Las intensas negociaciones de Pedro Sánchez los últimos días en el extranjero han dado sus frutos. El socialista Josep Borrell, de 72 años, será el primer español jefe de la diplomacia europea. Cabe recordar que no es el primer cargo de calado internacional del ministro de Exteriores en funciones, ya que fue presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2007.
Pese a que el nombramiento debe ser aceptado por el nuevo presidente de la Comisión Europea y avalado por el Parlamento Europeo, todo parece indicar que el candidato aglutina el visto bueno de gran parte de los miembros del Ejecutivo comunitario.
El primero en felicitar a Borrell ha sido el propio Sánchez, quien a través de sus perfiles sociales ha destacado que "su trayectoria política internacional y su espíritu europeísta son garantía total de que Josep Borrell será el jefe de la diplomacia europea con el máximo compromiso y responsabilidad. España vuelve a la #UE. Magnífica noticia para nuestro país y para Europa. ¡Enhorabuena, Pepe!".
Por otro lado, la actual ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, fue designada presidenta de la Comisión Europea, uno de los puestos que más quebraderos de cabeza ha supuesto a los magnatarios. La política conservadora, de 60 años, es vicepresidenta de la Unión Cristiademócrata (CDU) que lidera la canciller Angela Merkel.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha sido propuesta como candidata a presidir el Banco Central Europeo (BCE) en sustitución de Mario Draghi. "Estoy honrada de haber sido nominada para la presidencia del BCE. A la luz de ello, y tras mantener consultas con el Comité de Ética de la Junta Ejecutiva del FMI, he decido renunciar temporalmente a mis responsabilidades como directora gerente del FMI durante el periodo de nominación", señaló a través de Twitter.
En cuanto al Consejo Europeo, finalmente ha sido nominado el primer ministro belga en funciones, el liberal Charles Michel, por su "capacidad negociadora", de la que ha hecho gala en su propio país, donde fue designado candidato de consenso y, pese a liderar la tercera fuerza política, se puso al frente del Gobierno.