l juego de las tres derechas en la Comunidad de Madrid sigue y la investidura para conformar un nuevo Gobierno está todavía en el aire. Durante este pasado martes, el presidente de la Asamblea, Juan Trinidad (Cs), comprobó que ni Isabel Díaz Ayuso, del PP; ni Ángel Gabilondo, del PSOE, tienen los votos necesarios para poder ser elegidos para la presidencia de una de las comunidades más importantes de España.

Gabilondo puede presumir de haber sido el ganador de los comicios, con 37 diputados y también de sumar 64 apoyos gracias a sus acuerdos con Más Madrid y Podemos. Sin embargo, se queda a tan solo tres votos de poder ser elegido ya que la mayoría absoluta se sitúa en 67.

Isabel Díaz Ayuso y el PP se hicieron con 30 asientos de la cámara regional las pasadas elecciones, con un hundimiento histórico que, por primera vez en décadas, hacía peligrar su ‘joya de la corona’. Sin embargo, desde que se cerraron las urnas trata de cerrar un acuerdo con Ciudadanos y con Vox que le daría la mayoría absoluta. El problema es que la formación naranja no quiere compartir mesa con la ultraderecha. Y eso que, como dijo ayer Díaz Ayuso, “comparten la mesa más grande que hay, la del parlamento, donde negociarán los próximos cuatro años”. Mostraba así las contradicciones de Ignacio Aguado y su negativa a sentarse con Vox. Por otra parte, Rocío Monasterio, la líder de Vox ha dejado claro que para que haya gobierno de derechas deben firmar un acuerdo programático entre las tres formaciones. Y anunció las propuestas que quieren incluir en ese documento: recorte de leyes LGTBI, implantar un pin parental para los padres que les permita elegir qué materias se les imparten a sus hijos en los colegios; reducir a la mínima expresión las subvenciones públicas; reducir también el máximo posible los impuestos, etc. Estos postulados, para Aguado significan retroceder más de 50 años y no está por la labor.

Con este panorama, la neófita candidata popular, Isabel Díaz Ayuso, quiso leer la cartilla a ambas formaciones y les dejó claro que es mucho lo que está en juego. La Comunidad de Madrid es una región con más de 20.000 millones anuales de presupuesto y eso no es nada desdeñable. Con la pérdida de poder del partido de Casado, retener esta institución es casi imprescindible para ellos. Por eso, Díaz Ayuso le lanzó un mensaje claro a Rocío Monasterio: que se olvide de lo que pasó en el Ayuntamiento de Madrid y de lo que ocurre en Murcia, que le escuche a ella que está dispuesta a casi todo para reunir los apoyos necesarios que le hagan presidenta. Y eso incluye poner en marcha en los próximos cuatro años las medidas que Vox considere imprescindible. También se dirigió a Ignacio Aguado. Le dijo que se deje de niñerías y que levante el veto a Vox, que hay muchas cosas en las que pueden ponerse de acuerdo. Y les avisa a ambos, el electorado de derechas no comprendería que se perdiera la Comunidad de Madrid porque no se pusieran de acuerdo.

Entre tanto, la decisión de Juan Trinidad de convocar un pleno sin candidato les ha dado unos días más para llegar al acuerdo. Mientras, la izquierda empuja para que se precipiten los acontecimientos y descarrile esa posibilidad Incluso Íñigo Errejón, de Más Madrid, deslizaba ayer la posibilidad de que algunos diputados de Ciudadanos estaban pensando en romper la disciplina de partido y votar por Gabilondo y él mismo afirmaba que si era necesario no entraría en el futuro Ejecutivo.

Y mientras los políticos juegan en estos días de insoportable calor veraniego, los madrileños y las madrileñas esperan con sus problemas sin resolver.