguna de las 20 comisiones que se crearán esta legislatura. Así se frena en la unión a las fuerzas de Le Pen y Salvini. En España, el partido liberal, Ciudadanos, hace justo lo contrario que en Europa y abre las puertas a Vox casi sin reparos
El grupo Identidad y Democracia (ID), creado de la mano de los ultraderechistas Matteo Salvini y Marine Le Pen agrupa a 73 diputados que dicen claramente que han llegado a Estrasburgo y a Bruselas a dinamitar el proyecto europeo desde dentro. Pero en la cámara europea se han encontrado con un ‘muro de contención’ en contra que el PPE, S&D, RE y Verdes han levantado frente a ellos para limitar su propósito.
Para Iratxe García, la socialista española que es la portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento, “vienen a romper el proyecto europeo, así lo han manifestado y no lo vamos a permitir”. Por eso Populares, Socialistas, Liberales y Verdes no permitirán las próximas semanas que ningún europarlamentario abiertamente contrario a las tesis europeístas ocupe cualquier cargo de relevancia, ya sea la presidencia o la vicepresidencia de las 20 comisiones permanentes que funcionarán durante los próximos cinco años. El vicepresidente del Grupo Popular, el también español Esteban González Pons, comparte la idea “estaríamos locos si permitiéramos que dirigieran las instituciones quienes quieren desintegrar la UE”.
La próxima semana se configuran las comisiones y los europarlamentarios deben elegir a sus presidentes y vicepresidentes. Por norma, estos cargos se designan siguiendo la ley D’hont y conforme a los resultados electorales. La semana pasada, los diferentes grupos recibieron el cuadrante que debería darse y los cargos que les correspondería a cada uno por los sufragios obtenidos. A los antieuropeos de ID les tocaría las presidencias de la Comisión de Asuntos Jurídicos y la Comisión de Agricultura. Se trata de cargos de vital importancia. La primera comisión se encarga de tramitar todo lo relativo a la política agraria común, incluidas las cuantiosas ayudas al campo europeo y español. La segunda tendrá que hacer frente a un espinoso problema en el seno de la Unión y de máxima importancia para España: la cuestión catalana y el intento de los independentistas de Puigdemont de llevar el conflicto más allá de nuestras fronteras.
Pero todos los partidos mayoritarios de la cámara no cederán ninguno de esos dos puestos a ID y cortarán de raíz sus aspiraciones. El cordón sanitario hará que los liberales y el PPE controle estas dos comisiones.
No hay ninguna duda ante lo que deben hacer, no hay voces que pongan en cuestión este proceder. En Europa a la extrema derecha se la aísla para combatirla.
Obviamente quienes ponen el grito en el cielo son los perjudicados que dicen que estas decisiones atacan directamente a sus votantes. Pero fuentes parlamentarias afirman que los puestos en Europa se eligen por votación y que los eurodiputados de ID podrán hablar, debatir y votar como cualquier otro. Sin embargo, nadie está dispuesto a ceder sus votos a los representantes de los partidos que quieren romper Europa. Y como el reparto de cargos es un acuerdo tácito entre los europeístas no sienten la obligación de hacer partícipe del mismo a ID.
Este es un aviso a navegantes, también para Vox. ID no son los únicos que cuestionan la UE, hay otros grupos como el de los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE), en el que se ha insertado Vox, que no quieren una Europa como la actual. No se les llega a considerar anti europeístas pero algunas de sus ideas son contrarias a las que defienden los principales partidos. Por eso, de momento, no se les aplica el cordón sanitario como norma general, pero se estudiará con atención los perfiles de los candidatos que presentes a cargos de responsabilidad. Y si hay un atisbo de duda se les cerrará el paso.
Albert Rivera, líder de Ciudadanos, que se integra en el grupo Renew Europe, grupo liberal que abandera Macron, y no pone ningún reparo a esta política de aislamiento contra la extrema derecha. Pero eso solo ocurre en el continente. En España, su partido no tiene problemas en gobernar Andalucía con un acuerdo de presupuestos firmado con Vox, tampoco para co-gobernar con PP y Vox en una capital de provincia tan importante como Badajoz. Y ahora está en plenas conversaciones para llegar al poder en Murcia y la Comunidad de Madrid con los votos del partido de Abascal.